Llegar al 2025 con brecha digital cero es una política de Estado en Chile

La brecha digital o ese mal que afecta a las poblaciones que no consiguen acceder a Internet -por imposibilidades económicas o carencias en la capilaridad de la red- y, por ende, quedan privados de sus beneficios es uno de los males que el gobierno de Chile busca subsanar y erradicar a través del Plan Brecha Digital Cero 2022-2025; iniciativa que fue presentada en las últimas horas y que apuesta al trabajo intersectorial.

El anuncio oficial fue realizado por Claudio Araya, recientemente asumido subsecretario de Telecomunicaciones, y contempla cuatro ejes centrales, basados en propuestas regulatorias que fomenten y garanticen la conectividad y el despliegue de infraestructura digital, además de apostar al trabajo multisectorial en el que los municipios tendrán un lugar central a la hora de identificar las necesidades territoriales.

“Brecha Digital Cero busca que todos los habitantes de nuestro país puedan acceder a un Internet de calidad a través de una inversión en infraestructura, con subsidios directos y con atención especial a las zonas rojas que en muchas ciudades aún están desconectadas y aisladas sin Internet”, dijo Camila Vallejo, secretaria General de Gobierno en el marco del anuncio.

El de la brecha digital es un tema estructural y un informe realizado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) advirtió el riesgo que la región corre si no lo revierte. En él se hizo foco en la inclusión digital educativa en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú y Uruguay, y arrojó que el 46 por ciento de los 144 millones de estudiantes de entre cinco y 12 años que no pudieron tomar clases presenciales durante la pandemia, tampoco pudieron acceder a clases virtuales. Y, si la lupa se pone sólo en este territorio, la problemática se confirma en los resultados que arrojó el Barómetro de Brecha Ciudadana Digital, realizado las 16 regiones del país durante 2021.

“Durante la pandemia la realidad nos golpeó en la cara y vimos con claridad la brecha digital que golpea a nuestro país, que mantiene a miles de usuarios sin conexión y a otros con conexiones de mala calidad, que incluso, tal como lo vimos en los años anteriores, debían subirse a los techos de sus viviendas en búsqueda de conectividad. A través de nuestro plan Brecha Digital Cero abordamos las diferentes dimensiones de este problema, donde nuestros esfuerzos en estos cuatro años estarán puestos en que si alguien no accede a Internet sea porque no quiere y no porque no pueda”, sostuvo Araya.

El primero de los cuatro pilares es el regulatorio e incluye iniciativas como la impulsada por Vallejo, que aspira a modificar tres leyes (la General de Educación n°20.370, la de educación pública n°21.040 y la n°18.168 sobre telecomunicaciones) para “consagrar el principio a la conectividad y acceso a Internet de las y los estudiantes”.

Otra de las propuestas normativas que lo integran es la impulsada por la Subsecretaria de Telecomunicaciones (Subtel) que busca reconocer a Internet como un servicio público y que forma parte de la nueva letra de su Carta Magna, “algo que terminaría, por ejemplo, con la posibilidad que tienen hoy las empresas de dejar fuera de cobertura algunos sectores, con el argumento de no tener ‘factibilidad técnica’ o porque lo consideran poco rentable”, precisó Araya.

El eje de infraestructura digital, a su vez, agrupa unas siete iniciativas que se vienen desarrollando y que bregan por dar conectividad al país, como Última Milla, que acerca conectividad a zonas rurales y que ya recibió recursos por más de 110 millones de dólares (93.494 millones de pesos chilenos); Conectividad para la Educación que aspira a enlazar a 10.086 instituciones educativas y que se desarrolla con un subsidio superior a los 16 millones de dólares (13.642 millones de pesos); WiFi Chilegob, que se propone sumar zonas gratuitas de conectividad inalámbrica; y el despliegue de 5G en todo el país, cuyo despliegue comercial involucra contraprestaciones sociales.

Además, hay tres planes de despliegue de fibra óptica en curso: el Nacional, que conectará 9.560 kilómetros a lo largo de 202 comunas y que contempla un subsidio superior a los 88 millones de dólares (75.093 millones de pesos); Austral, que involucra el despliegue de fibra en 4.548 kilómetros de las tres regiones más australes del país y subsidios por más de 75 millones de dólares (63.718 millones de pesos); y el conocido como Tarapacá, que conectará siete comunas con 839 kilómetros de fibra y un subsidio de 6.914.800 de dólares (5.860 millones de pesos).

En tercer lugar, esta propuesta incluye “la creación de una Empresa Estatal de Telecomunicaciones, cuya orgánica se está definiendo, que permitirá ofertar servicios en zonas donde existe escasa o nula oferta; y un Subsidio a la Demanda”, admitieron los funcionarios y sobre la que, Araya advirtió, “podría ayudar a muchísimas familias que están abajo del mundo digital por temas presupuestarios. Muchas personas no tienen el poder adquisitivo suficiente para destinar parte de su presupuesto a este ítem o, en varios otros casos, muchas no dimensionan lo potente que es esta herramienta y cómo puede mejorarles la vida, por lo que no lo consideran parte de un gasto prioritario mes a mes”.

El cuarto eje de la iniciativa fue titulado “Conectividad para todos” y está dirigido a dar soluciones a los sectores más vulnerables, las llamadas “zonas rojas” y establece el trabajo conjunto entre públicos y privados, la concientización social mediante la realización de mesas contra el robo de cables y el vandalismo.

Este eje involucra, además, instancias de alfabetización digital y el fomento al desarrollo de cooperativas de Internet y otras formas de organización ciudadana que faciliten el acceso a Internet; un punto que recuerda a la estrategia de Aportes No Reembolsables (ANRs), financiados por el Fondo del Servicio Universal (FSU), que viene desarrollando su país vecino trasandino, Argentina.

Con todo, el plan Brecha Digital Cero se propone como una hoja de ruta que reúne los esfuerzos heredados, suma nuevos y requiere del trabajo conjunto entre públicos y privados. Un buen ejemplo del caso de iniciativas heredadas es la de 5G que, por estas horas, además, incluyó el despliegue del primer proyecto piloto 5G de realidad virtual con fines educativos, que disfrutó el alumnado de la Escuela Domingo Santa María, de la localidad de Renca.

Se trató de una experiencia inmersiva de realidad virtual, posibilitada por la conectividad 5G de la empresa Entel y mediante la que el alumnado de octavo grado recibió una clase de biología, virtualizada, sobre el funcionamiento del cuerpo humano.

“A medida que se consolide, el 5G traerá avances impensados en materias como realidad virtual e inmersiva, robótica e Inteligencia Artificial, y tendrá un impacto significativo en el sector industrial, gracias a la masificación del IoT (N.de R.: Internet de las cosas, por sus siglas en inglés) y la automatización de procesos. Pero también traerá mejoras significativas en ámbitos como la salud y la educación, que ayudarán a mejorar la calidad de vida y acercar oportunidades que hoy, por distintas razones, no llegan a todas las personas”, dijo Antonio Büchi, gerente general de Entel, cuyo servicio está operativo comercialmente en 14 regiones.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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