Los beneficios de 5G para el consumidor final están claros pero ¿son monetizables?

“La 5G es para las empresas” se decía en la última conferencia de prensa del Mobile 360 que se realizó en Buenos Aires, Argentina. En el evento que reúne a los principales exponentes del mercado móvil latinoamericano se vio que la industria había puesto los pies en la tierra y bajado las expectativas en torno a 5G, que lo veían más para el ámbito corporativo y de IoT que para el consumidor final.

Sin embargo, no es nuevo que algunos jugadores de la industria esperan poder hacer negocios con 5G también en el consumidor final. De hecho, las primeras inversiones en los Estados Unidos apuntan justamente a este mercado. Sin embargo, parece haber consenso en que el acceso para el usuario final no es suficiente negocio para garantizar el retorno de inversión de 5G porque difícilmente se puedan mantener precios altos —además de que la tendencia histórica demuestra que los servicios móviles tienden a comoditizarse—.

Es cierto que Verizon inauguró su negocio 5G con un plan 10 dólares más caro que el de 4G. Sin embargo, hay que ver cuánto podrá mantenerse esta estrategia ya que competidores como T-Mobile han prometido que no subirán los precios cuando lancen 5G.

El caso es que Ericsson parece encontrar oportunidades dentro del negocio para el consumidor final y publica un reporte que intenta derribar algunos “mitos” que hoy rondan en la industria y en los que se basan quienes aseguran —como TeleSemana.com— que los operadores no deberían concentrarse en el usuario final a la hora de hacer negocios con 5G.

El primer mito que se intenta derribar es aquel que dice que no hay beneficio palpable para el consumidor con el despliegue de 5G. El reporte de Ericsson asegura que habrá beneficio al descongestionar las redes actuales y mejorar los servicios de banda ancha al hogar. Esto es precisamente lo mismo que ocurrió con 4G, sólo que ya hemos visto como los operadores no han sabido monetizar este despliegue, cuyos principales beneficios económicos se los han llevado los operadores over the top (OTTs).

Es cierto que la banda ancha inalámbrica (FWA) sobre 5G puede ser un buen reemplazo de la fibra óptica al hogar —además porque su despliegue es mucho menos costoso que la solución alámbrica— pero también es cierto que no parece haber casos de uso que justifiquen la inversión en 5G (excepto en aquellos lugares donde los operadores no tienen disponible una solución alámbrica).

Ericsson también se propone dar por cerrada esta discusión con una lista de casos de uso que podría tener la 5G en el área del consumidor final. Por ejemplo, el uso de servicios de streaming vía 5G —habría que preguntarse si aquí esperan justificar el retorno solo con el aumento del tráfico o si podrían los operadores llevarse parte de un mercado que hoy está en manos de Netflix, HBO y otros grandes jugadores audiovisuales—, realidad aumentada y realidad virtual. En estas últimas dos opciones, seguramente habrá oportunidad de desarrollo aunque no está claro qué lugar ocupará el operador. Por ahora, sólo hay algunos experimentos como el de Verizon, que ha firmado acuerdos con Associated Press, Reuters y TIME para producir experiencias inmersivas sobre 5G.

Según la encuesta realizada por Ericsson, los usuarios pagarían hasta un 20 por ciento más por servicios 5G aunque, eso sí, no por la velocidad que ofrecerá la nueva tecnología sino porque esperan nuevas aplicaciones y servicios —lo cual nos hace pensar si ese 20 por ciento más irá en manos de los operadores o de otras compañías que sean más ágiles a la hora de crear servicios para 5G—.

La compañía también afirma que los smartphones no serán los que apalanquen la 5G en el consumidor final, sino que la adopción de 5G será impulsada por una combinación de dispositivos que incluya la evolución de los smartphones —con pantallas más grandes y flexibles, proyección holgráfica y cámaras 360—, pero también anteojos inteligentes de realidad aumentada y otros dispositivos que aparecerán en los próximos cinco años.

Ericsson parece confiar en que los patrones de consumo de los usuarios cambiarán en los próximos años gracias a la implementación de 5G, lo que podría traer nuevas posibilidades de negocio. La encuesta señala, por ejemplo, que la mitad de los consumidores esperan incrementar el consumo del tráfico en 5G, estimando un uso promedio de 200GB por mes. Además, aseguran que consumirán más cantidad de contenido de video desde los dispositivos móviles y dispositivos de realidad aumentada y virtual. Entre las principales aplicaciones para 5G, los encuestados señalaron juegos, realidad virtual y servicios de entretenimiento dentro de los automóviles.

El fabricante de equipamiento parece muy optimista sobre el camino que tendrá la 5G en el consumidor final y, probablemente, todas estas predicciones se transformen en realidad.

Los usuarios finales parecen estar a la expectativa de los beneficios de 5G porque entienden que, al igual que ocurrió con las generaciones anteriores, un salto tecnológico podrá permitirles acceder a nuevos servicios y una mejor experiencia en la red. Este este dato no es menor, porque los usuarios parecen estar dispuestos a cambiar de operador para poder obtener una mejor experiencia. De esta forma, una vez que un operador lance 5G y ofrezca un mejor servicio en zonas de alta congestión de tráfico —estaciones de tren, estadios y festivales, por ejemplo—, probablemente sus competidores lo deban seguir en el camino. Esto significa que los consumidores podrían elegir un operador por tener una red 5G aunque no necesariamente que paguen un plus por este servicio.

A la hora de monetizar la tecnología, siguen quedando dudas. Los operadores, por ahora, parecen ver solo en IoT y en los servicios premium para empresas la única posibilidad de generar un retorno de inversión que les permita hacer el desembolso que requiere la 5G.

Lo que queda claro, según el fabricante, es que los operadores deberán repensar la comercialización de la nueva tecnología móvil de cara al usuario final. Mientras que 4G se comercializaba por paquetes de datos, con 5G, el valor está en la latencia y, por esta razón, los modelos de negocio deberían ser entorno a esta característica de la red. Quizás en la creatividad —y en encontrar los usuarios dispuestos a pagar por tener una menor latencia de la red— esté la forma de monetizar 5G en el usuario final.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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