“En Uruguay es necesario que las condiciones para todos los operadores sean las mismas, porque si no es competencia desleal”

Verónica Rudolph es la directora de Claro Uruguay, la única mujer al frente de una operación de América Móvil en la región en un país que todavía tiene mucho que recorrer en materia de competencia en telecomunicaciones porque, se sabe, Antel lo acapara casi todo. Y conduce la filial en momentos en que el país discute temas de telecomunicaciones, como la portabilidad, con varios años de atraso en relación a otros mercados. Con un referéndum en el horizonte próximo que definirá el futuro de este factor de competencia, con la expectativa de avanzar hacia una futura licitación de espectro para 5G en el futuro, y con la expectativa porque se derriben barreras que permitan profundizar la competencia y dar mejores servicios a la ciudadanía uruguaya, se dio este diálogo con TeleSemana.com.

Como podría preverse, el rol de Antel entró en la conversación, lo mismo que las expectativas que se abren en este mercado tanto desde el sector público como desde el privado, con inversiones en infraestructura que podrían aprovecharse aún más, sin olvidar, por supuesto, cómo deberían abordarse ciertas cuestiones teniendo en cuenta los intereses de los usuarios de los servicios.

¿Cuál es la situación de Claro hoy en Uruguay?

Claro tiene el 20 por ciento del mercado. El desafío es crecer en clientes de a poco, crecer en share. Venimos creciendo con un ritmo sin pausa. Uruguay es que es un mercado sumamente difícil donde el operador Antel, en este doble rol de estatal y no estatal, debería competir en igualdad de condiciones, pero en los hechos no se da. La competencia en ese doble rol de Antel se hace difícil. Claro Uruguay tiene unos 400 colaboradores y ponemos sobre la mesa productos y servicios innovadores que los usuarios necesitan y nos piden cotidianamente

¿Qué piden los usuarios?

Precios más accesibles y gigas, pero lo hacen en una economía con inflación de 10 por ciento, que no es la inflación argentina, pero que está. De todas maneras, la inflación real, que es la del supermercado, tiene valores distintos y lo que piden los usuarios de telecomunicaciones es tener más servicios, lo mismo que piden todos lados. Y lo que tiene Claro como producto es precios accesibles hacia los usuarios para que pueda ser atractivo venir a nuestra compañía y disfrutar de los servicios que le brindamos.

¿Están obligados a comprarle a Antel algún tipo de capacidad mayorista en este mercado o solo operan con su propia red?

Obligación no tenemos pero podríamos hacerlo. Si Antel lo ofreciera sí, se podría. De hecho, podríamos optimizar muchas de las inversiones que hacen todos los tres operadores en el territorio uruguayo. Es un territorio que si lo comparamos con otros países, sería mucho más fácil para todos hacer inversiones en conjuntos y utilizarlas. Uruguay es un territorio chico si lo comparamos con otros países. Obligaciones no tenemos. Intención sí. Si hubiese oferta para adquirir de Antel o Movistar podríamos arrendar infraestructura.

¿Cómo es la infraestructura de Claro en Uruguay?

Hemos crecido en sitios, coubicaciones de las antenas, y nos coubicamos con Antel y con Movistar, además de intercambio de fibra con Movistar+, pero con Antel es más difícil, porque está más cerrado a compartir infraestructura. Antel entra a Uruguay vía Las Toninas con los operadores argentinos, hay un ecosistema, las salidas internacionales, los cables submarinos, Internet funciona con esa capacidad global. En Uruguay hay un proyecto del Ejecutivo para que haya más compartición pero no hace falta una ley; hay una sensibilidad equivocada a nuestro juicio. Uruguay es un mercado en el que estamos hace 16 años y no somos caníbales. Hemos construido una red a pulmón. Es Antel el que ha usufructuado en contra de los demás operadores y han obtenido beneficios gigantescos.

Suele escucharse que, en el marco de los cambios que se están proponiendo en el sector, como la portabilidad, Antel sería el perjudicado.

En las últimas dos licitaciones de espectro, Antel pagó por debajo del valor base e incluso, pagó cero. Y es una diferencia gigantesca para cualquier operador. Lejos de ser los privados los que nos quedaremos con la infraestructura de los otros, es Antel el que se queda con los activos de los privados. Esto se entronca con la cultura, con la política, que es entendible en el debate de empresas pública y privadas de Uruguay. Y no hay que olvidar que hay apalancamiento de la fibra con el móvil. Realmente, lo mínimo que podemos decir es que es tremendo el nivel de inclinación de cancha en un mercado de 3,5 millones de clientes. Pero seguimos batallando, creciendo, trabajando, y buscando oportunidades.

¿Cómo se experimenta el proceso de la portabilidad numérica?

Aún es una experiencia corta la de portabilidad. Hubo trabajo de muchos equipos junto con el gobierno para implementarlo de manera buena, a conciencia. Hubo un trabajo sincronizado entre los tres, lo que no es menor cuando hay una estatal con resistencia política. Dejamos todo en la cancha para que saliera. Viene funcionando muy bien a nivel sistemas. Al principio hubo que ajustar, pero hoy funciona muy coordinado entre los tres operadores, el ABD (Administrador de Bases de Datos) y el Gobierno que intercede. Esto empezó tímidamente, tal como sucedió en todas las operaciones donde el concepto de portación ya está adoptado. De todos modos, en Uruguay ya venimos con portaciones de servicios pero cambiando el número, y venimos ganando usuarios. La portabilidad numérica trae el beneficio para que los usuarios conserven su número en el mercado.

