La unión hace la fuerza: los pequeños prestadores son el principal proveedor de Internet de Brasil

Mirar el gráfico resulta impactante. Entre 2012 y 2013 el mercado de la banda ancha fija en Brasil entró en una especie de amesetamiento en donde el único operador que pudo desprenderse de esa situación fue Claro, que mantuvo cierto crecimiento. Sin embargo, esa línea monótona fue rota a partir de 2014 y 2015, año desde el que una de esas curvas sólo mira hacia el cielo. Es el movimiento que vienen imponiendo las pequeñas operadoras de Internet de Brasil que en menos de 10 años incrementaron más de 10 veces su cantidad de clientes y, miradas en conjunto, son la principal compañía de banda ancha del país más grande de América latina.

Unos 15.000 prestadores de pequeño porte (PPP) de Internet de Brasil son los responsables del mayor crecimiento de la banda ancha desde 2015 a esta parte. Tienen una participación de mercado de 38,3 por ciento, tal como lo muestra el Panorama de Mercado de TeleSemana.com, aunque puede haber algunas variaciones según el tipo de empresas que se incluya en el corte. Lo concreto es que este grupo pasó de atender a 1.180.685 usuarios en 2011 a 13.193.115 a finales de 2020, de acuerdo a las cifras de la Anatel. Su curva de crecimiento arranca con una velocidad a partir de 2016, en 2019 alcanzaron a Claro y llegó la pandemia para que se ubicara millones de clientes por encima, con una expectativa de que siga creciendo a este ritmo, no sólo a fuerza de haber aprendido a entrenar el músculo y a leer al mercado en los últimos cinco años sino también por las regulaciones que se definieron en esos tiempos.

El fenómeno de Brasil es el que miran las pequeñas empresas de telecomunicaciones de la Argentina y el que le llevan a la mesa a los funcionarios de Gobierno. Es también, es resistido por las operadoras de la industria. Y es también el tema que pone sobre la mesa la cuestión de la calidad del servicio.

¿Qué pasó en Brasil para que los PPP de telecomunicaciones sean hoy las líderes de un mercado siempre dominado por las grandes compañías? “Una suma de factores, no sólo uno”, describió con claridad Basilio Pérez, presidente de la Federación de Asociaciones y Cámaras de Proveedores de Internet de América latina y el Caribe (LAC-ISP) que agrupa a empresas desde Ushuaia, en Tierra del Fuego, Argentina, hasta Mexicali, en el extremo norte mexicano.

Para comprender el avance de los pequeños prestadores en Brasil hay que remontarse a 26 años atrás. En 1995 el gobierno de aquel entonces, presidido por Fernando Henrique Cardoso, impidió a las grandes empresas que ofrecieran el servicio de Internet. Eran tiempos en que la conectividad se brindaba mediante el teléfono, razón por la que se crearon miles de pequeños proveedores de Internet apalancados en esa tecnología.

Pero no pasaron muchos años para que las grandes compañías comenzaran a dar Internet vía ADSL. El cambio más importante vino en 2002 cuando el gobierno brasileño creó una nueva forma de licencia de telecomunicaciones que les permitió habilitar el servicio de comunicación multimedia (SCM) aunque  había que tener 9.000 dólares para pagarla y 12 meses de paciencia para obtenerla. Eso no impidió, sin embargo, que algunos cientos de proveedores las obtuvieran. Desde el punto de vista tecnológico se avanzó con la banda ancha inalámbrica.

Como se dieron cuenta que, juntas, sumaban fuerza, en 2009 se organizaron a través de la Asociación Brasileña de Proveedores de Internet y Telecomunicaciones (Abrint) y ganaron visibilidad porque, hasta ese entonces, el gobierno sólo consideraba a las grandes compañías como proveedoras de Internet.

Asociarse resultó positivo. “Cuando el gobierno advirtió, allá por 2010/2012 (ya en la gestión de Luiz Inacio Lula da Silva) que este grupo también era más grande de lo que imaginaban, tomaron medidas para favorecer a las pequeñas prestadoras. Una de las primeras fue la licencia, que pasó a costar 100 dólares, además de reducir la burocracia”, recordó Pérez, entre las primeras medidas de la década pasada. La cosa evolucionó. “Hoy la licencia se obtiene de dos modos: un pago de 80 dólares y entrega de documentación; y gratuita para los que tienen menos de 5.000 usuarios”, recordó Pérez. La autorización para comenzar a operar se obtiene, ahora, en una semana.

