Argentina retomó la discusión sobre la frecuencia de 6GHz y comenzó la estrategia de seducción de los que apuestan todo a Wi-Fi

La Argentina retomó la discusión para definir el destino final que tendrá la banda de 6GHz. Y, a tono con su realidad de zozobra constante, lo hizo en el medio de los cambios que se produjeron en el ámbito de las telecomunicaciones a nivel nacional, lo que anticipa que esta decisión se tomaría en algún momento aunque sin poder tener un atisbo de presagio. Mientras tanto, el grupo de empresas y asociaciones que aspiran a que los 1.200 MHz de espectro se disponibilicen enteramente para Wi-Fi presentaron un informe sobre el impacto económico de su adopción plena que alcanzaría los 64.000 millones de dólares entre 2022 y 2031.

Tal como ocurrió en los otros países de la región que ya cerraron esta discusión, en su momento el Gobierno, a través de la Secretaría de Innovación Pública, convocó a una consulta para que los interesados hicieran llegar sus propuestas sobre cuál será el mejor destino para la frecuencia que va de los 5.925 MHz a los 7.125 MHz , proceso que finalizó en los primeros meses de 2020, antes del inicio de la pandemia de coronavirus.

Las prioridades que supuso esta situación de emergencia dejó al tema de lado. Y se retomó antes de la Semana Santa, momento en que volvieron a reunirse las operadoras, las asociaciones del sector y los funcionarios de gobierno salientes que iniciaron este proceso. Fue el momento en el que se presentó el estudio sobre Valor económico de 6GHz en Argentina, a cargo de Raúl Katz y Fernando Callorda, de la consultora Telecom Advisory Services, y en el que a lo largo de 95 páginas puntualiza sobre diversos aspectos, que van desde el impacto económico hasta la reducción del costo de los despliegues de redes inalámbricas pasando por el mejoramiento de la asequibilidad, de la banda ancha, de la Internet de las cosas (IoT, por su sigla en inglés), entre otros aspectos vinculados con la disponibilidad de estas redes con espectro no licenciado.

El reporte identifica 10 fuentes de valor sobre las que realiza un análisis y le agrega el impacto económico que eso produciría a nivel de Producto Bruto Interno (PBI). Entre ellas, surgen el aumento de la cobertura y la mejora de la asequibilidad, el incremento de la velocidad de banda ancha gracias a la reducción de congestión que supone Wi-Fi, y el despliegue amplio de la IoT. También una reducción en los costos de las comunicaciones inalámbricas para las operadoras, los despliegues de soluciones de realidad virtual (RV) y realidad aumentada (RA), de redes municipales Wi-Fi, de puntos de acceso Wi-Fi gratuitos y de equipamiento Wi-Fi. Y completa esta lista de fuentes de valor lo relativo al alineamiento con otros países en relación a la decisión de otorgar el 100 por ciento del espectro a esta tecnología, además de la posibilidad de que aumente la capacidad de enrutamiento de tráfico celular.

Insiste en que cada uno de estos aspectos provoca diversas mejoras, que van desde un mayor acceso a las telecomunicaciones y los beneficios que se obtienen gracias al derrame económico que esa expansión provocaría en distintos niveles.

Cada uno de estos aspectos es analizado de forma minuciosa, como para que a nadie de quienes deben tomar la decisión final les quede dudas de que hay que seguir el mismo camino que ya tomaron Brasil, Chile, Perú, Costa Rica, Honduras, entre otros.

El reporte concluye que “la designación de la banda de 6 GHz para uso no licenciado en Argentina generará un valor acumulado entre 2022 y 2031 equivalente a 63.640 millones de dólares, distribuido entre 44.020 millones en contribución al PBI, 7.250 millones de dólares en excedente del productor (lo que incluye márgenes para proveedores de tecnología argentinos, ahorro en gastos de telecomunicaciones para empresas, y ahorro en la inversión de capital de operadores celulares), y 12.370 millones de dólares en excedente del consumidor (beneficios para consumidores en términos de bajo costo por Mbps y velocidades de banda ancha más elevadas)”.

