Esta semana, Telefónica comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de España que, en común acuerdo con América Móvil, se ha rescindido el acuerdo de compra del 99,3 por ciento de Telefónica Móviles El Salvador.
“Esta decisión se ha adoptado tras un análisis detallado por ambas partes de las condiciones establecidas por la Superintendencia de Competencia para la obtención de la correspondiente aprobación regulatoria”, señaló la compañía en un comunicado a sus inversionistas.
La superintendencia había establecido una serie de condiciones para que se pueda realizar la transacción, entre las que se encontraban la devolución de 55 MHz de espectro, la provisión de servicios de roaming nacional a nuevos competidores y prohibición de ejecutar penalidades por contratos finalizados anteriormente, entre otras condiciones. A juicio de las compañías, los condicionamientos parecen ser demasiado abultados para poder mantener un contrato por el cual Telefónica hubiera recibido cerca de 315 millones de dólares por la venta de la compañía.
La Superintendencia de Competencia había fijado ciertos condicionamientos tras comprobar que la operación generaría concentración en el mercado. “La adquisición produciría limitaciones a la competencia en los mercados de telefonía móvil, fija y servicios de conectividad empresarial”, había señalado la autoridad de competencia en ese entonces. Es que ambas compañías compiten en estos mercados, junto con Digicel y Tigo.
Esta no es la primera vez que Telefónica encuentra un problema en su afán de deshacerse de las operaciones latinoamericanas. El acuerdo con Millicom por la filial de Costa Rica tampoco pudo ser efectivizado, luego que el comprador indicara que no había recibido el aval de parte de las autoridades correspondientes —un argumento que, en este caso, no fue compartido por el vendedor—. Por suerte para Telefónica, rápidamente encontró un nuevo comprador, Liberty Latin America, dispuesto a adquirir la operación.
El plan para vender activos en Centroamérica involucró cinco operaciones. Nicaragua y Panamá ya quedaron en manos de Tigo (Millicom) mientras que América Móvil cerró la adquisición de Guatemala el mismo día que se realizó el anuncio, en enero de 2019. En ese entonces también se anunció la adquisición de El Salvador, pero allí debían esperar el aval regulatorio. Luego de tres pedidos para analizar la operación, las compañías se encontraron con reglas más duras de las esperadas y, por lo tanto, prefirieron cancelar la transacción y seguir compitiendo en el mercado.
Para Telefónica, el anuncio se vuelve una piedra más en el camino en el marco de una estrategia de reducción de sus negocios en Latinoamérica que está resultándole mucho más difícil de lo esperado. ¿Encontrará Telefónica otro interesado para El Salvador?
