La tendencia parece ser irreversible. El 20 por ciento de las empresas más grandes de América latina integrarán conectividad satelital de órbita baja (LEO) en su estrategia de telecomunicaciones hacia 2028. El objetivo será contar con una estructura de servicios unificada que permita brindarlos en cualquier lugar y garantizar su disponibilidad gracias redes resilientes.
Así lo asegura un informe de IDC citado por el medio brasileño Teletime en donde se señaló que este movimiento que se dará en los próximos cinco años será protagonizado por unas 5.000 empresas de la región. Contar con servicios inalámbricos de alta capacidad y calidad resultará clave para proveer a las necesidades de conectividad de estas compañías.
Sectores como la agricultura y la minería, puntales de la actividad económica de varios países latinoamericanos, son los que aparecen como los más interesados en aprovechar la conectividad que les brindarán los satélites LEO. El informe de IDC detalló que se verán favorecidas todas aquellas industrias que requieran de conectividad satelital con menor latencia, en el rango que se mueve entre los 20 y los 50 milisegundos.
La consultora también recomendó que las empresas indaguen sobre las aplicaciones de Internet de las Cosas (IoT) y redes privadas móviles que deban desplegarse en zonas remotas para aprovechar esta disponibilidad satelital.
Alejandro Floreán, vicepresidente y consultor de estrategia de IDC Latinoamérica, aseveró que “la conectividad será fundamental para lograr todo lo que imaginamos. Debe ser una parte esencial de la estrategia del mundo digital de las empresas. […] ¿Y qué impacto tiene esto en las TI? Es precisamente la creación de nuevas aplicaciones inteligentes”.
La constelaciones Starlink de Space X, y OneWeb, de Hughes, surgen como las que primero podrían beneficiarse en el marco de esta tendencia, dada la presencia que ya tienen en América latina. Ambas cuentan con permisos de aterrizaje y de prestación de servicios en los países más grandes, como Brasil, y ya brindan sus primeras prestaciones, tal como ocurre con Starlink en Chile, a partir de la firma de un acuerdo con el Gobierno para llevar conectividad a zonas remotas.
A estas compañías acaba de sumarse TheOuterNET, una operadora de satélites LEO conformada entre Globalsat Group y Rivada Space Networks, que espera concretar su primer lanzamiento en 2025. Sin olvidar, además, que Kuiper, de Amazon, está en pleno desarrollo, que ya cuenta con permisos de operación en distintos países, aunque sus operaciones iniciales comenzarían a desarrollarse en 2024.
Las iniciativas encaradas por las compañías satelitales también son una oportunidad para las operadoras de telecomunicaciones: integrar los servicios LEO en su portafolio representa una manera de generar ingresos adicionales de manera colaborativa, la nueva forma de hacer negocios en esta industria.
De hecho, un reporte de mediados de año de IDC recordaba, justamente, las alianzas entre operadoras satelitales y de telecomunicaciones que se registraban hasta ese momento: T-Mobile con Starlink, Verizon con Kuiper, Orange con OneWeb, NTT con SES, Apple con Globalstar, y AT&T, Rakuten y Vodafone con AST Space Mobile, todos de manera individual, con el objetivo de desarrollar, entre otros, el servicio D2D. Se trata de acuerdos que la consultora identificó en los Estados Unidos.
Hay que recordar, en paralelo, que en Europa se da un movimiento en el mismo sentido. Este año se lanzaron los primeros aparatos de Sateliot, la constelación española que apuntará a dar conectividad global junto a las telcos. De hecho, ya selló su primer acuerdo con Telefónica que, su vez, celebró otro convenio con Starlink.
Casos que se suceden y que muestran que este comportamiento, sin dudas, marcará parte del ritmo de la década.