El resultado de esas acciones es lo que muestra hoy el gráfico de proveedores de Internet de Brasil. Y el impacto que genera, claro. Como se dijo más arriba, se trata de unos 15.000 prestadores que cubren diversas localidades de una de las geografías más ricas del planeta. De ese total, unos 10.000 son los que tienen una licencia definitiva mientras los restantes 5.000 atienden a carteras de menos de 5.000 usuarios.

El regulador también hizo su aporte en este proceso. La Anatel comenzó a tomar medidas para que los precios mayoristas de las grandes compañías pudieran ser pagados por las pequeñas empresas y avanzó con la famosa regulación asimétrica. Las grandes operadoras, calificadas con la sigla PMS, por tener un Poder Significativo de Mercado, tienen muchas obligaciones a la hora de brindar sus servicios, especialmente de cara a los usuarios. Alcanza a las cinco principales compañías del sector. Las pequeñas empresas tienen menos exigencias reglamentarias en cuanto a calidad, velocidades mínimas y demás aspectos vinculados con la prestación del servicio. Pero, lejos de que se duerman en los laureles de la comodidad regulatoria, esta facilidad terminó siendo un incentivo.

“Esto puede hacer parecer que la calidad de los pequeños prestadores es menor pero es todo lo contrario porque el ISP está ubicado en una comunidad en donde todos conocen al dueño de la empresas y el resultado es que la calidad que muestra los índices de Anatel es mejor que el que ofrecen las grandes operadoras”, subrayó el presidente de LAC-ISP.

Hace dos semanas, la Anatel reveló que las PPP lideran la conectividad en más de 3.500 municipios de Brasil sobre un total de 5.570 distribuidos a lo largo del territorio. Y que la velocidad de las conexiones arranca en los 34 Mbps, lo que habla de un piso que está cerca del promedio de velocidad regional, de 40 Mbps.

En su informe semestral, el mismo regulador destaca el rol de los pequeños prestadores de banda ancha fija al señalar que de los 70,63 millones de hogares brasileños que reciben el servicio, 48,68 millones, es decir, el 68,9 por ciento, se encuentran en municipios atendidos por 12 o más compañías. Es decir, destacó el rol que la competencia genera en el sector y lo atribuyen a que el Índice de Herfindahl e Hirschman (HHI) mediante el cual se informa sobre la concentración económica de un mercado es relativamente bajo en gran parte de los municipios.

Hay otra razón por la que los PPP están tan bien posicionado en el mercado, y se debe a que sus inversiones se concentraron en los últimos años en desplegar fibra óptica al hogar (FTTH), tecnología que en la pandemia terminó de ser valorada por los consumidores. “El 60 por ciento de la fibra óptica de Brasil es ofrecida por los pequeños prestadores, las grandes empresas van por detrás”, aseguró Basilio Pérez.

Estos avances que ha protagonizado este sector tiene como corolario que soportan los mismos problemas a la hora de ampliar despliegues, por ejemplo el uso de los postes, tal como sucede en distintos países de la región, además de escaso acceso al financiamiento. Sobre el primer punto, la Anatel y la Anael (el regulador de energía eléctrica de ese país) están trabajando juntas para resolver ese problema y hay expectativa en que se resuelva de un modo beneficioso para todos los involucrados.

¿Qué puede esperarse hacia adelante con los PPP además de seguir creciendo en participación de mercado? Se viene una consolidación de mercado. Es tan amplio el universo de prestadores que todo indica que se viene un período de fusiones y adquisiciones que ya está teniendo sus primeros movimientos.

Pérez sostuvo que entre los PPP hay empresas que cuentan con menos de 300 clientes, otras que tienen 9.000 y otras que alcanzan el millón, lo que motiva la mirada de inversores internacionales en estas latitudes.

“Es un proceso que va a durar algunos años. Ya hay unas 25 empresas que tienen más de 200.000 clientes y esto es fruto de alguna consolidación del mercado”, señaló el directivo para quien este fenómeno será un continuo en los próximos cinco a 10 años. De hecho, aventuró que en cinco años este segmento ya contará con 4.000 a 5.000 empresas medianas, y que las pequeñas siempre existirán porque hay muchos nichos de mercado en los cuales trabajar, como los de las localidades indígenas.

Este modelo impulsado en Brasil es el que algunos sueñas con aplicar en otros países de la región. Pérez coincide en que puede implementarse sin ningún problema y que la ventaja es “avanzar en la inclusión digital porque va rápido”. Y si la conectividad va rápido también se amplían las oportunidades de crear cosas nuevas. En Brasil, aún cuando todavía hay grandes porciones de población no conectadas, pensar en esas nuevas opciones parece ser posible.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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