Se va 2021, el año del inicio concreto de 5G en América latina

2021 será recordado como el año del arranque de 5G en América latina. Lo hecho por Chile, República Dominicana y Brasil será, sin dudas, el cimiento sobre el que se apoyen los procesos de licitación en los restantes países de la región en 2022 y en los años venideros. Porque hay una cosa clara: algunos países posiblemente comiencen a caminar hacia la quinta generación móvil en el próximo año, pero no todos lo harán, en parte porque aún tienen muchos pendientes en 4G, en parte porque los procesos macropolíticos y económicos por los que transitan obligarán a seguir tomándose un tiempo antes de la decisión final.

¿Qué deja este 2021 en materia de lecciones aprendidas en torno a 5G? Después de un proceso atravesado por la pandemia, Chile pudo lograr, a finales de 2020 activar una convocatoria que tuvo varias marchas y contramarchas pero que culminó, ya entrado 2021, con éxito. Recaudó 453 millones de dólares, a partir de la apuesta realizada por Movistar, Entel y WOM que, así, accedieron a la banda de 3.5 GHz, y a partir de ese momento la posibilidad de transitar un nuevo camino pues, en paralelo, había que continuar trabajando con las políticas que ampliaran la conectividad en la población.

Chile presenta contrastes fuertes: por un lado, es el país de la región con mayor penetración de banda ancha fija, equivalente al 40 por ciento del total de esas conexiones pero, por el otro, aún resta un 40 por ciento de la población por conectar. De ahí que la política en materia de telecomunicaciones debe avanzar con lo urgente y lo importante en simultáneo: llevar el acceso a Internet a las poblaciones remotas, de bajos recursos, de baja densidad poblacional, y mejorar la calidad de quienes ya están conectados sin olvidar de la evolución. Chile quiere posicionarse como el hub digital de América latina y, para ello, es necesario avanzar con todo a la vez a nivel de decisión y de vinculación con los diversos actores sociales.

En el medio de este escenario, y de cara a las elecciones que culminaron este domingo 19 de diciembre, con la victoria en segunda vuelta de Gabriel Boric, un candidato surgido de la protesta social de noviembre de 2019 cuando la ciudadanía se levantó contra el aumento del boleto de transporte y generó una crisis profunda en el gabinete de Sebastián Piñera, que renunció a pleno, con una excepción: la de la ministra de Transporte y Comunicaciones, Gloria Hutt que le había desaconsejado al jefe de Estado tomar esa decisión.

Fue esta ministra la que en 2020 encarriló el proceso para avanzar con 5G, en conjunto con Pamela Gidi, a cargo de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel). Hasta mediados de 2021 simbolizaban un tándem ejemplar en la industria de las telecomunicaciones: había decisión y había política, y siempre números que avalaban lo realizado por la gestión. Hasta que algo sucedió – pelea de egos coincidieron varios expertos chilenos – y de un día para otro, se conoció la renuncia de Gidi que, no obstante, venía siendo cuestionada desde el sector público y el privado porque no terminaba de cerrarse el proceso administrativo de la licitación 5G. A esto se sumó el rol de otros personajes fuertes de la política chilena que también aparecieron en la escena de las telecomunicaciones. Lo concreto es que Gidi debió irse porque hubo un apoyo claro de Piñera hacia Hutt y eso provocó que Francisco Moreno, también cuestionado desde ciertos espacios de la política, tomara a su cargo la Subtel y continuara con lo previsto para este año.

Sobre el último trimestre del año, los tiempos comenzaron a acelerarse en torno al proceso de 5G. Se publicaron los decretos, las operadoras hicieron lo suyo, y comenzaron a mostrarse más fuertemente los trabajos que venían encarándose en los campus, esos laboratorios de pruebas que las compañías junto con las universidades conformaron para tener casos de negocios que justifiquen las millonarias inversiones que demandará la quinta generación móvil.

Parte de esta aceleración también respondía a una dinámica electoral. 5G fue, sin dudas, uno de los mejores ejemplos de gestión que el gobierno de Piñera tenía para mostrar: porque estaba liderando la región, porque la apuesta de las operadoras había sido alto, porque permitiría ampliar la conectividad para resolver parte de la deuda social que hay en este país. aunque el oficialismo no tenía chances de mantenerse en el poder, había que mostrar lo hecho, y así fue: el jueves anterior a la segunda vuelta electoral, Sebastián Piñera, encendió la red 5G. Movistar y Entel son las operadoras que ya ofrecen planes comerciales a sus clientes.

