“En Latinoamérica, cada vez más gente quiere vivir fuera de la ciudad, pero no hay infraestructura”

La cuestión de la brecha digital es profunda en América latina y las apuestas para resolverla, tantas y tan variadas. Entre ellas, el satélite ocupa un rol preponderante, dado que sus características de accesibilidad inalámbrica propician la llegada de conectividad a aquellos sitios en los que las vías físicas no prosperan.

Por esto y mucho más, TeleSemana.com conversó con Hugo Frega, gerente General CALA de Hughes Network Systems, operador satelital que tiene gran pisada en la región y proveedor de tecnología, acerca del escenario satelital regional y sus desafíos, pero también sobre las iniciativas concretas para colaborar en el tan mentado objetivo de achicamiento de la brecha digital.

Hughes es reconocido, por su tecnología y por su servicio, como fabricante de tecnología y por sus servicios satelitales de alta densidad, que permiten llegar a zonas rurales y dar un servicio complementario al de las tecnologías terrestres. Y la mirada de Frega ofrece profundidad, tras llevar más de tres décadas de desempeño en el sector y que, en esta charla, confirma que la empresa estadounidense destinará a la Argentina una parte exclusiva de capacidad para 2023, momento en que ponga en órbita al Júpiter 3.

¿Cómo caracteriza al escenario satelital argentino?
En la Argentina siempre hubo una excelente relación con el satélite, por varios motivos: por la particularidad de la geografía y porque siempre hubo muy buenas empresas que han desarrollado el satélite, justamente, por la necesidad de complementar las tecnologías terrestres.

La Argentina es un país que requiere de tecnología satelital y eso es algo que se entendió en su momento, y que llevó a fundar Arsat, esa empresa mixta del Estado, que hoy tiene dos satélites, el Arsat 1 y el Arsat 2; y que ahora trabaja en la construcción de SG1, el tercer satélite, fundamentalmente, de carga.

El paradigma de diseño de los satélites fue cambiando, se fue adaptando para necesitar menor infraestructura terrestre, es decir, cada vez menores tamaños de antena. Hoy en Hughes estamos dando cobertura en toda la región con una antena de 70 centímetros y 25 megabytes de bajada, tenemos más de un millón y medio de suscriptores y acabamos de cumplir 50 años en este mercado. Esto da una pauta de la continuidad que tiene el satélite para nosotros, porque en estos 50 años evolucionamos.

La apuesta de Hughes en el país es grande…
Si, y la buena noticia es que vamos a redoblar la inversión en Argentina tras sumar capacidad, a través de un nuevo satélite que será dedicado al país. A principios de 2023, estaremos trayendo más de 15 gigabytes dedicados a la Argentina que, a su vez, complementarán las capacidades que tenemos en los demás países de la región, porque creemos firmemente que es una solución para reducir la brecha digital, que permite a los gobiernos a dar conectividad digital en escuelas y en centros digitales. Permite llegar a lugares a los que hoy no se puede llegar de otra manera, porque la gente la necesita y mucho. Además, estamos trabajando con los operadores de toda la región para complementar las redes, también las de 5G, cuando salga. Será un satélite de última generación, de la capacidad del terabyte o mayor, bien potente. Y hay grandes rubros, grandes sectores que vamos a poner de manifiesto.

¿Por ejemplo?
Los proyectos de desarrollo social para la reducción de brecha digital con los distintos gobiernos, que tiene mucha urgencia. Entre ellos, en Argentina, de cara a poder desarrollarlos rápidamente, porque esto permite concretarlos muy rápidamente. Así que ahí hay un sector, que es el de gobierno. También, el sector empresarial, desde el punto de vista de operadores, para que también desarrollen casos de servicios al consumidor. Esos son los grandes retos.

Hace poco, por ejemplo, desembarcaron en Costa Rica y están avanzando en nuevos mercados en América latina y Caribe ¿Qué opinión le merece la región?
En Latinoamérica, por sus geografías y por la belleza de sus territorios, cada vez más gente quiere vivir fuera de la ciudad, pero no hay infraestructura. Y, sobre todo después de la pandemia. Por eso, desde el punto de vista del mercado, diría que las posibilidades son excelentes y que ayuda, porque los gobiernos tienen que incrementar la infraestructura para poder expandir servicios a las zonas rurales.

