La Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) de Brasil deberá decidir el próximo 30 de octubre si permite o no que TIM y Oi operen la banda de 1,8 GHz, luego de que fallaran en presentar el pedido de renovación de licencia a tiempo.
Ambos operadores suponían erróneamente que el plazo para renovar corría desde la firma del contrato y no desde la adjudicación del espectro. El vencimiento se produjo el 13 de marzo de 2013, exactamente tres años antes de la expiración del permiso, en 2016.
Según informa el portal Teletime, continúan las conversaciones entre Igor Freitas y Jarbas Valente, representantes de TIM y Oi respectivamente, y la presidencia del regulador para evitar una crisis que podría tener repercusiones altamente negativas en la industria. El escenario que se presenta no resulta sencillo.
La Procuraduría de Anatel tiene sólidos argumentos para no promover una renovación y podría accionar judicialmente contra los directores del Consejo que piensen lo contrario. Las consecuencias no serían menores: se estima que solo TIM tiene 20 millones de usuarios sobre 1,8 GHz y una migración podría dejar en el camino a un gran número de personas.
Licitar nuevamente la banda resultaría aún más complejo, dado que el Tribunal de Cuentas establecería un precio en base al servicio más rentable, equiparable al exigido en los concursos de 700 MHz y 2,5 GHz, usadas para LTE. Además, otras empresas podrían adjudicarse el espectro, situación que profundizaría la incertidumbre en torno a TIM –cercada por rumores de fusión—, Oi –en una delicada situación financiera— y sus clientes.
El gobierno, preocupado por el ballotage presidencial del próximo domingo, aún no se ha manifestado. Sin embargo, la Anatel tomó el recaudo de organizar la reunión a final de mes para que el asunto no tenga incidencia alguna en la campaña.