En la Argentina, Claro batalla contra Movistar por la portabilidad numérica y la disputa evidencia los problemas del Enacom

Las telecomunicaciones en la Argentina libran batallas en distintos frentes. Mientras, por un lado, el sector en conjunto conversa con el Gobierno nacional sobre cómo desjudicializar la situación generada en torno al decreto 690, por el otro la competencia entre las distintas jugadoras se vuelve áspera, y en estas pampas Claro Argentina acusa a Movistar Argentina de estar bloqueando la intención de los usuarios de hacer uso de la portabilidad. De hecho, en el último año y medio han caído en esa situación casi 150.000 trámites.

La historia comenzó en plena pandemia. A los esfuerzos que las mismas operadoras realizaron para reconfigurar sus redes y llevar conectividad a zonas donde el servicio era escaso, se sumó la exigencia oficial para no desconectar a los segmentos de población más vulnerables. Fue un momento en que los usuarios también comenzaron a mirar a los servicios de telecomunicaciones con otra óptica. Y el momento en que Claro aprovechó para volverse más agresivo en su estrategia comercial orientada hacia la portabilidad, tal como lo viene realizando en la región. De hecho, es un aspecto que hacen notar en su balance.

Claro Argentina acusa a Movistar Argentina de bloquear los trámites de portabilidad, conducta que se registra desde abril de 2020, tal como figura en un expediente de septiembre de ese año del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), en el que deja constancia que han habido rechazos al trámite de portabilidad tanto desde Movistar como desde Telecom. De hecho, el expediente 2020-25976159 que aborda esta cuestión señala que “en el transcurso de la pandemia se ha producido un sistemático acrecentamiento de los rechazos, pasando de un promedio del 12 por ciento al 30 por ciento”.

Más tarde, en septiembre de 2020, el regulador imputó a Movistar Argentina el incumplimiento del Reglamento de Portabilidad Numérica aprobado por la resolución MM 203/18 y le otorga los plazos para el descargo.

Pero la historia continuó repitiéndose.

Y llegó junio de 2021, momento en que el Enacom, en un expediente mucho más extenso que los anteriores, directamente sancionó a Movistar con una multa equivalente a 12.500.000 unidades de tasación por incumplir con la portabilidad numérica. Le dio 10 días para ejecutar los trámites de portabilidad suspendidos y, en caso de no cumplir, se le imputaría una multa diaria equivalente a 6.000 unidades de tasación a partir del vencimiento del plazo.

Antes de seguir, veamos en qué consisten las multas: cada unidad de tasación equivale a un pulso telefónico que, en la Argentina, es de 0,0469 pesos argentinos, es decir, 0,00043 dólares. El total de la multa aplicada en aquel entonces ascendía a 586.250 pesos argentinos que, en dólares a la cotización de ese momento, alcanzaba los 5.800 dólares, aproximadamente. Y, la multa diaria al valor del dólar de aquella oportunidad, ascendía a unos 2,81 dólares. A la cotización actual, esa sanción ascendería a poco más de 5.300 dólares.

Más allá del conflicto entre ambas operadoras, lo que aquí queda evidenciado es que, a la hora de controlar, las herramientas con que cuenta el regulador no parecen ser suficientemente fuertes porque, dados los costos mencionados, a cualquier empresa le resulta más conveniente pagar una multa que ajustarse a la norma. Según pudo saber TeleSemana.com, hay una discusión en el seno del Enacom orientado a tener un régimen de sanciones nuevo, pero hasta tanto eso no suceda en la Argentina es más económico incumplir las normas que ajustarse a ellas.

Volvamos a la disputa entre las compañías.

Pese a los pronunciamientos del regulador Claro Argentina continuó denunciando los bloqueos a la portabilidad de Telefónica que, aunque venía justificándolos en causales rechazadas por el Enacom, al ser consultada sobre este tema indicó que aún está en discusión y que, hasta que no haya una resolución en firme, no daría opinión.

Lo cierto es que, a finales de febrero pasado, el Enacom volvió a pronunciarse a través del expediente N° 122882082 en el que dejó efectiva la multa mencionada más arriba, además de intimar a Movistar Argentina “a abstenerse de forma inmediata de ejecutar cualquier práctica que pudiera restringir o condicionar una solicitud de portabilidad numérica o afectar el adecuado funcionamiento de la misma”, de acuerdo a las normativas vigentes.

Este ida y vuelta desde hace casi dos años entre las empresas y el Enacom sobre la portabilidad, muestra varias cosas: que la portabilidad, definitivamente, es un factor de competencia que le molesta mucho a las operadoras pero que, cuando echan mano de ella, quieren que se cumpla y exigen al regulador que actúe rápidamente cuando se suscitan estos conflictos.

En su balance de 2021, Claro Argentina informó un crecimiento de 8,9 por ciento en su base de clientes móviles, mientras que resulta difícil obtener ese dato de Movistar Argentina por cuanto consolida en Hispam, que también informó crecimiento en clientes a nivel regional. La filial argentina de América Móvil está muy agresiva con la portabilidad, acción que se puede ver claramente en su portal, pues ofrece descuentos y diversos beneficios a quienes se traspasen.

En tiempos donde la portabilidad está en plena efervescencia en Uruguay que, a partir del resultado del referéndum por la Ley de Urgente Consideración (LUC) realizado este domingo, continuará vigente, y en donde los usuarios tienen el derecho a cambiarse de operadora si no les gusta, también se plantea la necesidad de que los sistemas sancionatorios se ajusten a los tiempos. Que en la Argentina, el régimen de multas siga dependiendo del valor de los pulsos telefónicos, más allá de su falta de actualización en valores, suena anacrónico y carente de efectividad. Más cuando, en paralelo, avanza la puesta en marcha de la portabilidad fija, que en la actualidad está prorrogada.

Los reguladores también deben hacer lo suyo y de manera dinámica a la hora de observar las prácticas comerciales. Porque son los usuarios los que se ven perjudicados o por su inacción o por su falta de ritmo.