Las empresas que promueven esta decisión son Cisco, Meta, HP Enteprise, Microsoft e Intel, entre otras, a las que se les agradece, en el inicio del reporte, que puede descargarse desde aquí, el apoyo brindado a través de varios de los principales ejecutivos involucrados en este tema.

Del otro lado, las operadoras de telecomunicaciones, representadas a través de la GSMA, resisten esta decisión y, por el contrario, proponen que la mitad de los 1.200 Mhz disponibles en la banda de 6GHz se reserven para 5G. Los argumentos que exponen también son conocidos y, tal como lo expresaron en mayo de 2021, enfatizaron que “la banda de 6 GHz es esencial no solo para que los operadores móviles proporcionen conectividad mejorada asequible que implica mayor inclusión social, sino también para materializar las velocidades y capacidades que requieren las ciudades inteligentes, el transporte y las fábricas. Se estima que las redes 5G necesitarán 2 GHz de espectro de bandas medias durante la próxima década para desarrollar todo su potencial”.

A esta documentación conocida se sumará, en los próximos días, un reporte minucioso de la GSMA sobre el impacto que esto provocaría en la Argentina, en una sintonía de seducción similar a la que se pronunciaron quienes quieren que todo el espectro de 6GHz se destine a Wi-Fi. Esta asociación ya elaboró un documento general sobre las ventajas de reservar la mitad para 5G -que puede descargarse desde aquí– y puntualizó sobre los impactos entre algunos de los países que no han tomado la decisión, como México y Colombia en América latina.

La GSMA también recuerda que el año próximo se realiza la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones (CMR-2023)  que, entiende, será una nueva oportunidad para armonizar la banda de 6GHz en el planeta, además de ayudar a desarrollar el ecosistema, razón por la que considera que no es necesario que se tome una decisión apresurada.

Más allá de lo políticamente correcto, del lado de las operadoras no se disimulan ciertos resquemores por entregarles espectro no licenciado a empresas que, sospechan, podrían construir sus propias redes y competirles sin haber pagado un céntimo en espectro. En conversación con TeleSemana.com, una de las compañías que más desconfianza despierta entre las telcos, aseguró que eso no está en los planes y que el foco es explotar el Wi-Fi en las comunicaciones de corta distancia de dispositivo a dispositivo, como complemento de las redes móviles de las operadoras, especialmente a partir de los despliegues que supondrá 5G; cuando eso sea una realidad en la Argentina, por supuesto.

Este nivel de sospecha se vincula con los usos que se le daría a la tecnología si todo el espectro de 6GHz se vuelca a Wi-Fi: indoor o outdoor. Este segundo caso es el que pone en alerta a las operadoras por las eventuales redes que, sobre un espectro no licenciado, podrían construir eventuales competidoras, hecho que se interpreta como una ventaja asimétrica frente a las compañías que han pagado por espectro para construir sus redes móviles. Y, otra vez, esta situación no solo fue desestimada por la empresa consultada sino que, además, enfatizó que, para dar esa discusión, primero hay que tomar las decisiones pertinentes respecto a lo que se hará con esa frecuencia.

Quienes se inclinan por esta alternativa ya hicieron su estudio sobre el impacto que los 1.200 MHz de 6GHz para Wi-Fi tendría en la Argentina y en su PBI. Y quieren que haya una decisión porque este país, junto con Colombia y México, es uno de los que todavía no lo ha resuelto y su determinación podría influir en lo que suceda, luego, en otros países más pequeños, además de facilitar una economía de escala más rápidamente. Para quienes se debe reservar la mitad de ese espectro para 5G no hay que tener prisa. Saben que la quinta generación móvil recién está aterrizando en la región y que hasta dentro de tres años no habrá una demanda y una escala lo suficientemente robusta como para dar cuenta inmediata de la importancia de esa reserva de espectro para impulsar nuevos servicios.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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