La Superintendencia de Servicios Privados de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) de Brasil impuso a Vivo (Telefónica) una multa de 1.067.177,22 reales (414.630 dólares) por violar previsiones del decreto que regula el servicio de atención al cliente, señaló O Globo.
El operador habría incumplido la obligación de no cobrar por las llamadas realizadas al centro de atención y de no mantenerlo operativo las 24 horas del día durante toda la semana.
Además, la empresa debía incluir de manera visible el número de atención al cliente en todos los documentos y materiales impresos entregados a los consumidores en el momento de la contratación del servicio, así como en su página web.
Vivo desobedeció también el mandato de otorgar respuesta inmediata a las consultas de información de los usuarios y resolver las quejas presentadas en un plazo máximo de cinco días.