“Con estos valores de cánones de espectro estamos perdiendo todos”

En México, la cuestión del espectro radioeléctrico está en pleno proceso de análisis y replanteo; tanto por el sector privado, que está devolviendo bandas en uso por el elevado costo de su canon, considerado en más de un 60 por ciento por encima del estándar internacional; y por el público, que está comenzando a delinear una licitación que se desarrollaría en el segundo semestre de 2023 y sobre el que vienen dándose discusiones acerca del valor de uso y explotación de dicho recurso. TeleSemana.com conversó con Alejandro Navarrete, titular de la Unidad de Espectro Radioeléctrico del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), para profundizar en los detalles del proceso y de sus perspectivas.

¿Cómo describiría el escenario del espectro radioeléctrico en México y qué están pensando para 2023? 

Estamos, justamente, en el proceso de diseño de una licitación de espectro que abarca varias bandas, bajas y medias. Serán, más o menos, 350 MHz de espectro IMT, en la banda de los 600 MHz, que ya fue solicitada y asignada en Estados Unidos y Canadá; y que es nuestro segundo dividendo digital, digamos. Ya tenemos perfectamente despejado ese espectro (en la banda de 600) y ya no hay canales de televisión ahí (N. de R.: esas bandas eran utilizadas por la televisión analógica pero que se despejaron junto al encendido digital de 2015) y es propicia para el despliegue de servicios de 5G.

En bandas bajas también estamos considerando segmentos de la banda de 800 MHz y de 850 MHz que, de hecho, se van a complementar porque al territorio mexicano lo tenemos dividido en nueve regiones celulares: en las regiones 1 a 4, en la banda  de 850 MHz, y de 800 MHz, en las regiones de 5 a 9. En la primera, la de 850 MHz, porque es la primera banda de telefonía celular y quiere decir que todos los teléfonos la tienen; y en la de 800 MHz, que está un poco más abajo y a la que usan teléfonos que tienen unos siete años de antigüedad. No pasa lo mismo con la banda de 600 MHz, que es relativamente nueva, y ahí sí estamos hablando de teléfonos de dos a tres años.

Además, como somos tecnológicamente neutros, no obligamos a que se utilice el espectro con una tecnología en particular, sino que quien gana la licitación tiene la libertad de determinar qué tecnología utilizar.

En bandas medias, estamos agregando varios segmentos, uno en la banda L, que va de 1427 MHz a 1518 MHz, está identificada como IMT y que el 3GPP la ofrece en combinación con la banda de 3.5 GHz, y creemos que puede resultar atractiva. Arriba, inmediatamente, hay 40 MHz en la banda de 2.5 GHz que son los que devolvió en su momento Telefónica Movistar y, la idea, es agregarlos a esta licitación dado que son susceptibles para el despliegue de 5G. Tan es así que el propio AT&T en México utiliza esta banda para la provisión de servicios 5G, entonces, puede resultar atractiva.

También está la banda de PCS, de 1900 MHz que, sumada a la devolución de Telefónica Movistar, hay otros 10 MHz que quedaron desiertos de la última licitación, y ya tenemos una gama bastante interesante de bloques; que es variable, dependiendo de la región celular, y podemos ofrecer entre 30 MHz y hasta 50 MHz. Luego, tenemos otro segmento en la banda de AWS, en la banda de 1.7 GHz y 2.1 GHz, tenemos otros 10 MHz; 50 MHz en la banda de 3.3 GHz a 3.35 GHz. Todos estos segmentos, pues, están identificados como espectro IMT, son susceptibles para el despliegue de servicios 5G, y serán los propios ganadores de la licitación los que definan si quieren desplegar 4G o 5G, y esa será parte de su de su propuesta.

¿Qué sucede con los costos de los cánones anuales de espectro?

Derivado de los altos costos de los cánones anuales de espectro se han provocado devoluciones de espectro, como lo hizo Telefónica Movistar en su momento, también AT&T, que ya había devuelto y que ahora devuelve un poco más. No son buenas noticias que las empresas estén devolviendo espectro, pero es una señal clarísima de que el costo está siendo un factor determinante para la viabilidad de las empresas; de la viabilidad operativa desde el punto de vista económico. Si bien no son cantidades muy importantes, sí están racionalizando la cantidad de espectro para que los pagos por los cánones anuales no incida de manera tan grave en su perfil de negocios.

Nosotros hemos estado trabajando y seguiremos haciéndolo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México, para darles todos los elementos y argumentos que demuestran que estamos muy por arriba de la media internacional. Desde hace varios años hacemos y actualizamos un estudio muy serio, con las licitaciones que se dan en todo el mundo para demostrar que estamos en promedio 60 por ciento por encima de la media internacional, considerando una muestra de 40 países, que son comparables. El problema es que se trata de la crónica de una muerte anunciada, se va a devolver espectro y van a quedar licitaciones vacías. Esto lo dijimos hace tres años y es exactamente lo que ha estado ocurriendo.

Porque, encima, los operadores están devolviendo espectro que tienen en uso y no uno que tienen ocioso…

Exactamente, y ese es el punto medular. No es espectro ocioso, está en uso y, básicamente, están como amarrados del cinturón para poder eficientizar su operación y tratar que esos altos costos no afecten la viabilidad económica de las empresas. En este esquema, las empresas no pueden hacerse de más espectro, las licitaciones quedan desiertas, el erario federal queda mermado (no solamente en nuevos ingresos, sino a través de las devoluciones ya que cada año está recibiendo menos ingresos derivado de las devoluciones), y lo peor es que los usuarios finales no pueden tener los mejores servicios o las nuevas tecnologías que podrían tener con espectro.