En lo que refiere a Costa Rica, ellos están pensado al país. Es un país de geografía no tan extensa, que podría cubrirse con fibra, pero que tiene una gran necesidad de comunicaciones para el turismo y de conectar escuelas. Y cuando se les explica que nuestra cobertura es global y que se trata de una red inteligente de satélites, porque pisamos a cada país como si fuera una red celular cuya capacidad se incrementará con el satélite Jupiter 3, la decisión es clara.

¿Cómo se desarrollan en América latina, las iniciativas de achicamiento de brecha digital sobre la base de enlaces satelitales?
Con mucho éxito. Hoy tenemos, a nivel mundial, más de 50.000 escuelas conectadas y centros digitales con esta tecnología. Y en la región tenemos más: 15.000 en México, 9.000 en Brasil, 10.000 en Colombia…

En el caso de Colombia, se trata del proyecto Centros Poblados, anunciado por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) ¿verdad?
Justamente. En este proyecto, que venimos trabajando desde hace ya varios años, tengo el orgullo de contar que hemos estado en la implementación. Vía el operador Claro, que entiende muy bien la tecnología terrestre con celulares y con fibra, ofrecimos nuestra solución para responder a la licitación del MinTIC, destinada a conectar 10.000 centros digitales pero repartidas en dos zonas. A una de esas zonas la ganó, Claro, y al día de hoy nos está subcontratando la solución para conectar a más de 3.000 sitios. A la otra zona la ganó ETB, quien nos adjudicó 6.700 sitios. Es decir que, entre ambas, estamos cubriendo los 10.000 sitios. Eso sí que es algo concreto.

Este caso fue muy comentado porque involucró, inclusive, hasta la salida de quien era por ese entonces ministra TIC…
Sí, bienvenida a Latinoamérica. Hay cambios políticos, por suerte. Estamos todos en democracia y lo que nosotros hacemos es, sin ninguna duda, ayudar a que el proceso continúe en democracia; y a hacer del proceso en sí, lo más exitoso posible para los gobiernos. El caso del gobierno colombiano creo que es un ejemplo de que los proyectos pueden continuar porque, al fin del día, el ciudadano que está en la región rural es tan ciudadano como el que vive en la ciudad capital.

¿Y en el resto de la región?
En Perú tenemos el proyecto del Ministerio de Educación (Minedu) para conectar 1.300 sitios. Y, en la Argentina estamos trabajando con Arsat conjuntamente toda una capacidad de banda que, por ejemplo, en pandemia le permitió cubrir hospitales de campaña para mitigar los efectos de la emergencia en la zona cordillerana, tras conectar 1.300 sitios.

Los operadores móviles de Estados Unidos están tendiendo alianzas con las satelitales  para garantizar su conectividad total, ¿Qué reflexión le merecen estas iniciativas?
Es una excelente noticia para todos los que estamos en el sector satelital saber se sigue invirtiendo mucho en tecnología satelital. En el caso de los satélites de baja altura, se trata de una tecnología muy interesante pero que todavía está en su etapa joven y requiere de tecnologías aún costosas para el usuario final. ¿Por qué? Por la complejidad de tratarse de constelaciones de satélites que se van moviendo, y no de una tecnología geoestacionaria. La capacidad todavía no está desarrollada para cubrir la totalidad del planeta, es decir, que hay sectores que tendrá más satélites y más capacidad que otros. Además, las antenas tienen que poder captar el movimiento de esos satélites y permitir que no haya microcortes.

Creo que es algo que va a estar muy bien, que en algún momento llegará al punto de madurez, y que va a tener que ser masiva para poder llegar al costo prestación deseado por el usuario. Pero eso todavía no sucede.

Y, en relación a esa tecnología ¿qué sí sucede y en qué trabajan?
Un buen ejemplo es el proyecto con Huawei: les fabricamos los routers y las antenas a ellos, pero lo posicionamos desde un punto de vista un poco distinto, que no es masivo sino complementario para los servicios de los operadores. Por ejemplo, al geoestacionario lo destinamos a los accesos a internet que necesitan de un ancho de banda bastante grande, como el destinado a escuelas; y al LEO, a las operadoras, para sus accesos de menor latencia. Ambos se complementan perfectamente, y los operadores sí pueden pagar más para cumplir con las obligaciones actuales, e inclusive, de las necesarias cuando llegue 5G. Y, a partir de ahí, se puede complementar.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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