En la Argentina de las contradicciones, aunque un decreto considera que las telecomunicaciones son un servicio público esencial, la letra no parece calar en ciertos municipios, que continúan obstaculizando nuevos despliegues de red y, con ello, la mejora de los servicios de conectividad de los ciudadanos. Esta vez es el turno de San Francisco, una localidad ubicada a 206 kilómetros de la capital de la provincia de Córdoba, donde el municipio de esa ciudad y el Concejo Deliberante ni tratan ni aprueban un proyecto que contempla una inversión en fibra óptica para mejorar las comunicaciones de los clientes de esa zona.
La inacción de la dirigencia política de esta localidad de la provincia mediterránea, conocida por ser uno de los polos de desarrollo tecnológico de la Argentina y contar con una de las universidades más prestigiosas del país, se choca no sólo con el DNU 690 que declaró a las telecomunicaciones como esenciales, sino también con el dinamismo que el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) viene mostrando en las últimas semanas con anuncios diarios sobre entrega de Aportes No Reembolsables (ARN) para nuevos despliegues de fibra, acuerdos para mejora de conectividad, para expandir redes en las universidades, para llevarle Internet a los barrios populares, entre otras buenas nuevas y en el marco de la campaña electoral que transcurre en este país. En Córdoba también están en campaña, pero cuando una pequeña empresa de Internet pide la autorización para construir fibra óptica, los funcionarios se sacan fotos para el afiche pero se olvidan de la gestión.
Por eso, la Cámara Argentina de Pequeños Proveedores de Internet (CAPPI), expresó su “profundo desconcierto ante la negativa a autorizar las obras de tendido de fibra óptica en el municipio de San Francisco, Córdoba, que atenta contra la expansión de Internet en el país, justamente en un momento en el que la pandemia ha puesto de relieve el rol que tiene la conectividad para la continuidad del trabajo, la educación y la vida cotidiana de los ciudadanos”.
A través de un comunicado la entidad señaló que el comportamiento asumido resulta “particularmente llamativo tomando en cuenta que las telecomunicaciones y el acceso a Internet son considerados hoy en todo el mundo una herramienta clave para que la población pueda trabajar y estudiar, así como acceder a la información y servicios de salud y al entretenimiento”.
La empresa que solicitó el permiso es Internet Services, uno de los proveedores de servicios de banda ancha de esa ciudad que cuenta, en la actualidad, con más de 4.800 clientes en la localidad en la que está presente desde hace ya 12 años. El objetivo es llegar con fibra óptica directa a los hogares, de manera similar a lo ya realizado en otras provincias del país, como Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe. En esa localidad, existen otros dos proveedores del servicio, Personal (la ex Fibertel) y Monet Telecomunicaciones, una empresa familiar de la zona, que está desplegando fibra óptica sin inconvenientes, según lo expresado por la misma compañía en mayo pasado a diarios de la zona.
Son, justamente, las inversiones en fibra óptica las que más necesita hoy la Argentina pues sobre más de 9,5 millones de accesos de banda ancha fija, sólo el 13 por ciento corresponden a esta tecnología, contra más de un 50 por ciento de cablemódem y un 25 por ciento que resiste en los viejos ADSL. Fomentar la competencia es uno de los mecanismos para favorecer esos mayores despliegues. Tampoco pareciera estar favoreciéndose esa condición en San Francisco.
El problema de la compartición de infraestructura sigue tan vigente como siempre en la Argentina, sin que termine de resolverse de una vez. CAPPI sostuvo en el comunicado que en el municipio de San Francisco, “al igual que en muchas otras localidades del país, existe una gran problemática en relación a los permisos de obra y al acceso y compartición de los postes de tendido eléctrico, de luminarias y cableado de TV, donde quienes tienen el control de ese recurso, en muchos casos actuando como un monopolio de la infraestructura pasiva existente, obstaculizan su uso compartido, algo que se traduciría en un mayor desarrollo de internet en el país”.
Aunque se trata de un comportamiento que se repite en otros países de la región, también debe recordarse que existen casos donde desde las instancias más altas se promueve la compartición de recursos para agilizar los despliegues de red. En la Argentina aún persisten comportamientos alejados de las necesidades que este momento de la historia y de las telecomunicaciones exige, tal como sucede ahora con el caso de San Francisco.
