Radiografía telco en América latina: entre la necesidad de autonomía regulatoria, dispositivos asequibles y estrategia

“Ninguna tecnología y ninguna infraestructura por sí sola resolverá todos los problemas de conectividad o de accesibilidad que tengamos” precisó José Otero, vicepresidente para América latina y el Caribe de 5G Americas, al referirse a la coyuntura telco regional, en el marco de una charla ofrecida esta semana en la que TeleSemana.com participó y en la que profundizó en diversas definiciones técnicas y estratégicas vinculadas al espectro radioeléctrico, el escenario regional e internacional de las comunicaciones y sus evoluciones. En ella también, detalló la existencia de diversos factores que impactan sobre la brecha digital, como la existencia -o no- de infraestructura (de telecomunicaciones, pero también civil), la asequibilidad a los dispositivos y la disponibilidad de poder adquisitivo en las poblaciones, las estrategias de asignación de espectro, las iniciativas de transformación digital, la existencia de marcos regulatorios obsoletos, entre muchos otros.

Sí, la necesidad de revisar las regulaciones, de modernizar las letras, fue parte del repaso regional que el especialista realizó, al recordar la experiencia ejemplar de Colombia, que durante 15 años realizó dos apuestas en ese sentido, y de República Dominicana, que optó por avanzar con una mirada holística e innovadora para resolver la urgencia.

“Tenemos más de la mitad de la región con sus marcos normativos obsoletos. Hay países que están trabajando con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en este sentido, como Guatemala, Honduras y Nicaragua; pero esto no significa que el resto de la región esté bien. Te di el ejemplo de Colombia, que en menos de 15 años hizo dos leyes tratando de modernizarlo todo, o tenemos casos como el de Chile, donde se preguntan si hace falta un Ministerio exclusivo para las telecomunicaciones. Tenemos el caso de la Argentina donde, desgraciadamente, cambia la administración ejecutiva y hay todo un reordenamiento del marco institucional y legal de las telecomunicaciones. Entonces, es un trabajo que, desgraciadamente, se hace sobre la marcha”, valoró.

A su entender, “lo que se necesita en la región es autonomía y una mayor fuerza de las instituciones. Que la persona que se encarga de tomar las decisiones relacionadas a algo tan importante como la tecnología no sea puesto a dedo, como pasa en casi toda la región; que sea gente que conozca el mercado pero, sobre todo, que sean personas conscientes de la importancia que tiene la tecnología en todas sus aristas porque no hay ningún segmento y ningún ministerio, secretaría o directorio que no tenga, de una forma u otra, relación con las telecomunicaciones”.

Y la necesidad de comprender al sector, al momento de determinar las necesidades regulatorias y programáticas, permiten o dificultan el desarrollo evolutivo del sector pero, sobre todo, de la economía del país. Y esto, en momentos en que las tecnologías posibilitan impulsar las estrategias económicas de los territorios, no parece menor.

“La novedad de este nuevo concepto, un poco trillado a la fecha de transformación digital, es que por fin estamos viendo que hay una transversalidad. Se está entendiendo que, para mejorar toda esta situación, desde el despliegue de redes hasta la accesibilidad del mismo, tienen que estar presentes otras entidades de gobierno, además de la sociedad civil, del sector privado y de la academia; todos deben colaborar para que el nivel de ingreso de la población empiece a mejorar”, sostuvo Otero, e instó a reflexionar acerca de las apuestas y de los actores que deberían estar involucrados.

Pero se trata de una apuesta que, además, implica dinero. “También hay que entender que, así como es muy costoso llevar cobertura o expandir la infraestructura a zonas de baja población o de bajo poder adquisitivo, tenemos zonas del país donde reemplazar la tecnología, por ejemplo, del par de cobre por fibra óptica, también se vuelve muy costoso” dijo Oter. Señaló, en este punto, tanto la importancia de la fibra óptica como de las redes móviles, de los servicio inalámbricos fijos y de los servicios satelitales y advirtió que, aunque las redes satelitales cubren buena parte de América latina y África y ofrezcan una buena  pisada geográfica, su costo lo vuelve prohibitivo.

