Chile otra vez. El país que acaba de darle la bienvenida al nuevo presidente Gabriel Boric viene repitiendo movimientos en la industria de las telecomunicaciones, en la misma dirección. Ahora es el turno de Entel Chile que evalúa vender sus centros de datos y su división de fibra óptica. Se trata de un proceso iniciado el año pasado, en el que se contactaron a más de 30 fondos de inversión, la nueva estrella de esta industria, aunque en carrera por los centros de datos parecen haber quedado solamente dos. Se trata de un nuevo movimiento que sigue una tendencia global, inaugurada hace algunos años aunque, ahora, es más notorio.
La noticia se conoció luego de que el gerente general de la compañía, Antonio Buchi, informara a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) de ese país que habían aparecido terceros interesados en avanzar sobre los activos de la compañía. Y admitió que estaba en evaluación tanto la posibilidad de encarar “un proceso que implique la enajenación total o parcial de dichos activos, así como la prestación de servicios entre las partes, junto con otros posibles acuerdos comerciales”, tal como expresó en ese comunicado que fue tomado por los principales medios chilenos.
También aclaró que, hasta el momento, no ha tomado ninguna decisión y se comprometió a mantener informado al mercado frente a cualquier transacción que pudiera producirse.
Este martes, momento en que se produjo la novedad, las acciones de Entel y de su accionista controlante, Almendral, experimentaron crecimientos, en un movimiento que prácticamente va en dirección contraria a lo que está sucediendo en los mercados mundiales, insertos en un contexto de gran incertidumbre por la invasión de Rusia a Ucrania y por otros factores vinculados con las consecuencias de la pandemia.
Una parte de los activos de Entel que están a la venta, particularmente los cinco centros de datos, están valuados entre los 800 y los 1.000 millones de dólares, según indicó el Diario Financiero que también aclaró que, en caso de concretarse la venta, la operadora podría recaudar entre 300 y 500 millones de dólares. Los centros de datos se ubican en Ciudad de Los Valles, Nuñoa, Pedro de Valdivia, Longovilo y Amunátegui. A esto debería sumarse el valor de la infraestructura fija.
Pero aquí hay que mirar con más atención. Entel Chile ostenta apenas un 6,7 por ciento de participación de mercado en el negocio de banda ancha fija, por detrás de VTR, Movistar, Claro, Mundo y GTD. Y brinda ese servicio a través de LTE y fibra lo que responde más a su fortaleza dentro del mercado móvil, que lidera con un 31,9 por ciento de participación. En el balance de 2021, la operadora había informado que ya contaba con 767.000 casas pasadas, un 69 por ciento más en la comparación interanual pero el esfuerzo realizado no pareciera alcanzar aún para lograr un mejor posicionamiento en ese mercado.
El movimiento que podría dar Entel Chile sería similar al que ya realizó Movistar Chile con KKR, donde escindió la unidad de fibra óptica o, en caso de buscar otro tipo de asociación, tal vez se parecería más al protagonizado por VTR con Claro donde aúnan fuerzas para prevenir la pérdida de clientes. Sucede en un momento en que uno de los jugadores de banda ancha fija que más creció en pandemia, Mundo, acaba de cambiar de accionistas y en un contexto macro signado por 5G y los enormes esfuerzos de inversión para desplegar esta tecnología.
Entel Chile viene desplegando la red de quinta generación que se concentra, principalmente, en la región Metropolitana, a medida que ya brinda cobertura parcial en zonas como Valparaíso, Antofagasta, el Maule y el Biobío, Araucanía y Los Ríos. Pero, aún con resultados financieros positivos y despliegues en marcha, la cosa no parece ser tan sencilla en la industria.
Chile se está convirtiendo en un caso testigo de asociaciones y nuevas formas de encarar el negocio de las telecomunicaciones en un escenario donde hay un ambiente favorable a la inversión y a la competencia, tal los requerimientos mínimos que suelen demandar los jugadores de la industria. Parece que esas condiciones no son suficientes, al menos en el actual momento de la industria en donde cada uno de sus actores debe implementar las estrategias que considere mejor para mantenerse en un mercado que abunda en nuevos desafíos.
