“Apagá la tele”, decía y repetía una canción muy melosa del cantor Paz Martínez que poco tiene que ver con el compromiso que Chile y Paraguay asumieron para iniciar en diciembre de este año el proceso de implementación de su sistema de televisión digital abierta, al tiempo que Panamá lo pospuso por tiempo indeterminado. En este caso, el apagado tiene que ver con la modernización de las señales televisivas analógicas, un proceso que en la región data de algo más que una década y que buena parte de los países ya concretó.
En el caso de Chile, por ejemplo, la agenda del apagón analógico pasó de mayo a diciembre de 2021, aunque el país confirmó que 2024 será el año en el que se culmine ese proceso, un aplazamiento que difundió el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones y que precisó que será el 15 del último mes del año el momento en que concrete su primer hito a lo largo de 16 capitales regionales.
El plan original ya se había aplazado de 2019 a mayo de 2020, con el compromiso de concluir todo el proceso en 2023. Sin embargo, esta nueva agenda comenzará en diciembre de 2021, continuará en 2022 cuando 28 capitales provinciales, la mitad del total, comiencen a emitir sólo la señal digital; al tiempo que 2023 sería el turno de las 28 restantes, para llegar a 2024 con toda la transformación concretada.
Inclusive, la Asociación Nacional de Televisión de Chile (Anatel) pidió en marzo de 2021 a la Subsecretaría de Telecomunicaciones (SUBTEL) postergar hasta 2026 el apagón analógico de la TV abierta; aunque el cronograma mantiene 2024 como fecha definitiva.
A su vez, y a un año de su postergación original, Paraguay confirmó que el último día de 2021 será el que se avance con el apagón en Asunción, Gran Asunción y departamento Central, la primera zona prevista en el plan que se extenderá hasta 2024.
Sin embargo, Tomio Ishibashi, coordinador del gabinete técnico de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) de Paraguay, dijo que analizan el pedido de postergación solicitado por un grupo de medios dado que no toda la población tendría televisores digitales o conversores, según publicó el Observatorio Latinoamericano de Regulación Medios y Convergencia (Observacom).
Según el funcionario, los plazos previstos de digitalización no se estarían cumpliendo en el interior sobre un estándar definido en 2010, cuando se optó por sistema nipo-brasileño de TV digital, ISDB-Tb; al tiempo que contabilizó la existencia de 146 receptores disponibles en el mercado local.
Pero la postergación mayor es la de Panamá, quien lo hizo por tiempo indeterminado. La noticia se conoció hace pocos días, cuando la Autoridad de los Servicios Públicos (ASEP) de ese país reconoció que no contaban con los decodificadores necesarios para avanzar con el plan previsto, cuya primera fase de apagado debió comenzar el primer día de junio.
La ASEP corroboró que poco más del 40 por ciento de los hogares – y no el 90 por ciento que aspiraba originalmente- contaba con los decodificadores necesarios. Inclusive, y según trascendió en diversos medios locales, el principal motivo de la postergación por tiempo indeterminado está relacionado al uso que el Ministerio de Educación de Panamá dio a la televisión abierta, al transformarlo en su estrategia de continuidad pedagógica a distancia que impuso la pandemia por covid-19.
La transición digital en Panamá es una historia de postergaciones ya que en 2019 se había establecido que la primera fase del apagón se concretaría en octubre de 2020, luego en junio de 2021 y, ahora, en algún momento del futuro. Sin embargo, la definición sobre el estándar adoptado (el europeo) data de 2009 y el plan de transición en cuatro etapas del 2010.
A los planes y definiciones de estas latitudes se suman los avances dados en República Dominicana, donde el Estado anunció la inversión de 30 millones de dólares para su fomento y donación de conversores, pero también los conocidos en Costa Rica, donde hace apenas una semana se apagaron las transmisiones provenientes desde el Cerro Buenavista.
