La industria pide avanzar rápido hacia 5G para evitar un retraso de 15 años en América latina

¿Qué más se puede decir sobre 5G y sobre lo que traerá que no se haya dicho? A veces resulta difícil encontrarle una nueva veta. Y es que, tal vez, haya llegado el momento de la insistencia, al menos en América latina que, de no avanzar de manera más concreta hacia la construcción de redes de nueva generación, quedará más rezagada en su desarrollo, retraso que ya quedó tristemente manifestado desde que se inició la pandemia y a través de la brecha digital ya no pudieron disimularse más las restantes deudas sociales. Si no se avanza rápidamente, el retraso actual de la región en materia de 5G podría quintuplicarse en los próximos años.

Y la insistencia, una de las razones del ejercicio periodístico para que las cosas cambien, tiene que ver con la necesidad de que en la región se activen los procesos orientados a los despliegues 5G para que la acelerada transformación digital provocada por la pandemia, impacte en los sistemas productivos y económicos del continente.

Si “el covid hizo que se perdiera una Argentina en 2020 pero con transformación digital se podrían recuperar dos Argentinas”, tal como lo describió Angel Melguizzo, vicepresidente de Asuntos Externos y Regulatorios de AT&T Vrio, la división de AT&T recientemente adquirida por el Grupo Werthein,  durante el cierre de las Jornadas Internacionales de la Asociación de Televisión por Cable (ATVC) de la Argentina, ya no hay más tiempo que perder.

Brasil viene escribiendo un culebrón y no termina de definir el inicio del proceso de licitación, Colombia arrancará en 2022, en Perú hay pruebas, en México la cosa parece que viene para largo. De hecho, este jueves el presidente interino del Instituto Federal de las Telecomunicaciones (IFT), Adolfo Cuevas, dijo que el espectro en su país es muy caro y “se está volviendo un lastre” para el sector. Y, lamentablemente, en la Argentina, la política tampoco está dando lugar a avances. Las expectativas, por el momento, sólo se concentran en lo que pueda suceder en Chile y en la innovación que pueda desarrollar Uruguay, y nada más por el momento.

“Hay que entender por qué 5G hace la diferencia”, dijo Guillermo Solomon, chief digital transformation officer de Huawei para América latina, quien apuntó que la región está entre tres y cinco años atrasada en la evolución de sus redes respecto de lo que sucede en los países centrales, lógicamente por la aversión al riesgo que tienen las compañías cuando deben invertir en la región. Pero advirtió que la velocidad de la tecnología ha aumentado de tal manera que el margen de maniobra es cada vez más corto. Y sentenció: “Los países que no tengan una agenda digital agresiva se vas a retrasar 10 o 15 años respecto a los centrales”, por lo que consideró que es un “momento histórico” para tener un enfoque en esa dirección.

El espectro apareció mencionado en todos los paneles que se organizaron en estas Jornadas. Así como el presidente del IFT admitió que el espectro tan caro en México es un lastre y está impidiendo avanzar con estrategias robustas producto de las miradas de corto plazo, tal como publicó El Financiero, una visión similar expusieron los diversos actores de la industria. En ese sentido, Solomon destacó las decisiones de los reguladores de Colombia y España, de postergar en plazos de 17 a 20 años respectivamente, el pago del espectro adjudicado a los operadores a cambio de introducir obligaciones de cobertura, lo que se traduce en favorecer más agresivamente los despliegues de redes. Consideró que se trata de una de las estrategias más efectivas para acelerar inversiones que tendrán un impacto directo en las ciudadanías.

Una de las promesas más fuertes respecto a la aceleración de esos despliegues y el impacto en las poblaciones tiene que ver con FWA (Acceso Fijo Inalámbrico, por su sigla en inglés) que permitirá llegar con la red fija hasta un determinado punto y, desde ahí, distribuir la última milla a los hogares con la misma velocidad de la fibra óptica.

“Que espectro traiga frecuencias altas, medias y bajas para todos los operadores. Que las reglas de los concursos que vayan a venir no sea solo recaudatorio sino que se estimule la inversión ordenada y coordinada junto con un plan de crecimiento. Que el concurso permita llegar a gran cobertura para dar servicios avanzados y de calidad. Que se den facilidades de despliegue porque se necesitará de más fibra y más sitios”, enumeró Angélica Ceratti, marketing manager de Nokia para América latina. Sostuvo, además, que el plan de despliegue no tiene que ser burocrático sino bien coordinado en pos de lograr beneficios comunes.

El espectro caro, el exceso de burocracia, la falta de comprensión sobre ciertos aspectos técnicos de la tecnología que no pueden obviarse a la hora de definir una política pública y las normas que de ella emanan se imponen si es que, de verdad, la política entendió la calificación de esencial que le dieron a las telecomunicaciones.

Helio Oyama, product management director de Qualcomm enfatizó la relevancia que tendrá 5G en la cotidianeidad, al preverse más de 1 millón de conexiones por kilómetro cuadrado, pues estará todo conectado. Y lo que eso significa en materia de inversiones y de volúmenes de negocios. “Será muy importante en el contexto de la industria”, subrayó para coincidir, y reiterar, que “el beneficio más rápido para la sociedad es que se pongan obligaciones de cobertura”.

Hay insistencia de parte de los operadores en avanzar en 5G, y también de los proveedores, por supuesto. Hay una necesidad de evolucionar hacia la próxima generación, sin obviar lo que resta hacer en 4G o en despliegues de fibra. En el actual contexto, lo más significativo es que las redes complementarias colaborarán en la avanzada tecnológica. Pero para que ello ocurra será necesario que desde los ámbitos de decisión se agilicen procesos que, hasta ahora, vienen no sólo demorados, sino demasiado opinados.

Como dijo Lucas Gallito, director de políticas públicas de la GSMA, la regulación tiene que ser “pro-inversión, pro-innovación, que permita concebir nuevos servicios, flexibles. Tener disponibilidad de espectro en todas las bandas bajo las condiciones correctas. Cambiar el paradigma del pasado para que el espectro sea herramienta de inclusión e innovación”.

La declaración de las telecomunicaciones como servicio esencial en pandemia en la mayoría de los países obliga también a los gobiernos a abordar las cuestiones del sector desde un lugar más ágil. Definir sus políticas públicas no puede obviar el escenario tecnológico cuando de su apropiación depende no sólo la salida de las crisis de los países sino también su desarrollo. El sector privado insiste. Y el periodismo especializado se hace eco de esa insistencia porque, definitivamente, se necesita abordar a la industria con miradas de más largo plazo que tengan en cuenta el momento presente.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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