C-RAN y Fronthaul: por qué deberíamos resolver problemas del futuro, hoy

Hablar de nuevas tecnologías y Latinoamérica supone, en ocasiones, realizar un ejercicio titánico para demostrarle a los escépticos que no hay tecnología que no aplique a la región debido a su singular situación socio-política y macroeconómica.

Cuando se encara un concepto tecnológico como el que nos ocupa esta semana en el evento sobre Wi-Fi, Small Cells, Cloud/Centralized RAN (C-RAN) y fronthaul, organizado por Informa, es importante abrir la mente y los oídos, y alejarse de los evidentes retos que estas implementaciones traen consigo a los operadores latinoamericanos. No ha habido tecnología que no presentara retos para la región, y sin embargo, aquí estamos en 2014 hablando de despliegues LTE y del crecimiento de smartphones para desmontar la típica frase de “esta tecnología no aplica aún a Latinoamérica”.

En el “aún” está la clave. No debemos pararnos en hoy, porque la tecnología avanza a tal velocidad que el verdadero ejercicio pasa por situarse en el futuro para poder acometerla. En el mundo vitivinícola no escucharemos a nadie negar el vino que está en la barrica por no haber llegado aún a la botella.

En la región consideramos que Wi-Fi y Small Cells ya están en su botella y sólo faltaría llevarlas a las tiendas, venderlas y descorcharlas. No así cuando se trata de C-RAN y fronthaul, que aún son uvas colgando de la viña. Al tratar estas tecnologías no podemos hacerlo desde el escenario actual, sino que debemos armarnos de empatía para ser seres del futuro.

Es nuestra misión en TeleSemana.com ayudar a los operadores de telecomunicaciones de Latinoamérica a imaginar escenarios donde los retos coyunturales de cada mercado han sido superados —a veces incluso algunos de los retos los resuelven las tecnologías que “aún” no aplicarían— para, imaginariamente, enfrentamos a los retos de los operadores en general e independientemente de su ubicación geográfica.

Por decirlo de otro modo, aprovechemos a imaginar que somos operadores europeos, norteamericanos o incluso de Asia Pacifico —este último lo dejo a los más valientes de entre nuestros lectores—.

C-RAN/Fronthaul, Small Cells y Wi-Fi son soluciones tecnológicas que vienen a resolver problemas a futuro de todos los operadores, y los retos planteados en este evento nada tienen que ver con la ubicación del operador en el mundo, sino que son retos asociados a su propia condición de operador —de ser gestor de ciertos activos—.

C-RAN y fronthaul se proponen como soluciones a la necesidad de densificar las redes móviles de forma efectiva. Los operadores tienen claro que el desarrollo de una red de telecomunicaciones móviles no puede seguir los preceptos tradicionales, entre otras cosas porque el simple hecho de encontrar ubicaciones para la infraestructura en zonas urbanas densas empieza a ser una tarea titánica que tiene una oposición físico-urbanística —las ubicaciones no son ilimitadas—, de los propios ciudadanos y hasta de los reguladores.

La gestión y mantenimiento de las redes es otro factor que impulsa la aparición de esta nueva solución de despliegue de antenas y estaciones base. Especialmente cuando los operadores empiezan a comprobar, mediante el despliegue de small cells, que donde ayer la ubicación de una pequeña celda ayudaba a reducir la carga de la red, hoy no sirve para casi nada debido a los cambios en los patrones del tráfico y a que el concepto de “hotspot” debe verse como una entidad flexible.

¿Cómo puede un operador implementar una arquitectura de red rígida cuando el patrón de uso puede sufrir cambios inesperados? Pues con C-RAN y fronthaul se obtiene una importante flexibilidad para ir moviendo las cabezas de radio (radio heads) por una zona urbana sin tener que estar moviendo el resto de la infraestructura.

Según los operadores participantes en el congreso de Informa, una arquitectura centralizada de ciertos componentes permite mejorar la ingeniería de su red de radio reduciendo interferencias y, por lo tanto, mejorando las velocidades de transmisión y capacidad, disminuyendo su demanda energética y la de la batería de los dispositivos —lo que redunda en la experiencia del usuario, tan importante en los debates del sector—.

La utilización de una arquitectura C-RAN y fronthaul permite, además, acelerar los acuerdos para compartir red entre operadores, no sólo apresurando posibles nuevos modelos de negocio, sino generando un ecosistema propicio para llegar a acuerdos con dueños de ubicaciones estratégicas como centros comerciales o estadios de fútbol.

¿Qué operador de la región puede permitirse obviar una tecnología o arquitectura que promete semejantes mejoras?

Teniendo en cuenta este pregunta y volviendo a viajar al futuro, vemos que la 5G está a seis años de lanzarse de forma comercial en algún país del mundo, por lo que podemos concluir que estamos a 10 años de verla en Latinoamérica en el mismo nivel que hoy vemos a LTE. Con la 5G las expectativas aumentan en magnitudes significativas.

El crecimiento de datos requerirá incluir una arquitectura C-RAN/Fronthaul, pero a la vez, este crecimiento en el tráfico juega en contra de la propia tecnología por la capacidad que se necesita para transportar la información entre las cabezas de radio y las baseband units (BBUs).

Para solventarlo los operadores necesitarán fibra óptica para el transporte entre las cabezas de radio y las BBUs, pero este será el tema del próximo artículo sobre este asunto, que podrán leer en 24 horas.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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