¿Y cuál es la expectativa teniendo en cuenta que el domingo 27 de marzo se realizará el referéndum en donde la portabilidad forma parte de esa decisión?

La expectativa es que esto continúe para que los uruguayos conserven el número y tendrán que resolver cómo hacen con este derecho. En cuanto a las compañías, venimos trabajando hace mucho en cómo mejorar. Y el Gobierno tendrá que resolver cómo hacer para que este derecho continúe porque es un derecho que se ganaron los uruguayos de poder cambiarse y conservar el mismo número que tuvieron toda la vida. El Gobierno deberá resolver cómo hace para seguir con este derecho que, además, trajo beneficios en cuanto a servicios. Entonces se tendrá que resolver cómo hacer para que este derecho que adquirieron permanezca y continúe

Y qué datos manejan ustedes porque, hasta ahora, se conocen bajos porcentajes

La información que tenemos es la que publica el regulador, que indica que son muy poquitos. Es razonable, como todo proceso por mayoría que empieza en todos los mercados, empieza de menos a más; y el tema está bastante politizado, justamente, con el referéndum. Creemos que los cambios que ya se daban se van a seguir probando hasta que el mercado madure y que, como sucede en otros lugares, los usuarios puedan portarse conservando el número igual. Para que esto se acelere y los clientes se porten con su mismo número habría que superar algunas barreras en la industria y que con la portabilidad se hacen más evidentes.

¿Cuáles son esas barreras?

En Uruguay los clientes tienen contratos, son por 24 meses y hay penalidades en caso de rescisiones anticipadas anticipadas de esos contratos en donde obligan al usuario a pagar. Una práctica que, por ejemplo en la Argentina, ocurría hace ocho o 10 años pero que ya no existe más. En Uruguay existe todavía y, en caso de rescisión, hay que pagar por el tiempo que resta finalizar el contrato. Esas son barreras que deben flexibilizarse porque, en parte, también son un derecho del consumidor. Pedimos al regulador que estas barreras comiencen a desaparecer. Si uno quiere portarse y tienen deuda no se pueden portar. Y son las barreras a resolver en el corto plazo, que el regulador ponga su grano de arena. Entendemos que estas cuestiones serán revisadas por la Ursec o por la autoridad de defensa de la competencia. Estas cláusulas ya estaban previas a la portabilidad, pero con la portabilidad se hacen mucho más evidentes.

¿Qué otras barreras deberían superarse para generar más competencia en Uruguay?

Uruguay es uno de los pocos países del mundo donde hay una sola compañía para dar licencia al hogar. No tenemos restricción para dar internet al hogar. La hemos pedido pero esa licencia no ha sido otorgada. En un mercado chico en cantidad de clientes las operaciones son más difíciles. En nuestro caso tenemos una red donde solo podemos usar una capa. Porque tenemos una troncal en el país para las antenas pero sirve para dar Internet a las pymes, a las empresas y esto es una ineficiencia desde el punto de vista de las inversiones. Hoy la licencia la tiene Antel y cambió su red de cobre por una de fibra y puso internet en el hogar. Si en Uruguay querés internet por fibra hay que contratar una línea fija. Es el único país del mundo en donde la telefonía fija aumenta. Lo que se necesita es competencia porque dará como resultado final un mejor servicio para los clientes. Que se sigan levantando las barreras para que se use mejor la infraestructura. Tenemos infraestructura que no estamos usando, Claro, Movistar, y otras empresas uruguayas de telecomunicaciones no tienen esa posibilidad. El ecosistema evoluciona por el sistema de capas y mediante la colaboración entre todos los actores.

¿Y cómo está Claro en relación a 5G teniendo en cuenta que Antel ha avanzado en esa dirección?

Con 5G hemos hecho pruebas técnicas, con otros operadores, con bandas que nos han prestado, en 26 GHz y 28 GHz, y estamos pidiendo hacer pruebas en 3.5 GHz. Hemos importado equipamiento para hacer pruebas en sitios. La expectativa es que en 2022 se haga la licitación de 3.5 GHz, probablemente. Uruguay tiene bandas disponibles para poder arrancar con esto. Hay otras bandas pero las primeras serían estas que no está ocupadas por otros servicios. Es una ventaja importante que tiene Uruguay. La segunda son las necesidades de que las condiciones para todos los operadores sean las mismas, porque si no es competencia desleal. Hemos pedido participar de rondas técnicas para que seamos escuchados desde el punto de vista técnico y ante la experiencia global cuáles serían las condiciones más apropiadas. Porque no es lo mismo para todos los países.

¿Qué expectativa tiene Claro ante una nueva licitación de espectro?

Uruguay está concentrada y es una enorme ventaja tener poca población pero al estar concentrada en la parte sur del país, necesita adaptar un modelo propio. Cuando se ven las licitaciones últimas de la región, Brasil tiene el enfoque en el despliegue, entonces hay que evaluar qué se quiere priorizar. Si es mixto, se hará más lento el despliegue pero eso depende del mercado. Y el mercado de Uruguay es muy chico y no sumamente industrializado como para que se genere demanda por ese lado, con excepción de la parte agrícola. Realizar pruebas técnicas es importante. Y también revisar las condiciones necesarias de igualdad de cancha donde sea accesible para todos. Porque uno de los grandes consumidores es el gobierno a través de Antel para el que 5G es una herramienta formidable.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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