La Red Compartida depende de cómo IFT entregue espectro para 5G

Un año y una semana pasó desde que comenzó a operar la Red Compartida en México. El proyecto ha avanzado por encima de lo esperado aunque su verdadero éxito se podrá analizar más certeramente cuando alcance los niveles de cobertura que marca el cronograma para los próximos años. Su funcionamiento estará, además, estrechamente vinculados a las decisiones que tome el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) con respecto a la forma de adjudicar espectro para 5G.

La red mayorista se creó con tres objetivos centrales: aumentar la cobertura, elevar la calidad de los servicios y promover precios competitivos. Altán Redes es el consorcio que se hace cargo de su ejecución: ya invirtió cerca del 10 por ciento de los 7.500 millones de dólares que se necesitarán para que a 2024 la red alcance al 92,2 por ciento de los mexicanos. Al momento cubre a unos 44 millones de personas, cerca del 35 por ciento del total, y firmó 35 contratos con 26 clientes, entre ellos Telefónica y Televisa.

Para garantizar el funcionamiento de la iniciativa, que la administración Peña Nieto denominó “la más importante de telecomunicaciones en la historia de México”, el regulador reservó 90 MHz en la banda de 700 MHz para la red compartida. También realizó otras acciones para aumentar las posibilidades de éxito, tales como prohibir desde abril de 2018 la venta de dispositivos LTE no compatibles con la banda 28. Tanto la asignación de espectro como el contrato público-privado tienen una duración de 20 años a contar desde fines de 2017, cuando se firmó la adjudicación.

Desde un principio se percibieron algunas dificultades que podría atravesar el despliegue de una red con estas características. A la cobertura, que a simple vista se presenta como un desafío complejo de asumir, se agrega la desvalorización del peso sobre el dólar, algo que tiene impacto directo en un proyecto valuado en moneda extranjera. También algunos alertaban las complicaciones que podría tener Altán para desplegar infraestructura en un país con deficiencias en materia de permisos y burocracia, algo que fue parcialmente sanado con nuevas normas de las autoridades locales.

El tercer problema que promete debates es el espectro. Se indicó antes que se guardó una porción sobre 700 MHz para que comience a rodar la Red Compartida pero todavía no hay novedades sobre lo que sucederá en las próximas licitaciones, aquellas que podrán en juego activos para 5G. El último dato al respecto no resulta alentador: Altán se había mostrado interesado pero finalmente se bajó de la última licitación de espectro de la que resultaron adjudicatarios Telefónica y AT&T.

En un escueto comunicado, el consorcio explicó motivos de su decisión de no participar. “Altán concentrará sus esfuerzos en el más rápido despliegue de la red y seguirá atentamente las oportunidades que puedan surgir para complementar el espectro de cara a la implementación 5G en la Red Compartida”. A partir de aquí surge las dudas de qué posibilidades tiene la empresa de adjudicarse espectro en los procesos por 70 MHz en 600 MHz y 150 MHz en 3,5 GHz que IFT prepara para el año próximo, recordó El Economista.

Se presentan, grandes rasgos, tres escenarios. El primero es que el regulador tome algún tipo de recaudo y ejecute una acción similar a la de hace un tiempo, otorgando de forma directa espectro a favor de su socio privado para el desarrollo de la Red Compartida. El otro es que no lo haga pero se centre, como ya ha dicho, en procesos no recaudatorios que pongan sobre la mesa cuestiones como cobertura —y Altán pueda en ese contexto sacar ventaja del resto—. El tercero, el más pesimista para sus intereses, es que deba conseguir algún socio externo para engrosar su billetera y poder competir en una eventual subasta contra terceros.

Así las cosas, con el despliegue iniciado y más objetivos pendientes que cumplidos, la Red Compartida depende de un espaldarazo de las autoridades que cambien posibles barreras por argumentos para seguir creciendo. Varios países de la región ya han mostrado el camino que pretenden transitar para llegar a 5G y México no es la excepción, pero deberá contemplan una parada técnica para pensar en el proyecto más ambicioso de su historia. Altán, mientras tanto, se prepara para un 2020 con nuevos desafíos de cobertura y expectativas de que el proyecto alcance su punto de equilibrio financiero.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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