Para con mis reflexiones anteriores acerca de cómo el desarrollo de 5G puede resultar en más y mejores oportunidades para toda la población, quisiera centrarme ahora en otro de los objetivos fundamentales propuestos por Naciones Unidas: educación de calidad.
Este punto establece como meta “garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”. Para cuantificar mejor la importancia de la educación, la UNESCO estima que, en los países en desarrollo, cada año de escolaridad adicional representa un aumento del 10 por ciento en los ingresos generales de un individuo anualmente en una perspectiva de por vida.
En África Subsahariana, la región con el índice de desarrollo humano (IDH)) más bajo del planeta, para alcanzar los indicadores que propone este objetivo deberían construir una escuela a cada hora desde hoy hasta el 2030. El 85 por ciento de la población se encuentra en niveles de bajos ingresos y vive en áreas rurales.
Es aquí donde el 5G se muestra como la luz para llevar nuevas oportunidades a estas regiones dadas las condiciones extremas a superar a través de la escolaridad estándar. La educación 4.0 trae tecnologías integradas que los acercarían al cumplimiento de este objetivo.
Existen varios ejemplos de esfuerzos que ya se están poniendo en marcha. Vodafone Educación estima llegar a 85 millones de niños y niñas en todo el mundo hasta 2025. En África Subsahariana, el programa es gratuito y estará potenciado por tecnologías 5G para ofrecer mejores condiciones de estudio y contenido a poblaciones desatendidas.
Tecnologías como D-learning, sistemas educativos basados en IA, tutores remotos, chatbots, ambientes personalizados y adaptativos se vuelven viables llegando a un mayor número de personas que, de otro modo, estarían fuera de la escuela. 5G es un habilitador y catalizador de estas tecnologías.
El futuro, sabemos, está en manos de las nuevas generaciones, por lo que asegurarnos de crear para ellos un mundo con más acceso y más educación es nuestra responsabilidad más urgente.
Como vemos, los avances en tecnología y el desarrollo de redes 5G a lo largo y ancho de nuestro planeta sin dudas contribuirán a mejorar las condiciones de millones de personas, multiplicando las oportunidades. El cumplimiento de los objetivos de hambre cero, salud y bienestar y educación de calidad constituyen la base fundamental para que todos y todas podamos vivir en un mundo mejor y más justo. El poder, nuevamente, está en nuestras manos.