¿Qué pasó en República Dominicana? Ejemplar. Así es considerado el proceso impulsado por el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel). También fue 2021 el año de la llamada a licitación y adjudicación de espectro para 5G, precedido por un amplio proceso de consulta pública orientado a aglutinar la mayor cantidad de voces y consideraciones, a fin de concluirlo y abrir la puerta a la construcción de las nuevas redes sin obstáculos.

Se pusieron en juego 90 MHz de la banda de 700 MHz, y otros 160 MHz para la de 3.3-3.5 MHz, en todos los casos en bloques de 10 MHz (5+5 MHz) y fue el propio presidente de este país, Luis Abinader, quien se ocupó de realizar el anuncio oficial y de poner en movimiento a la industria a través de consultas publicas, análisis, revisiones, hasta que en agosto se redactaron los pliegos para avanzar hacia el tramo final del inicio de 5G.

En medio de este panorama, el Indotel fue capaz de crear al Plan Maestro de Uso del Espectro Radioeléctrico (PMUER) mediante el cual estableció objetivos de corto, mediano y largo plazo a fin de reducir la brecha digital y reactivar a la economía, también impactada fuertemente por la pandemia, tal como sucedió en todo el planeta.

Ese plan tiene cinco objetivos concretos: planificar un uso eficiente de espectro, agilizar los trámites vinculados con su asignación, consolidar el modelo de vigilancia y control de uso del espectro, actualizar el régimen normativo, y lograr que todo eso sienten las bases para desarrollar la gestión del conocimiento en temas de espectro. Todo esto ya con la mira en nuevas bandas de espectro, como la de 600 MHz, y con los pasos a dar en 2022 y en 2023, a fin de ir ejecutando las acciones pertinentes para cumplir con las metas establecidas de cara a 2030.

Mientras consultaba, revisaba, y definía, también se avanzaba con el proceso de 5G, Llegó octubre y, con él, la presentación de las propuestas técnicas y económicas. Sólo Claro y Altice harían las suyas, y Vivo se mantendría al margen. La República Dominicana recaudó 73 millones de dólares por los bloques puestos a disponibilidad. Claro accedió a 70 MHz en la banda de 3.3 – 3.4 GHz, y pagó 53 millones de dólares por una asignación que se extenderá durante los próximos 20 años.. Altice se quedó con otros 70 MHz en la de 3-4-3.5 GHz, por 20,6 millones de dólares, y un tiempo de 14 años de concesión, tal el período durante el cual se extenderá su contrato.

Y llegó el turno de Brasil. Casi como una telenovela. Así fue el desarrollo del proceso de licitación de 5G en Brasil. Idas y venidas desde 2020 en adelante. Lo redactado por la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) fue observado, mirada, analizado una y otra vez por el Tribunal de Cuentas (TCU), que se convirtió en el más áspero revisor de lo escrito.

Por momentos, el tono de los cuestionamientos fue tan alto que se llegó a tirar un manto de sospecha sobre eventuales irregularidades en la licitación tal como se estaba planteando. Hasta que en un momento hubo que fijar los plazos fijados por la normativa y el tiempo comenzó a correr más velozmente, mientras las críticas continuaban a la orden del día, desde el TCU, desde la Anatel, desde el sector privado. Nadie se privó de hacer su aporte a la gran discusión de 5G que, como en las mejores series, no sólo terminó realizándose en los tiempos establecidos sino que, además, se trató de la licitación mais grande do mundo, tal como decimos en TeleSemana.com.

La licitación de 5G de Brasil se cerró por más de 8.500 millones de dólares, de los cuales unos 870 millones de dólares le quedarán al Tesoro que, además, recibirá estos pagos a lo largo de los próximos 20 años. El proceso no sólo permitió que Claro, TIM y Vivo (Telefónica) se hicieran del ansiado espectro de 3.5 GHz, además de otras porciones de la banda de 26 GHz, sino que también habilitó el ingreso de un cuarto operador nacional en 4G, Winity II Telecom, que pagó 254 millones de dólares por 10 MHz en la banda de 700 MHz, y el ingreso de un grupo de pequeños prestadores de Internet en el negocio de la telefonía móvil.

