“Wi-Fi y el mundo celular se pueden ayudar muchísimo”

El desarrollo de la industria inalámbrica y las perspectivas del Open Roaming, pero también las conclusiones de la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones (CMR-23), realizada en diciembre en Emiratos Árabes Unidos, el uso de la banda de 6 GHz, junto al balance de 2023 y las tendencias hacia 2024, fueron algunos de los temas abordados en esta conversación que TeleSemana.com mantuvo con Tiago Rodrigues, director Ejecutivo de Wireless Broadband Alliance (WBA). 

¿Qué balance hace de año que acaba de culminar?

El 2023 fue un año bastante importante para Wi-Fi, no sólo por todo el tema de la World Radiocommunication Summit, en Dubai, sino porque se ha acelerado muchísimo el desarrollo del Wi-Fi, del Wi-Fi 6 y del Wi-Fi 6E.  También porque empezamos a ver otros temas, como Wi-Fi 7 y algunos productos de mercado. Y, muy importante también, que Apple tiene ahora a Wi-Fi 6 disponible en sus dispositivos iPhone y eso es, de alguna forma, la confirmación de que la banda de los 6 GHz está ahí para Wi-Fi. Otro tema relevante para la asociación fue el Open Roaming, porque poco a poco vemos como más redes Wi-Fi están adoptándolo y que se va construyendo esa federación de redes para que la gente pueda interconectarse de una manera mucho más segura y mucho más fácil.

En buena medida, son temas que se plantearon en la CMR-23, ¿qué balance hace de sus conclusiones?

Yo creo que los políticos tomaron una decisión que, de alguna forma, fue a la política: intentaron encontrar un punto medio, para dejar a la comunidad Wi-Fi y a la comunidad celular un poco satisfecha pero no totalmente satisfecha a ninguna de las partes.

Sin embargo, quiero destacar tres cosas. Una es que está claro que la banda de los 6 GHz, o parte de ella, la mitad, es definitivamente para Wi-Fi, además de haberse acordado hacer más estudios de compatibilidades. Por tanto, la mitad de la banda va a ser para Wi-Fi de manera global.

Otro tema muy importante, que era uno de los grandes argumentos,  es que esa banda de los 6 GHz sería la última oportunidad de expandir el espectro para el mundo celular y en Dubai se ha decidido abarcar estudios a la banda de los 7 GHz y también de los 3 GHz (3.5, 3.6 y 3.8 GHz) para compatibilizar el uso del celular. Esto significa que, al final, el celular tiene más oportunidades de expandirse, de tener más espectro.

Y la tercera y última es una conclusión mía sobre la parte alta de la banda de los países que no adoptaron el uso para Wi-Fi: se está comentando que en los próximos 10 años ya nadie va a utilizarla, porque los celulares no están disponibles para usar ese espectro y eso significa que va a tardar muchísimo tiempo hasta que haya un estándar para los equipos que usen esa parte de las redes. Entonces, se tomó la decisión de aparcar esa parte alta de la banda de los 6 GHz para un futuro que nadie sabe bien cómo será, pero que para Wi-Fi va muy bien. Y esa es una confirmación de la importancia de la banda de 6 GHz.

En 2024, muchísimos países van a tomar las decisiones de dejar esa banda para Wi-Fi, en América del Sur, África y Europa, en todo el mundo; aunque para nosotros sea más importante América latina y los países que aún les falta tomar la decisión. Muy pronto se va a ver un mercado de dispositivos de red de carga de terminales con 6 GHz para que los usuarios de América latina puedan beneficiarse de un Wi-Fi mejor y de una conectividad mejor. Estoy muy expectante de ver a esos países tomar esas decisiones.

Dice que la definición del CMR-23 fue una decisión política, de darle algo a la industria inalámbrica y algo a la móvil, pero que la  segunda tiene más volumen de espectro y posibilidad de desarrollar nuevo al investigarlo. ¿Cree que fue equitativa la decisión?

