El mercado TIC en la Argentina es hoy casi tan grande en volumen de negocios como hace más de 20 años. Sólo que en aquel tiempo no había ni penetración del 100 por ciento de los servicios móviles, ni banda ancha. Tampoco adopción masiva de equipamiento tecnológico residencial y, mucho menos, proceso de transformación digital en el segmento corporativo.
En cifras, se trata de 3.200 millones de dólares que el mercado TIC movió en 2023, según datos de Prince Consulting, cuando la Argentina estaba sumida en una crisis extrema, había provocado una devaluación brutal, y se encontraba en default. Aún así, en 2002, movió 3.418 millones de dólares.
Los datos muestran la situación por la que atraviesa el sector, luego de haber alcanzado un pico máximo entre 2020 y 2022 cuando, en promedio, logró mover unos 7.500 millones de dólares por año, aún en medio de la pandemia y de una diversidad de restricciones a los que estuvieron sometidos los actores de la industria para invertir.
Los números se conocieron en el marco del parte del Panorama de las telecomunicaciones de Argentina, encuentro realizado por 5G Americas, y que contó con la participación de Alejandro Prince, director de Prince Consulting, Ignacio Perrone, analista de telecomunicaciones de Frost & Sullivan, y Gonzalo Quilodrán, ex integrante del directorio del Enacom y, ahora, consultor en el sector privado. Los expertos dieron sus puntos de vista sobre qué manera puede reanimarse el sector en un contexto macroeconómico de país difícil, con una devaluación implementada en diciembre pasado que licuó los ingresos de la ciudadanía, y una inflación que, aunque pareciera ir en camino de reducción, sigue la inercia y acumula más de un 200 por ciento interanual.
Prince aclaró que, más allá de las cifras ofrecidas, hoy pareciera no ser suficiente medir al mercado ni en dólares ni en pesos argentinos, porque no reflejan la realidad. Optó, no obstante, “medir en cajas (íneas o suscripciones)”. Y lo que saldrá de ese análisis es que hay cada vez más usuarios pero, por sobre todas las cosas, más consumo. Los puntos entre los que se mueve la economía de la Argentina son tan extremos que resulta difícil un análisis con reglas clásicas, en definitiva.
Prince explicó que, si bien el sector ha experimentado sus altibajos en las últimas dos décadas, también tuvo el suficiente músculo como para adaptarse a las situaciones y salir bastante airoso de los momentos de crisis. No obstante, y en concidencia con Quilodrán y Perrone, advirtió que para reactivar desembolsos será prioritario sólo tanto ordenar la macroeconomía, que es lo que atrae la inversión, como recuperar el poder adquisitivo del bolsillo de la ciudadanía.
Por eso se planteó que una opción para apalancar el desarrollo del sector podría ser disponer del espectro de Arsat como un pilar del desarrollo del país, además de la necesidad de compartir infraestructura como un modo de mejorar el esquema de costos.
Para Ignacio Perrone, el espectro en poder de Arsat, que supera los 200 MHz, “habría que pensarlo como Vaca Muerta (para la industria del petróleo y el gas) para las telecomunicaciones inalámbricas. ¿Qué podemos hacer? ¿Lo dejamos ahí sin usar esperando el mejor momento? La verdad es que lo que debemos hacer es apalancar el desarrollo de nuestro sector y del país en general usando ese recurso. No estoy seguro de cuál es la mejor forma pero el concepto general tiene que ser aprovechémoslo porque es una palanca para el desarrollo”.
Por su parte, Alejandro Prince, consideró que hay que discutirlo como uno más de los activos que tiene la operadora estatal, entre ellos, la fibra óptica, la capacidad satelitel y el data center. “Creo que lo más simple es sortearlo, subastarlo, y cuanto antes alguien lo use va ser mejor poque entran cada vez más cosas. Es un recurso finito pero la tecnología demuestra que entran cada vez más cosas. Para mí lo importante es el rol de Arsat. Si va a concretar con sus políticas, si va a ser mayorista, si va a ser proveedor del Estado”, subrayó.
Quilodrán, previamente, había aclarado que la decisión del gobierno anterior de reservar, en el marco de la licitación 5G, espectro para Arsat fue para tener “una visión estratégica en materia de seguridad”.
Si bien la Argentina hoy tiene asignado espectro por encima del promedio regional, José Otero, vicepresidente de 5G Americas para América latina y el Caribe, y moderador de este encuentro, aclaró que más allá de la asignación lo que importa, en definitiva, es qué se está haciendo con el recurso, si es que se está haciendo algo.
Hubo coincidencia en la necesidad de institucionalizar acciones, desde lo que puede ser el destino del espectro de Arsat hasta las cuestiones vinculadas tanto con compartición de infraestructura como su despliegue. Porque siempre aparecen los obstáculos de los municipios para construir redes sin inconvenientes. Y se concluyó que el tema sólo se resolverá con institucionalidad y con normas que, en materia de despliegue, estén por encima de las autonomías municipales.
