Las perspectivas de que 2023 fuera un año de inflación y recesión global se van cumpliendo como una triste profecía, muchas veces anticipada y en un contexto de postpandemia, de guerra, de hambrunas. El dato que se conoce hoy señala la retracción que sufre la venta de teléfonos inteligentes que, según Canalys, significó una caída interanual del 17 por ciento en el último trimestre de 2022 al no conseguir siquiera superar la barrera de los 1.200 millones de envíos; y del 11 por ciento año contra año.
“Los proveedores de teléfonos inteligentes han luchado en un entorno macroeconómico difícil a lo largo de 2022. El cuarto trimestre marca el peor desempeño anual y el cuarto trimestre en una década”, dijo Runar Bjørhovde, analista de investigación de Canalys, para explicar los resultados de un informe que no pone paños fríos al escenario.
En lo que a la foto del podio de fabricantes refiere, Apple se ubicó primero, aunque el informe resalta que “logró la cuota de mercado trimestral más alta hasta la fecha, con un 25 por ciento, a pesar de enfrentarse a una demanda cada vez menor y problemas de fabricación en Zhengzhou”. Lo secundó Samsung, con el 20 por ciento del mercado; y Xiaomi, con el 11 por ciento.
“Si bien la demanda de rango bajo a medio cayó rápidamente en trimestres anteriores, la de rango alto comenzó a mostrar debilidad en el cuarto trimestre” dijo Bjørhovde y precisó que “el desempeño del mercado en el cuarto trimestre de 2022 contrasta fuertemente con el cuarto trimestre de 2021, en el que se registró un aumento de la demanda y una disminución de los problemas de suministro”.
Como es de esperarse, el reporte también mira hacia delante para pronosticar que 2023 ofrezca un “crecimiento de plano a marginal” y advierte de las “dificultades” que deberá enfrentar el sector: “Aunque las presiones inflacionarias disminuirán gradualmente, los efectos de las subidas de tipos de interés, la desaceleración económica y un mercado laboral cada vez más en apuros limitarán el potencial del mercado”, dijo Le Xuan Chiew, analista de investigación de Canalys.
En su abordaje, también hubo lugar para diferenciar el rendimiento por territorios: “Esto afectará negativamente a los mercados saturados dominados por la gama media y alta, como Europa Occidental y América del Norte”.
“Si bien la reapertura de China mejorará la confianza de los consumidores y las empresas nacionales, es probable que los estímulos gubernamentales solo muestren efectos en seis a nueve meses y la demanda en China seguirá siendo un desafío a corto plazo. Aún así, es probable que algunas regiones crezcan en la segunda mitad de 2023, y se espera que el sudeste asiático en particular experimente cierta recuperación económica y un resurgimiento del turismo en China que ayude a impulsar las actividades comerciales”, agregó Chiew quien anticipó que “los proveedores se acercarán a 2023 con cautela, priorizando la rentabilidad y protegiendo la participación de mercado”.
El horizonte que pincela esta consultora no resulta muy auspicioso, sobre todo porque es una tendencia que viene profundizándose con el correr de los meses. Y en lo que a la región latinoamericana respecta, aunque la coyuntura generalizada refleje el contexto de crisis, ya comenzaba a mostrar signos de recuperación; tal como lo reflejó, hace cinco meses, el reporte de Counterpoint Research. En ese estudio se identificó que los envíos de smartphones habían crecido un nueve por ciento en el segundo trimestre de 2022 en América latina, en la comparación interanual.
