Los múltiples acuerdos que tienen como objetivo dar cese definitivo a los cargos por roaming internacional ahora aparecen como una forma de supervisar una decisión a la que se llega por los movimientos propios de los mercados. Funcionan casi como cordón de seguridad con fecha, hora y operativo para una salida ordenada.
El último paso en este sentido lo dieron Chile y Brasil, quienes acordaron el fin de la itinerancia internacional entre los países en un plazo máximo de dos años. La decisión fue incluida por los presidentes de ambos países como parte del Acuerdo de Libre Comercio, que también tiene vigencia para cuestiones como comercio electrónico e intercambio de servicios.
Si bien se viene hablando del tema hace años, el roaming cero aplicado entre los países de la Unión Europa parece haber servido como empujón para que la decisión pase de la etapa de discurso en Latinoamérica. Ya hay acuerdos vigentes entre distintas filiales de una misma empresa y también está el ejemplo de Telecom Argentina con la Administración Nacional de Telecomunicaciones (Antel) en Uruguay.
Con la decisión tomada solo queda tachar días en el calendario. Chile es justamente el que más apuesta en la región, pues al acuerdo de Brasil se suma el de Argentina para 2019 y el de los países miembro de la Alianza del Pacífico para 2020. En paralelo, tiene avanzadas las conversaciones con Perú con igual objetivo.
A mitad de año, 19 países iberoamericanos se comprometieron a eliminar los cargos adicionales por servicios de roaming. Lo hicieron en Buenos Aires y de forma no vinculante, como una carta de buenas intenciones. La Comunidad Andina, compuesta por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, también prepara un documento al respecto. De aprobarse de manera definitiva en 2018, podría aplicarse en tres años.
El roaming internacional, ya se ha dicho, está herido de muerte y los interesados se están ocupando de que su final llegue de forma ordenada y sin sobresaltos.
