Que en paz descanse. Podría ser la frase que acompañe la decisión de Telefónica de cerrar todas sus centrales de cobre en el marco del plan de transformación de la red fija que está pasando a ser 100 por ciento de fibra, y que fue anunciado este miércoles, en el 99 aniversario de la operadora.
La compañía comunicó esta decisión a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de España. La clausura no es inmediata. Se producirá en 2024. La fecha está especialmente elegida: ese año Telefónica celebrará su centenario, y ya está preparándose para que el festejo sea a lo grande. Anunciar esto ahora es también llevarle un mensaje al mercado. De hecho, la reacción del mundo bursátil fue positiva en la primera mitad de la jornada, siguiendo un comportamiento de recuperación del valor de sus acciones que viene produciéndose desde el último tramo de 2022.
Más allá de esta cuestión -que no es menor- la operadora aseguró que cerrará 3.329 centrales de cobre, proceso que se inició en 2014 y este 19 abril, al cumplir 99 años, acelera el tramo final para llegar al centenario con la totalidad de sus redes en fibra y una estrategia orientada a reducir el consumo energético y la huella de carbono. Hasta ahora, ya fueron dadas de baja más de 5.200 sobre un total de 8.532 que terminarán “descansando en paz” el próximo año.
El proceso de transformación no radica sólo en pasar a tener redes de fibra sino en implementar sobre ellas las tecnologías de última generación, como la inteligencia artificial. Por eso, José María Alvarez-Pallete, su CEO, aseguró que la compañía “es pionera en la aplicación de inteligencia artificial a las redes de última generación, y es una pieza clave en la descarbonización de la economía. El cierre de nuestras últimas centrales de cobre era otro compromiso de Telefónica, y Telefónica siempre cumple sus compromisos y está preparada para el futuro”, tal como lo señaló, insistente, en un comunicado.
Lógicamente, esto se vincula también con el despliegue de las redes 5G que, en el caso de España, llega al 85 por ciento de la población con cobertura en las capitales de provincia y en las poblaciones de más de 250.000 habitantes.
En cuanto al aspecto energético -tema presente en la agenda del grueso de la industria- la operadora sostuvo que las redes de fibra son más sostenibles por cuanto reducen el impacto ambiental que, en el caso de España, alcanza al 94 por ciento en España, nivel 18 veces menor al que registraban las de cobre. Esto se debe no sólo a un cambio de red sino a las tareas de diseño e implantación de las nuevas tecnologías, además de las inversiones en energías renovables.
Por esta razón, la operadora indicó que “resulta prioritario mantener estable el consumo energético mientras aumenta el tráfico de datos”, el impacto más fuerte de la transformación digital. E insistió en poner en evidencia cómo la reducción del 96 por ciento de las emisiones de carbono y del 12 por ciento del consumo energético se lograron con un tráfico de datos que creció casi cinco veces en el mismo período.
Por eso la apuesta de transformación de la red se combina con la cuestión energética y la determinación de abastecer con renovables al 100 por ciento de las operaciones para cumplir con los compromisos de cero emisiones netas en la cadena de valor en 2040. El mercado seguramente también dará su veredicto en este sentido, en el futuro.
