Está más claro que nunca que las operadoras de telecomunicaciones se concentrarán cada vez más en su oferta de servicios. Y que la gestión de la infraestructura quedará para aquellas compañías que se especialicen en ello. Lo vimos en las últimas semanas con Tigo en Colombia y, ahora, se ve en Brasil donde, tres meses después de que Oi, sus clientes y sus activos, pasaran a formar parte de Claro, Vivo y TIM, tanto la filial de América Móvil como la de Telefónica informaran la venta de la infraestructura recibida. Una acción que, en su momento, también fue informada por TIM Brasil.
Se trata de una exigencia impuesta en la cláusula 4.2 del Acuerdo de Control de Concentración (AAC) impuesto por el Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade) para aprobar esa transacción. Pero, aunque se trata de los llamados “remedios” a los que debe acudirse cuando se producen procesos de concentración, la decisión también forma parte de las acciones que están encarando las prestadoras de servicios en relación a la infraestructura.
Claro Brasil informó al organismo antimonopolio que puso en venta el 42 por ciento de las torres que pasaron a formar parte de sus activos. El valor de cada estación radiobase (ERB) depende de la ubicación y oscila entre los 900 dólares (5.000 reales) hasta los 45.000 dólares (244.000 reales), aproximadamente, de acuerdo a lo señalado por los medios especializados de ese país.
En este caso, la venta se realiza por el total de la infraestructura, es decir, quien esté interesado deberá adquirir el bloque completo de radiobases, sin importar en qué localidad se encuentren unas y otras, ni tampoco el estado en que están, además de asumir los compromisos que se hayan firmado en su momento con alguna operadora de torres, en caso de que existiera.
Esta misma semana, Vivo también informó que, para cumplir con la exigencia del Cade, puso en venta más de 1.300 antenas distribuidas en todo el país. Y, al igual que en el caso de Claro, los precios varían de acuerdo a la zona en que están ubicadas aunque las que mejor cotizan no solo son aquellas establecidas en áreas atractivas comercialmente sino las que ya cuentan con tecnología 4G incorporada. En el caso de Vivo, Nokia es el proveedor tecnológico, según indicó La Información.
Por la misma senda caminará TIM Brasil que, casi en paralelo con el cierre de la operación, anticipó que se desprendería de las torres, también para cumplir con las exigencias del organismo de competencia. Si bien se trata de una obligación también se inscribe este movimiento en la decisión de la casa matriz de dividir el área de infraestructura del de servicios.
Las tres operadoras tienen un plazo de seis meses para cerrar la venta de estas infraestructuras. Y, lógicamente, se abre nuevamente el espacio para que las torreras, fondos de inversión u otras empresas dedicadas a la gestión de infraestructura tomen nuevas posiciones en un mercado que este mes ya comenzó a activar las primeras antenas 5G y que promete ser el caso testigo del desarrollo de esta tecnología en la región.