Para los lotes nacionales de 80 MHz en la banda de 3.5 GHz, Claro ofreció más de 60 millones de dólares, Vivo propuso casi 75 millones de dólares mientras que la oferta de Vivo alcanzó los 62,4 millones de dólares. Hubo un cuarto lote de esta banda que no ofreció ninguna propuesta, con lo que ya se especula que posiblemente en 2022 se realice una nueva compulsa. Pero no es sólo por este motivo: varios bloques quedaron pendientes de candidatos, inclusive hubo un prestador que se hizo de la frecuencia de .. y la devolvió porque no le resultaba conveniente al no haberse podido hacer de más espectro que le permitiera desarrollar una infraestructura sustentable.

Entre los pequeños prestadores que ingresaron en el negocio móvil tras hacerse de bloques regionales figuran Algar Telecom, que ya comenzó a dar sus primeros servicios en la frecuencia de 2,3 GHz en localidades puntuales, básicamente en torno a donde está ubicada su casa matriz; además de Brisanet, Copetel, Unifique y Sercomtel.

Aunque durante el año la licitación de 5G tuvo esta entrega por capítulos de idas y venidas, una vez que se produjo la licitación, el pasado 4 de noviembre, los trámites que le han seguido se han cumplido en tiempo y forma: los contratos están firmados y las compañías ya están anticipando, aunque a cuentagotas, cómo serán sus estrategias de despliegue. Está claro que todas irán sin dudar a la banda de 3.5 GHz en primer lugar y que, luego, se irán apalancando en las restantes bandas a medida que el servicio comience a ser adoptado y utilizado.

Como parte de las obligaciones del proceso, el próximo 31 de julio deberían estar activadas las primeras redes 5G en las principales ciudades del país. Para algunos analistas, será difícil llegar a esa fecha con esta exigencia. Pero el gobierno, a través de la Anatel, podrá ejercer sus presiones para hacerla cumplir: uno de los aspectos aplaudidos de la licitación fue que las operadoras tendrán 20 años para pagar lo ofrecido por espectro, de modo que parece inadmisible, visto desde afuera, que existan excusas para no llegar a esa fecha del mejor modo puesto que el dinero de que dispongan se podrá destinar plenamente a inversiones en infraestructura 5G.

En 2022 hay elecciones en Brasil y, tal como sucedió en Chile, a la gestión de Jair Bolsonaro – quien estuvo presente en el acto de la licitación de 5G – le va a gustar mostrar esto como un logro de gobierno.

Otros “mientras tanto” también tendrán que ser resueltos en estas latitudes, tal como sucedió con el espectro que quedó pendiente, el bloque de 3.5 GHz y varios de 26 GHz, destinados en principio a conectividad educativa y que recibió propuestas por solo la mitad de lo disponible.

Lo que está claro es que todo lo que se produzca en Brasil de ahora en más traccionará a la región que, con semejante gigante poniendo en marcha 5G, seguramente vea en 2022 a más países llamando a concurso. México podría ser uno de ellos pues ya conformó su comité 5G cuyas deliberaciones se encararán a partir de febrero próximo. Pero si quiere ser exitoso no hay dudas de que deberá encarar un proceso de reformulación profundo sobre el precio del espectro que, de tan alto, en este 2021 dejó truncas licitaciones por bandas para ampliar servicios 4G. Sería de mucha necedad avanzar en una licitación 5G con este mismo escenario que, vale recordar, no es responsabilidad del Instituto Federal de las Telecomunicaciones (IFT) sino de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Colombia podría encaminar esta conversación también en 2022, momento en el que transcurrirán las elecciones presidenciales, y en un contexto donde ha corrido mucha agua bajo el puente con las políticas de conectividad, denuncias de malversación de fondos, y la renuncia de la ahora ex ministra Karen Abudinen.

América latina se mueve. Con idas y venidas. Pero se mueve. Y es una buena señal. 5G trae muchas promesas. La región tiene muchas necesidades. Y es prioritario que la infraestructura de telecomunicaciones se construya teniendo en cuenta cómo resolverlas o ayudar a resolverlas. 2021 se despide con varias banderas de largada flameando. 2022 se plantea como más auspicioso. Pero, como siempre, habrá que ver y esperar.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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