“Gracias a las flotas de satélite de muy baja órbita, eso está reduciéndose. Pero aún cuando estamos hablando de estos satélites de muy baja órbita, sorprende que algunas personas de regulación y de gobiernos de la región digan que van a ser utilizadas para disminuir la brecha digital, para darle conectividad a las personas. Sus precios oscilan entre los 400 dólares y los 500 dólares para obtener el módem, además de que el costo del servicio mensual oscila entre los 75 dólares y los 100 dólares. Obviamente, con esas tarifas sabemos que no vamos a tener una disminución de la brecha digital en la región, aunque sean muchísimo más baratas que las ofertas satelitales anteriores. Así que, aunque tengamos cobertura geográfica, la gente no lo usa porque es muy caro”, subrayó.

Por todos estos motivos, Otero consideró que “el gran desafío de la región y del mundo” involucra entender que la tecnología nueva no corrige los atrasos económicos y tecnológicos existentes. Y lo dice en un escenario en el que 5G se erige como una nueva urgencia. “Hoy, podría ser 5G; anteriormente lo vimos con blockchain, con 4G y lo vamos a ver con todo lo relacionado a Inteligencia Artificial”, dijo y advirtió que, a partir de esto, impera definir las reales condiciones de los mercados, los gobiernos y sus poblaciones.

“Se están impulsando algunas tecnologías sin haber hecho la tarea de definir cuál es el mercado potencial real. Suelo escuchar frases como ´necesitamos tener 5G porque vamos a quedar atrasados, vamos a quedar en la Edad de Piedra´”, dijo y planteó la importancia de entender el uso que cada mercado o cada sector pueda darle a 5G y qué diferencial puede obtener de una conectividad 4G, por ejemplo.

“Esto lo vemos cada 10 años, cuando sale una nueva generación de tecnología. Llevamos más de 10 años con 4G desplegado y, desgraciadamente, no hemos salido de esa brecha digital existente en la región, ni de la disparidad en conexiones; inclusive, en muchas geografías se apagaron las redes de segunda generación en zonas donde la única oportunidad para conectarse es a través de una red de segunda generación”, alertó. En este sentido, cuantificó que, aunque cada 10 años surja una nueva generación, el promedio de vida es de alrededor de 20, “que en América latina se vuelve en unos 22, 23, 24. Hace apenas unos años que logramos que la cuarta generación llegue a más de la mitad de los habitantes, de la mayoría de la región. Tenemos a 4G en ese punto de expansión”.

¿Y 5G? “5G está en esa fase embriónica, donde supuestamente tenemos 26 o 27 redes a nivel regional, pero a las grandes expansiones y crecimiento en número de usuarios se ven sólo en Chile y Brasil (y en Puerto Rico y el mercado estadounidense)” dijo, y valoró “sumamente importante entender que no podemos crecer en una nueva tecnología si no tenemos los teléfonos que la requieran” para alertar que “no nos llega gran cantidad de teléfonos y los que nos están llegando todavía son caros”.

“Si a esto le agregamos todo el tema de escasez de microprocesadores, por cuestiones ajenas a las telecomunicaciones -y no a la geopolítica y a la seguridad internacional en relaciones diplomáticas-, vemos que los pocos microprocesadores que se están utilizando se destinan a teléfonos de gama media y gama alta” dijo a modo de contexto, en un escenario en el que también sumó la desaceleración en la fabricación de equipos, producto de la pandemia por covid-19, para explicar que esos 10 años previstos para la masificación ya no serán tales, y vaticinó la necesidad de esperar hasta 2027 o 2028 para que 4G llegue a toda la población en la región.

¿Y en ese escenario, qué suerte les depara a las redes privadas 5G? Porque, en definitiva, son parte de esa puerta de partida para avanzar en la concreción de aquella gran promesa de la transformación digital. “Todavía estamos en espera”, dijo José y pinceló el escenario. “Esperemos que tengamos las redes de 5G funcionando primero. Sí hay países que están mirando este tema de cerca o con mucha atención, hay otros donde todavía no es parte de la agenda de gobierno”.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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