El próximo domingo 27 de marzo será el día que el pueblo uruguayo asistirá a las urnas para concretar el tan mentado referéndum por el sí o por el no derogar los 135 artículos controvertidos que integraron a las 500 medidas sancionadas bajo el paragua de la Ley de Urgente Consideración (LUC), mega normativa controvertida por haber involucrado la sanción ómnibus de legislaciones de diferente tipo y sector, entre las que se encuentra la portabilidad numérica (PN).
El tema de la PN consumió largas horas de debate desde que fue sancionada y, aunque los cuestionamientos fueron más sobre el aspecto político que sobre el técnico, todos se hicieron notar. A grosso modo, para buena parte de sus defensores, la medida agrega derechos a los consumidores, usuarios de la telefonía móvil que ahora contarían con la posibilidad de cambiar de operador sin perder su número de teléfono. Sin embargo, para los detractores, se trata de una estrategia más amplia que apunta a horadar el posicionamiento de mercado que ostenta el operador público local, Anatel.
Cabe recordar que la LUC fue sancionada en julio de 2020 y, aún a pesar del mar de discusiones que llevaron a activar el mecanismo de referéndum, la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (Ursec) se abstuvo a su objetivo de dar curso a aquellas medidas sancionadas y fue avanzando conforme el calendario burocrático preestablecido: entre ellas, las que posibilitaron que el 12 de enero de 2021 se diera inicio a la PN. La puesta, inclusive, contempló que si el referéndum lograra el sí, todo este proceso habría sido vano. Y ese asunto se dirimirá el próximo domingo.
Sin embargo, las especulaciones, las encuestas y las mediciones off the record corren como agua desde hace tres meses. Por ejemplo, las estimaciones oficiales que señalaban que el 25 por ciento del parque de usuarios móviles uruguayo estaría dispuesto a portar su número sobre un total de 5,6 millones repartidos entre Antel (53 por ciento), Movistar (29 por ciento) y Claro (18 por ciento).
Inclusive, el balance de la PN realizada en su primera quincena de funcionamiento, incrementó en 1.100 clientes netos nuevos a la base de Antel y bajó la de Movistar, en 1.000 usuarios y la de Claro en 20. En ese momento, solo se había movido el 0,08 de la base de suscriptores móviles del país, estimada por el regulador en poco más de 4,6 millones hasta junio de 2021. Pero el proceso no se detuvo y con él, el movimiento.
Por estos días, el medio local Caras y Caretas publicó nuevos indicadores, correspondientes a la primera quincena de marzo, en los que se señala que Antel fue la empresa que más clientes perdió, al registrar un saldo neto negativo de 800 usuarios, frente a los 260 de Claro y los 1.000 que ganó Movistar. Y, aunque el regulador no dio a conocer las cifras concretas, el medio pudo saber que Antel lleva acumulados 1.550 clientes nuevos desde el inicio de este proceso de portabilidad, frente a los 130 que sumó Claro y los 1.700 que perdió Movistar.
Pablo Siris Seade, director de la Ursec sostuvo en un posteo en su cuenta en la red social Twitter que, a su parecer, “es muy temprano para hablar de pérdidas y ganancias” en lo vinculado a la PN, al tiempo que admitió que “parecen cambiar los resultados que se observaban al principio” e indicó que el número de portaciones es menor al 0,3 por ciento del total de abonados móviles, “lo que demuestra que la demanda contenida era muy menor. No hubo avalanchas de pedidos de #portabilidadnumerica. No se justifica no haber esperado el resultado del 27 de marzo”.
Lo cierto hoy es que para el 27 de marzo faltan, apenas, seis días y las encuestas empiezan a mapear el clima. Por ejemplo, El Observador publicó las conclusiones arribadas por la consultora Factum, en la que se señala que el 41 por ciento de la población no derogaría los artículos, que el 36 por ciento sí lo haría y que un 19 por ciento estaría indeciso, sumado al cuatro por ciento que sufragaría en blanco o anularía su voto. E, inclusive, el estudio de Factum observó que el voto por la no modificación reglamentaria creció entre se septiembre de 2021 y marzo de 2022, al pasar del 38 al 41 por ciento. El refranero popular sabe que los votos se cuentan de a uno pero, para eso, todavía falta.
