Telecomunicaciones sin paz en la Argentina: Arsat se queda acéfala, piden una renuncia y el área de conectividad volvería a Innovación

Las telecomunicaciones volvieron a quedar en el medio de las tormentas políticas de la Argentina. A menos de seis meses de que Matias Tombolini asumiera la presidencia de Arsat en medio de una fuerte disputa puertas adentro del gobierno, la empresa estatal satelital quedó acéfala. Y a menos de seis meses de haberse creado un nuevo organigrama para conducir los destinos de las telecomunicaciones este área está, ahora, en el medio de nuevos cambios, de conducción y de órbita.

Tras conocerse este martes que Tombolini se convertiría en secretario de Comercio de la Nación, dentro de una movida que se propone como una especie de relanzamiento del gobierno argentino con la designación de Sergio Massa como “superministro de Economía”, la subsecretaría de conectividad, se quedaría sin cabeza pues al subsecretario Mateo Gómez Ortega le habrían pedido la renuncia en las últimas horas. De concretarse esto, podrían producirse nuevos movimientos en la conducción política de las telecomunicaciones.

La subsecretaría de conectividad respondía al ex vicejefe de Gabinete, Jorge Neme, quien en el marco de estos cambios, pasó a la Secretaría de Planeamiento  de Desarrollo y Competitividad Federal. Esta situación vuelve a abrirle una ventana a la Secretaría de Innovación Pública (SIP), a cargo de Micaela Sánchez Malcolm, que podría tener bajo su órbita nuevamente a las telecomunicaciones.

Según pudo saber TeleSemana.com de distintas fuentes, estos nuevos movimientos, producto de las negociaciones que se iniciaron el martes por la tarde, continuaban en la mañana de este miércoles.

Los cambios que se vienen produciendo en el Gobierno argentino desde hace una semana le darían nuevos aires a la Secretaría de Innovación Pública. La designación de Juan Manuel Olmos como nuevo vicejefe de Gabinete en remplazo de Jorge Neme, integrante del espacio político del presidente Alberto Fernández, le devolvería a Sánchez Malcolm la libertad de movimiento perdida con el cambio anterior y la posibilidad de comenzar a ejecutar planes de las áreas ubicadas bajo esa órbita que no habían podido impulsarse. De ahí el interés de que las telecomunicaciones vuelvan a depender de la SIP.

Lo que, al menos hasta el cierre de este artículo, no estaba claro es qué sucederá con la conducción de Arsat. El nombre de un ex funcionario reciente estuvo en danza pero la versión fue desmentida por fuentes privilegiadas. Por el momento, Arsat permanecería con esa vacante.

¿Qué puede pasar con las telecomunicaciones de concretarse los cambios que, en la mañana de este miércoles, tomaban fuerza? En principio, el retorno al estado anterior con un poco más de aire para ejecutar acciones. Y, por ahora, no se puede esperar más.

La situación económica de la Argentina es extremadamente delicada. Este miércoles por la tarde se esperan las primeras medidas del recientemente designado nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, y todo hace prever que se vienen tiempos de ajustes en un contexto donde el mayor desafío es frenar la inflación, cuyas previsiones optimistas prevén en torno al 70 por ciento para este 2022.

Massa tiene, en líneas generales, buen vínculo con el sector de las telecomunicaciones. Es el dirigente político que todos los años se hace un lugar en su agenda para visitar las Jornadas Internacionales de TV por Cable, que reúne a la industria de la TV paga y de los contenidos y que este año, de la mano de sus tradicionales organizadoras ATVC y CAPPSA, volverán en formato presencial en los primeros días de noviembre. Por otro lado, debe recordarse que Claudio Ambrosini, presidente del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) forma parte del espacio político de Massa —fue su vocero durante los años en los que, el ahora ministro de Economía fue intendente de Tigre—.

Lo cierto es que el sector de las telecomunicaciones en la Argentina se encuentra estancado. El DNU 690 del año 2020 que estableció la intervención del Estado en la fijación de los precios de los servicios —el único punto en el que están de acuerdo el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández y que es absolutamente dañino para la industria— no solo judicializó al sector sino que, además, desalentó inversiones y proyectos.

Hoy los desembolsos de las operadoras de telecomunicaciones se concentran más en  la actualización y el mantenimiento de las redes que en proyectos de mayor envergadura e impacto. Y prueba de ello es que la Argentina, con un 70 por ciento de penetración de Internet, tiene solo al 17 por ciento del total de sus conexiones con tecnología de fibra óptica, según datos oficiales. La fibra óptica es la tecnología más eficiente para responder a las demandas actuales y a los procesos de transformación digital por los que atraviesa el mundo entero. Pero el alcance de esta tecnología en la Argentina está muy lejos de lo que ostentan los países vecinos, como el 60 por ciento que rasguña Chile, el más del 66 por ciento que muestra Brasil y el envidiable 82 por ciento de Uruguay.

¿En el nuevo escenario que se busca diseñar a partir de ahora en la Argentina hay lugar para la eliminación de ese decreto? Por ahora no pareciera que eso fuera a suceder. Y si algo así ocurriera tampoco se puede esperar un cambio de comportamiento drástico de la industria. La cantidad de frentes abiertos y problemas a resolver que tiene la Argentina es tan compleja que, hasta que no se descompriman, no es posible pensar en el surgimiento de nuevas dinámicas para esta industria.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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