Apple sorprendió en 2007 con el iPhone y en 2010 lo volvió a hacer, con el iPad; dos de los dispositivos íconos de la marca y que marcaron historia en un mercado móvil que recién estaba en pañales.
Con el correr de los años, el mercado de dispositivos conectados fue evolucionando y este año, todas las miradas parecen ir hacia teléfonos más grandes —los llamados phablets, un intermedio entre tabletas y smartphones— y los dispositivos para vestir —wearables—. Pero hasta ahora, Apple no parecía querer competir en ese mercado.
Hoy, la compañía de la manzana presentó dos versiones de su nuevo teléfono emblema: el iPhone 6 y el iPhone 6 Plus, con pantalla 4,7 y 5,5 pulgadas, respectivamente. Con estos equipos —especialmente con la versión Plus—, Apple busca competir directamente con el Samsung Galaxy Note, el Galaxy S5, el Sony XPeria o el LG G3, todos teléfonos que, por sus dimensiones, podrían entrar en la categoría de phablet.
Los nuevos equipos de Apple vienen con iOS 8, pantalla Retina HD, y sensores como brújula, giroscopio, acelerómetro y barómetro —algo que ya estaba presente en equipos como el Galaxy S5—.
Adicionalmente, Apple presentó hoy el Apple Watch, un reloj inteligente que saldrá a la venta recién el año que viene. Al igual que sus competidores, el equipo se vincula con un smartphone —puede utilizarse con iPhone versión 5 en adelante— y permite contar con un abanico de funcionalidades siempre al alcance de la mano.
Como es habitual, la compañía apuesta al diseño, y en este caso, uno de los factores más destacados del Apple Watch es la posibilidad de personalizar el modo de visualización del panel principal.