A paso lento pero seguro. Así podría describirse el avance de las redes privadas en Brasil que prometen generar ingresos por más de 220 millones de dólares en este 2024 que recién comienza. Esta cifra incluye tanto a las infraestructuras inalámbricas como los servicios profesionales y los administrados. Pero representa una cifra exigua dentro de lo que mueve el sector de las telecomunicaciones en este país cada año. Una muestra de las dificultades que continúan existiendo a la hora de encontrar nuevas fuentes de ingresos.
Se trata de una estimación efectuada por IDC Latin America, que reiteró que las redes privadas móviles tomarán un mejor posicionamiento en los verticales de negocios y se convertirán en una realidad para las empresas en este año. También vaticinó que surgirá un nuevo modelo de negocio, el de la red como servicio (NaaS, por su sigla en inglés) y que sectores como el de puertos, aeropuertos, minería, manufactura, seguridad pública, ciudades inteligentes y salud serán los más interesados en adoptar esta modalidad.
Lo que no quedó claro es si se trata de redes privadas 5G. Si bien todo indica que esta alternativa apunta a mejorar el desarrollo empresarial e industrial, y que la tecnología que colabora en ese objetivo es 5G, es sabido que es posible su implementación a través de 4G.
Pero habida cuenta que Brasil viene promoviendo una política consistente para desplegar infraestructura de quinta generación e impulsar su adopción, la perspectiva es que el desarrollo de las redes privadas se apalanque en 5G. Este país finalizó 2023 con más de 20 millones de líneas, cantidad que le permite liderar, con tranquilidad, la región. Hay distintas iniciativas en marcha, tanto desde el sector público como desde el privado. El caso de NLT con China Mobile es uno de los ejemplos de la intención por desarrollar este segmento del negocio.
Por supuesto, se trata de un negocio incipiente. El sector de las telecomunicaciones en Brasil mueve unos 37.000 millones de dólares al año. Lo que, en la perspectiva de IDC Latin America, facturarán las redes privadas representarán apenas un seis por ciento de ese total.
Que todavía no haya una adopción masiva de esta alternativa puede responder a que, según la misma consultora, si bien un 48 por ciento de los líderes de TI de las organizaciones han sido contactados para abordar el tema de las redes privadas —e invertir en ellas—, sólo un 0,6 por ciento posee un conocimiento profundo sobre el tema. Definitivamente, el trabajo de los interesados en que se desarrolle el negocio de las redes privadas deben trabajar más —y tal vez mejor— en la evangelización del concepto.
Una mejora de la proyección futura estará atada al desarrollo de IoT, donde el reporte, presentado en Brasil y dado a conocer por Mobile Time, augura mejores perspectivas. En octubre del año pasado, la consultora había asegurado que el 50 por ciento de las empresas brasileñas se encuentran en fase de planificación o prueba de concepto de IoT. En paralelo, un 34 por ciento de las pequeñas y medianas empresas están interesadas en avanzar en proyectos de este tipo
Estas iniciativas, sumadas a las que ponga en marcha el gobierno terminarán generando ingresos por 1.700 millones en IoT, cifra que incluirá los servicios de hardware, software y la conectividad. Es decir, un cinco por ciento sobre el total de lo que mueve el mercado por año. Aquí parece empezar a calar el trabajo y la difusión de las ventajas de la IoT durante tantos años.
El otro segmento que promete crecimiento es el de soluciones en la nube, que se impondrán a las de gestión de redes locales. La facturación proveniente sólo de productos de software para estas soluciones rondarán los 210 millones de dólares.
Donde las expectativas son mayores es en el terreno del edge. Otra vez, los sectores de gas, petróleo, minería y manufactura están demandando cada vez más procesamiento de información en el borde, y las tecnologías como 5G, IoT y la inteligencia artificial (IA), colaboran en esa dirección. Aquí el negocio toma otra dimensión y la perspectiva es que alcance los 4.000 millones de dólares en el año en curso. Algo más del 10 por ciento del total del mercado. Nada mal.
Lo cierto es que todas las tecnologías se potencian entre sí cuando están disponibles. Es lo que parece estar sucediendo en Brasil. Una promoción constante de su implementación y adopción por parte del Estado produce un incentivo adicional desde el sector privado. Entre ambos se convierten en impulsores de la transformación digital.
