La semana que culmina con las festividades del 24 de diciembre, será recordada por haber sido la de la activación de las primeras redes comerciales de 5G en Brasil luego que así lo hiciera Claro en Brasilia y en San Pablo, en ambos casos sobre la banda de 2.3 GHz; aunque todavía no se conocieron los planes o condiciones comerciales de su uso.
Se trata de lanzamientos en la red 5G Non Standalone (NSA), donde operan las otras frecuencias del operador, dado que la activación del servicio sobre la banda de 3.5 GHz está prevista para el 30 de junio de 2022. E inclusive, se podría postergar hasta agosto.
La noticia circuló en medios locales como Jornal Valor Económico y Teletime, y en los que se señala que, en el caso de Brasilia, por ejemplo, las primeras antenas activadas se encuentran en uno de los principales barrios del lugar, conocido como Asa Norte, y que la expansión será inminente y paulatina e incluirá a otros como Asa Sul y el Sector Comercial.
Lo mismo ocurre en las regiones de Itaim Bibi y Vila Nova Conceição de San Pablo, primeras localidades que verán desplegar esta nueva tecnología de comunicación caracterizada por su gran velocidad y mínima latencia; y que en los próximos meses también incluirá a Marginal Pinheiros, una de las carreteras más importantes de San Pablo.
En diálogo con los medios locales, Paulo Cesar Teixeira, director general de consumo y pymes de Claro, definió a la banda de 2.3 GHz como “un espectro comodín” y explicó que su virtud radica en que “se puede utilizar tanto para 5G como para 4,5G, tiene una alta capacidad de transmisión y se adapta muy bien a la realidad de las capitales”.
Según declaró el operador, “los teléfonos inteligentes compatibles con 5G midieron velocidades de 700 Mbps en la red, incluso sin la agregación con el espectro de 3.5 GHz”.
Claro está concentrado en 5G e interesado en dar marcha a esta nueva era. Inclusive, fue el mismo operador que tres semanas atrás dijo que emitiría, en un único pago, su compromiso por el espectro obtenido en la subasta del pasado 4 de noviembre y cuyo plazo para efectuarlo vence hoy.
En tren de repasos, es pertinente recordar que en la frecuencia de 2.3 GHz, el operador se quedó con un lote en la Región Norte, por 12 millones de dólares (72 millones de reales); otro en San Pablo por 133 millones de dólares (750 millones de reales); uno más en Medio Oeste, por 26 millones de dólares (150 millones de reales) y otro en el sur por 37 millones de dólares (210 millones de reales), sumado al que integró una centena de municipios en cuatro estados por 5,7 millones de dólares (32 millones de reales).
A su vez, en la frecuencia de 3.5 GHz, Claro obtuvo un lote nacional de 80 MHz, por 60 millones de dólares (338 millones de reales) y sobras del lote nacional de 20 MHz por 14 millones de dólares (80.338 millones de reales). Luego, en la frecuencia de 26 GHz, hizo lo propio con un lote nacional por 9,4 millones de dólares (52.825 millones de reales).
Sin dudas, son las últimas horas de un año que estuvo marcado por la pandemia de covid-19 pero también por el cambio de paradigma que implica al advenimiento de 5G, ya sea por la concreción de la subasta realizada con pompa en Brasil como también por los avances dados en diversas zonas de la región, además de las discusiones y advertencias que llegaron desde otras latitudes. Y, como en todo cambio de paradigma, nadie resulta ajeno.
