Movistar acuerda con AT&T acceder a su capacidad de última milla inalámbrica en México

En México ha sonado la campana que se usa para cuando hay alianzas entre operadores de telecomunicaciones y que en el último tiempo se había mantenido en silencio para dar espacio a luchas constantes entre los competidores por diferentes temas, entre ellos la nueva revisión de las medidas asimétricas que corren para el preponderante. La campana sonó por un anuncio de Movistar, que avisó a la industria que acaba de firmar un acuerdo con AT&T para el acceso a la capacidad de última milla inalámbrica de la compañía estadounidense en el país.

Se trata de un convenio mayorista sobre el uso de redes de acceso con el que Movistar prevé ahorrar unos 230 millones de euros al año, indicó el portal local El Economista. En la práctica significa que el tráfico 3G/4G y el que venga en el futuro viajará por la red de transporte de la compañía pero al llegar a la última radiobase que conecta con el usuario lo hará por la infraestructura de AT&T. La alianza será, en principio, por ocho años pero llevará tres años ponerla en práctica. No genera exclusividad entre las partes.

Con esto quedan más alejadas las versiones que hablaban de la posible salida de Movistar de México, un mercado que no ha traído buenos resultados en el último tiempo para quienes intentan hacerle frente al gigante América Móvil. También hará que la compañía pueda devolver bandas de espectro en sitios donde ya no tenga sentido explotarlas y bajar, así, el costo altísimo que supone mantenerlas en su poder. De esta forma también podría señalarse que alivianará su peso para transitar de mejor forma el camino hacia la quinta generación.

El comunicado de Movistar sobre el tema es escueto. Solo indica que de esta forma “se confirma el compromiso con el país al impulsar proyectos que permiten contribuir en la reducción de la desigualdad” y otros elogios a su operación que solo podrán evaluarse una vez que se lleven a la práctica. En tanto, agregó que el convenio cumple con la regulación existente. Fue dado a conocer al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y será debidamente registrado conforme a las leyes existentes. “Nos hará más agiles”, sintetizó el presidente y director general de la compañía, Camilo Aya Caro.

Como si hiciera falta aclararlo, el ejecutivo añadió que la empresa que representa mantendrá el control exclusivo sobre sus operaciones, incluyendo su cartera de clientes, activos, administración, precios, finanzas, comercialización y sistemas de facturación, entre otros. “AT&T no tendrá visibilidad ni influencia sobre las operación de Telefónica”, expresó. La migración comenzará tan pronto como sea posible y se hará efectiva de forma gradual pero sin ningún contratiempo para los clientes.

La transición del tráfico de una red a otra en el último tramo generará entonces que sobre la red de AT&T se curse lo que generen sus 18,6 millones de usuarios actuales y los 26,9 millones con los que cuenta Telefónica a septiembre de este año. Esto tampoco significa que Movistar será MVNO de su competidor, porque continuará con sus despliegues tanto en infraestructura como en servicios y mantendrá el control directo sobre su tráfico. Seguirá, en tanto, albergando operaciones de terceros como Virgin Mobile y mantendrá el acuerdo con Telcel por roaming nacional, por citar algunos ejemplos.

El movimiento de Movistar es, sin duda, un paso más dentro de su plan para mejorar su situación financiera general y que derivó en la venta de filiales, centros de datos, edificios y torres con foco en el desprendimiento de activos que considera no estratégicos. También en una controvertida estrategia para reducir su nómina de empleados. En México en particular se ha hablado hasta de eventuales compradores de su operación mientras la empresa completó este año la venta de una serie de activos relacionados con su red nacional de fibra óptica.

AT&T, por su parte, también apuesta al desprendimiento de activos para sanear su ítem deuda, que se ha convertido en un dolor de cabeza más fuerte desde que adquirió Time Warner por 85.000 millones de dólares. Recientemente vendió filiales en Puerto Rico e Islas Vírgenes y volvieron a sonar rumores de una posible salida de México, rumores que la empresa no desmintió. El acuerdo con Movistar le permitirá, en tanto, sumar ingresos con un mayor tránsito en su red en momentos en que la operación local no resulta redituable para la estadounidense, según sus propias autoridades.

Así las cosas, mientras piden que se recrudezcan las reglas que rigen para América Móvil, Movistar y AT&T también coinciden ahora en un acuerdo que parece ser útil para ambas pero cuyos primeros resultados recién podrán analizarse en 2022. El tiempo no parece ser un factor a considerar en la cuenta, pues según las partes el convenio durará como mínimo hasta 2027. Para entonces 5G estará instalada como una tecnología de fuerte presencia en la región, de acuerdo con las previsiones. Habrá que ver si los actores que luchan por el mercado son los mismos o las dificultades para competir los obligan a romper promesas y salir antes de lo previsto de un mercado donde América Móvil es amo y señor.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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