Remplazar el equipamiento de Huawei y ZTE en las redes de Estados Unidos será tres veces superior a lo previsto por la FCC

El costo del remplazo del equipamiento de Huawei y de ZTE en las redes telecomunicaciones de Estados Unidos costará tres veces más que lo previsto por la Federal Communications Commission (FCC), a cargo de convocar a las operadoras a realizar esta tarea. Los 1.900 millones de dólares que había dispuesto el organismo se convirtieron en 5.600 millones de dólares solicitados por parte de la industria. ¿Resulta tan caro un cambio de equipamiento? ¿O, como se dice en la Argentina, “el que no llora no mama”? Lo cierto es que este programa tiene un costo y, según con el prisma con el que se lo mire, no parece ser exclusivamente económico.

Esta historia, o esta parte de la historia de la guerra que Estados Unidos libra contra China en el terreno tecnológico, comenzó en septiembre de 2021, cuando el Gobierno de Joe Biden, a través de la FCC, abrió el programa para remplazar equipamiento de fabricantes chinos, aunque la mayor intencionalidad siempre estuvo puesta sobre Huawei. Una política de Estado que se sigue desde la era Obama.

Este último programa cerró la convocatoria en enero pasado. En este período se presentaron 181 carriers interesados en acceder al financiamiento para renovar y remplazar equipamiento en sus redes “que representan una amenaza para la seguridad nacional. Si bien tenemos más trabajo por hacer para revisar estas solicitudes, espero trabajar con el Congreso para garantizar que haya suficientes fondos disponibles para este programa para avanzar en los objetivos de seguridad del Congreso y garantizar que Estados Unidos continúe liderando el camino en seguridad 5G”, afirmó Jessica Rosenworcel, presidenta de la FCC, ante el Congreso de ese país.

Para ingresar al programa y obtener los fondos oficiales para encarar esa tarea uno de los requisitos era tener menos de 10 millones de clientes, lo que supone que se trató de una iniciativa orientada a los pequeños prestadores, pero también se incluyeron escuelas, bibliotecas, centros de salud, es decir, espacios en donde también funcionan redes que, posiblemente, se hayan construido de la mano de proveedores chinos.

La pregunta es: ¿Es posible que la FCC se haya equivocado tanto al dimensionar el monto que se necesitaría para encarar esa tarea? ¿O los proveedores de servicios de telecomunicaciones piden más para cubrirse y porque, se sabe, se trata de un sector al que, globalmente, le gusta lamentarse más que a otras industrias? ¿O las dos? ¿Sería una alternativa más inteligente disponer de esos mismos fondos para actualizar y ampliar redes con otros proveedores y, de ese modo, relegar al equipamiento “maldito” que supone ser el provisto por las compañías chinas?

La indagación resulta válida en un contexto donde está claro que Estados Unidos cerrará lo más que pueda su vinculación tecnológica con empresas chinas, y si se trata de Huawei, más aún. Pero las dudas que plantea Estados Unidos sobre la supuesta vigilancia que se ejerce desde las redes que cuentan con equipamiento de las compañías chinas también genera ciertas incertidumbres en Europa, donde las operadoras, hasta el momento, han optado más por equilibrar la participación de los distintos proveedores en sus infraestructuras que por eliminar a una de ellas. Saben que contar con un proveedor menos fortalece a las otras a la hora de negociar un contrato, un precio.

En 2019, cuando la discusión tomó cierta altura en Europa, un informe de Strand Consult estimó en 3.500 millones de dólares el costo para remplazar el equipamiento de Huawei y ZTE en las redes de telecomunicaciones, aunque la interpretación que se daba en aquel momento era que se trataba de un costo que las operadoras iban a tener que afrontar de todos modos en el marco de la evolución hacia las redes 5G.

Los informes de Strand Consult no son objetivos en cuanto a la tecnología provista por las empresas chinas. Por el contrario, no sólo acusa a las compañías de diseñar a sus equipos para desarrollar acciones de inteligencia sino que, además, asegura que esto se enmarca en acuerdos que tanto Huawei como ZTE tienen con el Gobierno de China.

No obstante, de tanto en tanto, dispara algún cuestionamiento fuerte hacia las operadoras de telecomunicaciones que, en relación al cambio de equipamiento de sus redes, parecen llorar más de la cuenta, como en el tango. En uno de sus informes, Strand cuestionó a BT y a Vodafone por esta razón. En mayo de 2021, BT aseguró que ese remplazo para las redes 5G le costaría más de 700 millones de dólares, y que esa tarea le demandaría cinco años, mientras que Vodafone señaló que la misma tarea le representaría unos 230 millones de dólares.

Strand aseveró que las compañías tendrían que desembolsar esos montos de manera obligada para actualizar sus redes y mejorar los niveles de calidad. “En términos prácticos, el hardware y el software sin las redes son constatemente actualizadas y mejoradas según cómo han ido evolucionando, de 2G a 3G, a 4G y, ahora, a 5G. En general, los operadores europeos están actualizando las redes 4G que construyeron entre 2012 y 2016”, en alusión directa a Vodafone y BT. Mientras otros, como la danesa TDC, las noruegas Telenor y Telia, y Bell Canada han sido más honestas en este punto, y vienen remplazando los equipos de Huawei sin tanta queja acerca de los costos exorbitantes que eso implica o los tiempos que conlleva esa tarea.

¿Los 181 operadores de telecomunicaciones que pidieron tres veces más el dinero disponible por la FCC para efectuar ese remplazo también están sobredimensionando el problema? ¿O es en verdad tan costoso?

Strand, al menos por ahora, no se ha pronunciado sobre el caso en Estados Unidos. La cifra ofrecida y la solicitada sorprenden, especialmente en tiempos en donde la inversión en infraestructura es tan costosa en dinero y en tiempo. En este punto, si hubo o no un mal cálculo puede llegar a ser anecdótico. ¿Este recambio significará una avanzada en materia de telecomunicaciones y equipamiento por parte de los Estados unidos? Es difícil saberlo.

Por ahora, nos quedamos con el asombro de las cifras. Y con más preguntas que respuestas, aunque también con la certeza de que “el que no llora no mama”. Si Estados Unidos quiere que se remplace todo el equipamiento chino y esto, en el fondo, molesta a las operadoras, van a pedir lo más que puedan para evitar afrontar cualquier mínimo costo con la billetera propia.

Al ser consultada Huawei sobre el tema, la compañía china dijo no tener comentarios para hacer. El capítulo Estados Unidos parece hacerle subir los hombros y dejarlos caer.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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