Sí, creo que limita pero para mí, el peor y más grave error no es el límite, porque tenemos países como Estados Unidos, Canadá y Argentina que han colocado toda la banda al Wi-Fi; el error es a largo plazo. Por ahora, en los próximos dos a tres años, nosotros como usuarios, con las aplicaciones y los dispositivos que tenemos, no vamos a ver un gran cambio. Vamos a ver una mejoría de la performance, de poder tener más dispositivos y que esos dispositivos van a ser un poco más rápidos, pero tendremos que solucionar problemas de interferencias, porque ahora tengo más espectro para jugar con más canales Wi-Fi. Entonces, será una mejoría muy práctica, pero no desde el punto de vista de las aplicaciones.

Lo que creo que puede pasar es que, cuando tenemos un conjunto de países que tiene más espectro, con velocidades y capacidades distintas, allí se podrán montar aplicaciones de educación, de entretenimiento o de uso profesional que van a usar todo el espectro, porque es lo normal en Estados Unidos o Canadá o Argentina. Es decir, las empresas, al hacer una aplicación de gaming o de otra cosa, van a intentar usar toda la capacidad posible de espectro y lo que va a pasar es que dentro de cinco o 10 años, estos países van a tener algunas aplicaciones que funcionen de una manera pero que, en otros lugares, con otras capacidades, funcionen diferente (más lentas y sus gráficos o imágenes sean malos). Esto, creo, ha sido lo menos positivo para Wi-Fi, principalmente, porque la gran mayoría del tráfico de datos de Internet de nuestras casas o empresas, va por fibra. Por lo tanto, creo que en el largo plazo vamos a tener un horizonte digital distinto, quizás con países con más velocidades y con aplicaciones que otros no tengan.

Seguramente, será un tema para abordar en la próxima CMR

Sí, creo que sí, porque con los estudios que se están haciendo en las otras bandas se puede ayudar a que se dé dentro de cuatro años. Quizá merezca la pena revisitar el tema y discutirlo.

Hay un tema que defendimos muchísimo y que defendí muchísimo: la banda de los 6 GHz no está totalmente libre para poner una red de celular que cubra un país entero. Tenemos servicios de satélites, servicios de meteorología, incluso algunos países tienen servicios de sus compañías de trenes o del Ejército de Defensa. Entonces, no es un espectro que esté y que se lo pueda usar de una manera totalmente libre, y creo que eso nunca va a pasar. Entonces, pone la vara muy alta para el mundo celular al tener que buscar mecanismos que eviten la interferencia.

Inclusive, en América latina hay muchas experiencias de redes comunitarias que recurren al Wi-Fi  como estrategia de achicamiento de brecha digital, hasta en uso en exteriores.

Si, pero es un radio pequeño para cubrir, en un pueblo, una plaza, un local y no es toda una región entera como es el celular, que puedes ir de pueblo en pueblo y estar siempre conectado.

Claro, pero hay experiencias de convergencias de infraestructuras en el mundo, como sucede en Roma, donde se articula la coexistencia entre Wi-Fi y las redes móviles.

Sí, para mí no es el secreto más importante para las operadoras celulares, porque algunas lo hacen muy bien, pero aún falta mucha educación para desarrollar ese tipo de redes. Las redes celulares tienen un problema de cobertura indoor, dentro de locales públicos o privados, donde sea, y hacer una cobertura celular dentro de edificios tiene un costo muy elevado. Además, en la gran mayoría de estos edificios y en nuestras casas, Wi-Fi ya está.

Hay operadores en Estados Unidos, por ejemplo, que desarrollaron una estrategia muy enfocada en cómo usar Wi-Fi para aumentar la capacidad y la cobertura de aquellos lugares en los que tienen esa falta de capacidad. Y con estos acuerdos que tienden con los dueños de esas redes Wi-Fi, donde aparcan uno, dos o tres operadores, se los puede motivar a invertir más en esas redes para aumentar su capacidad y, de alguna forma, crear un ciclo positivo para mejorar estas redes inalámbricas en su convergenciacon el mundo celular. Me gusta dar el ejemplo de lo que llamamos el Wi-Fi Calling, que para mí es el servicio de convergencia ejemplar, que involucra poder usar mi terminal móvil para una llamada con 4G o 5G y si estoy en un local en el que no tengo cobertura celular pero tengo Wi-Fi, funcione igual.