O como es el caso de 5G: si nosotros ponemos la banda de 600 MHz que, claramente, es propicia para 5G, con la banda L y la banda de 3.5 GHz, y queda desierto el llamado; bueno, esa tecnología 5G por lo pronto no va a estar ahí. Y como se sabe, desde que se asigna espectro hasta que la red está lista para proveer servicios, pasa un tiempo mínimo de un año o un año y medio.

¿Y sobre la banda de 6 GHz?

No, el tema de 6 GHz es aparte y todavía no tenemos una determinación.

Volviendo al costo del espectro, cabe señalar que vienen trabajando intensamente. Inclusive, en la posibilidad que se debatiera en el Congreso una rebaja del 30 por ciento. ¿Por qué cuesta tanto tocar el valor del espectro?

Mira, tenemos una relación muy estrecha con las áreas técnicas de la Secretaría de Hacienda. Y diría que hay bastante sensibilidad por parte de esas áreas. Inclusive, les hemos hecho propuestas que no implican una merma en los ingresos públicos, es decir, propuestas que no implican bajar el costo, sino redistribuirlo. Bueno, esas ideas tampoco han pasado. Cuando esas propuestas empiezan a subir hacia los funcionarios que tienen que tomar la última decisión parecería que todo se cae, por más que haya argumentos técnicos. No entendemos por qué y no recibimos explicaciones; simplemente nos dicen que no se aprobó. Pero vamos a seguir insistiendo, tanto con la Secretaría de Hacienda como con el Congreso de la Unión porque, aunque creemos que se ha logrado sensibilizar sobre el tema, lamentablemente, no fue suficiente.

Con estos valores de cánones de espectro estamos perdiendo todos. O sea, nadie gana con esto. Y no gana, ni siquiera, el gobierno federal porque no va a recibir más ingresos por este recurso y porque, si licita, se queda desierta. Nosotros vamos a seguir haciendo todo lo posible por dejar clara esta problemática para que se pueda resolver, porque si no es la crónica de una muerte anunciada en la que se replicará lo que ya ha pasado: devoluciones de espectro y licitaciones desiertas.

Ahora abrieron una consulta pública al respecto, ¿cómo sigue?

A partir del 9 de enero y hasta el 2 de febrero hay en curso una consulta pública sobre los dos elementos fundamentales de la licitación. Y lo estamos haciendo así porque no queremos que solamente sea una licitación donde participen las grandes empresas.

Digo, si los costos fueran más bajos sería más fácil pero eso no está bajo nuestro control. Entonces, ¿qué podemos hacer? Podemos licitar pequeños bloques de espectro y pequeñas áreas geográficas. Es decir, no sólo bloques a nivel nacional, en los que sólo participarían las empresas grandes o quienes tienen el músculo económico para hacerlo. Lo hacemos con el deseo de que empresas medianas y pequeñas, prestadoras que se conocen como proveedores de servicio de Internet inalámbrico o WISPs y que normalmente funcionan sobre frecuencias libres, no licenciadas, puedan llevar servicios a comunidades muy pequeñas. Ellos nos han manifestado que sería importante poder tener espectro propio, porque el espectro libre o no licenciado es escaso, está sujeto a interferencias y está muy concurrido. Sin embargo, tampoco pueden pagar los elevados costos y, aunque le pongamos cero valor de salida, el pago de los cánones anuales lo vuelve prohibitivo al despliegue de redes o a la mera participación de esos pequeños operadores. Entonces, vamos a seguir trabajando con la Secretaría de Hacienda y con el Congreso…. dicen que la tercera es la vencida. Veremos si en esta ocasión podemos tener mayor eco para que, en vez de que todos pierdan, todos ganen.

¿Y qué porcentaje de zonas o de población desatendidas tienen en México? 

Hoy, los servicios móviles están en una cobertura del 90 por ciento pero eso no significa, necesariamente, que todas las personas que están dentro de la cobertura tengan el servicio. Algunas personas no tienen equipamiento, o no pueden pagar el servicio, o no saben cómo utilizarlo. Hay cuestiones de asequibilidad, pero también de alfabetización digital, que son las cuestiones que, en adición a la cobertura, permiten la verdadera inclusión digital. Y, desde nuestro punto de vista, primero tenemos que empezar por lo primero, que es que haya cobertura, entonces el 90 por ciento de la población está cubierta.

El tamaño del reto es más o menos el siguiente: hay más o menos unas 45.000 localidades que no tienen servicio móvil pero el problema es que 42.000 de ellas tienen menos de 100 habitantes; entonces, es complicado porque son zonas rurales muy distantes, muy apartadas, con muy poca densidad de población y llegar con servicios móviles se vuelve complicado. Y ahí es donde tienen que venir otro tipo de iniciativas y de incentivos, para poder llevar el servicio a estas cinco millones de personas que no tienen el servicio.

Para ir terminando, ¿cómo prevén que se desarrollen los plazos de la próxima licitación?

Estamos ahorita en el proceso de una consulta pública, que es de integración. Todavía no es el proyecto de bases de licitación o de las reglas de la licitación sino, solamente, la parte del diseño. Esto termina a mediados de febrero. Y estimo que a finales de abril podremos tener ya un proyecto de bases de licitación que, generalmente, sometemos también a consulta pública. Y esto nos llevará, tal vez, otro mes y medio más. Y ya sería mayo o junio. Diría que en el segundo semestre del año se podría dar inicio a la licitación y ese proceso durará, más o menos, seis o siete meses. Y, entonces, es muy probable que no termine en 2023, sino a principios de 2024.

Entonces, hay seis meses para seguir hablando de precios.

Sí, es nuestra idea, poder convencer a las autoridades de la importancia de bajar los precios. Lo deseable es tener alguna señal positiva antes de que inicie la licitación para que la gente tenga la certeza de cuánto se va a pagar por el espectro.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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