Eso, para mi, es el ejemplo de que Wi-Fi y el mundo celular se pueden ayudar muchísimo y hemos trabajado este tema desde hace muchísimos años. Algunos operadores lo están haciendo muy bien porque, no sólo tiene más cobertura y capacidad, sino que reduce muchísimo los gastos y las inversiones en redes celulares. Diría que es una forma de mejorar el business skills para los operadores celulares, porque no se tienen que hacer inversiones tan pesadas.

¿Esto aplica también para montar redes privadas y bajar el costo operativo, por ejemplo?

Claro, pero no sólo por el costo operativo sino también por el tema de los dispositivos, porque los dispositivos de Wi-Fi ya están en todas partes y si pones una red privada celular, ¿qué dispositivos se pueden conectar? Y ese también es un tema muy importante. Yo veo a las redes privadas celulares muy relevantes en situaciones donde se necesita, por ejemplo, tener la garantía de que esta conectividad no va a fallar, como en las fábricas de autos en los que se están montando piezas de alta precisión y no puede haber riesgo de demoras mayores al microsegundo en la información. Ahí tiene sentido pero para un usuario promedio, que no necesita una red de ese nivel de seguridad y de transmisión de datos, Wi-Fi puede solucionar perfectamente su necesidad.

¿Qué otras tendencias identifican para 2024, sobre todo para la región latinoamericana?

Las tendencias se agrupan en dos o tres grandes grupos. El primero está vinculado a que Wi-Fi está evolucionando muchísimo y de una manera muy potente. Ya lo hablamos: Wi-Fi 7 va a tener más capacidad para la gestión de la transmisión de los datos dentro de los dispositivos y de las redes; pero también creo que se va ver una gran mejoría en nuestras casas.

La otra gran tendencia la vemos en la educación, en nuestros trabajos, en esta misma charla remota, porque esto no va a parar y crecerá cada vez más, al igual que la necesidad de tener dispositivos conectados. Necesitamos conectividad. El número de terminales que tenemos en nuestras casas está aumentando año por año y todo se conecta, por eso hay que ayudar a que todas estas necesidades de conectividad se puedan concretar. Por ejemplo, el Mercosur tiene un problema gravísimo de cobertura y de conectividad, principalmente entre las zonas más urbanas y las más rurales. Me cuesta también decir que en los países más desarrollados, como Estados Unidos y otros en Europa, también está ese problema aunque no sea tan grave. Y ahí se tiene que hacer un trabajo, y que se está haciendo, por ejemplo, con tecnología satelital, o que cada vez más se busca la expansión de la fibra y de la conectividad fija o de acceso fijo inalámbrico.

El otro gran tema es el vinculado a la inteligencia artificial, que es muy usada en las redes Wi-Fi, y principalmente en las redes más de alta capacidad para hacer su diseño y para garantizar que no haya locales sin cobertura o que se optimice la conexión de los dispositivos. Esa inteligencia artificial se está expandiendo a todo tipo de aplicaciones. Desde mi punto de vista, creo que toda esa idea del mundo digital nos va a ayudar en temas de educación, al momento de hacer compras, de gobernar, de resolver cuestiones vinculadas a la salud; hay un mundo que se está abriendo y que necesitará conectividad para transmitir datos, cada vez más. Y ahí es donde entran, de alguna manera, estos conceptos más básicos del Wi-Fi, del celular, del satélite y otros.

Ya para terminar la entrevista, ¿valora alguna regulación en particular que impulse todo este potencial inalámbrico?

Sobre Wi-Fi, no hay duda que en Estados Unidos fueron los pioneros y plantear la idea de expandir la conectividad del Wi-Fi y de permitir usar más espectro al Wi-Fi. Al final, después de hablar con muchísimos reguladores de todo el mundo, es una decisión muy sencilla porque si miramos los tráficos de datos de los países, la gran mayoría va por redes fijas y al final de esa red está Wi-Fi. Y ahí es muy importante que los reguladores tengan esa visión de entender el uso de la conectividad, incluso aquí en Europa, donde 90 por ciento del tráfico de datos IP es fijo.

Entonces, ahí hay que dar una ayuda para que fluya mejor. Esto es muy importante, también para América latina: entender por dónde va la economía digital del país, que se basa mucho en sus redes fijas y que hay que ayudar a desarrollar estas tecnologías.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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