Chile inicia el apagado progresivo de sus redes 2G, una transición que es global, pero con velocidades diferentes

Entel Chile acaba de anunciar el apagado paulatino de su red 2G, medida por la que dejará de comercializar sus servicios asociados a partir del próximo mes y, como consecuencia, la Subsecretaría de las Telecomunicaciones (Subtel) difundió un comunicado en el que busca llevar tranquilidad a la población que aún las utiliza al señalar que controlará que nadie quede incomunicado por esta evolución tecnológica. ¿Qué pasa en la región y qué, en otras latitudes? Dicen que la evolución es imposible de frenar, pero en todos los casos el contexto hace que sea más o menos veloz, más o menos feliz.

La eliminación gradual de las redes de comunicaciones obsoletas, como pueden resultar las de 2G (y en algunos mercados también las de 3G) frente a evoluciones como las de 5G, comienza a urgir en algunas latitudes. Sin embargo, desmontar esos tendidos también involucra tener presente sus diversas dimensiones: la tensión que pueda nacer entre los usuarios existentes y el apremio de las telcos por optimizar sus operaciones y evolucionar, pero también un sinfín de actores que también se reunen allí, como proveedores de equipamiento, fabricantes de dispositivos y hasta los reguladores, entre otros.

Sin dudas, las redes 2G dejarán su huella en la historia de las comunicaciones al haber propiciado el salto analógico al digital, aunque hoy apenas sean quienes garanticen la disponibilidad de comunicaciones de emergencia y de la transferencia de datos de sistemas heredados o de aplicaciones más vinculadas al diálogo entre máquinas (M2M, por su sigla en inglés) o de Internet de las cosas (IoT, por su sigla en inglés). Mientras en la región su apagado es un proceso que empieza a avanzar, en Europa y América del Norte se multiplican las experiencias.

¿Chile desconecta 2G?

Por estas horas, el regulador chileno anunció que fiscalizará la forma en que los operadores de telecomunicaciones realicen el apagado de sus redes 2G y lo hace en respuesta al anuncio que días atrás realizó Entel, el principal operador local. Admitió que se concentrará en la evolución tecnológica, que involucrará el apagado gradual de la red 2G a partir del segundo semestre de 2024 y hasta el cese de la comercialización de sus servicios asociados de forma inminente, a partir de agosto de 2023.

“La llegada del 2G fue un hito en la historia de la telefonía móvil puesto que permitió que sus protocolos pasaran de lo análogo a lo digital. Además, masificó el uso de los SMS, mensajes de texto que permitían comunicarnos, aunque con limitados caracteres, sin necesidad de llamar por voz”, tal como el regulador local lo recordó. En Chile, de acuerdo a las series estadísticas de Subtel, hasta mediados de 2012 fue la tecnología dominante en el mercado móvil, superada ese mismo año por 3G y posteriormente por 4G.

“Subtel, a través de sus procesos fiscalización, verificará que el apagado de redes 2G no deje a ninguna localidad del país ni sus usuarios sin conectividad”, adelantó Claudio Araya, titular de la cartera y consideró que “las distintas tecnologías cumplen ciclos y se van renovando por otras. Hoy, mientras en el país se despliegan redes 5G, tecnologías como el 2G están en retirada. Además, se trata de tecnologías poco eficientes con el consumo de energía y su retiro permitirá que las empresas puedan hacer un upgrade a las redes de distintos lugares de nuestro país”.

Según las precisiones del regulador chileno, el uso de 2G ostenta “una posición minoritaria” frente a, por ejemplo 5G, y detalló que hasta marzo habían detectado a poco más de 203.000 dispositivos conectados, además de recordar que “consumen mucha más energía que 4G o 5G, haciéndolas más caras para los beneficios limitados que entregan a los usuarios”.

Entre las acciones que este organismo adelantó que llevará adelante, se encuentra el pedido expreso a los operadores para que garanticen que ningún usuario se quedará sin servicio de comunicación, además de exigirles la presentación de un plan que detalle el proceso, incluidas las mitigaciones que realicen para subsanar un posible impacto negativo ante los usuarios; es decir, por las modificaciones a los contratos, la necesidad de reemplazar dispositivos como GPS, teléfonos, u otras.

En el caso de Entel, por ejemplo, Francisca Florenzano, gerenta de Sostenibilidad y Comunicaciones, precisó que “será un proceso gradual y planificado” y aseguró que diseñaron “un plan de comunicación y de apoyo dirigido específicamente a aquellos usuarios que pudieran verse afectados por esta medida, para así facilitar esta transición y lograr que se realice con el menor impacto posible para todos”.

Pero ella también hizo hincapié en que “renovar la infraestructura tecnológica es uno de los habilitadores fundamentales de la Estrategia Digital Chile 2035, y nuestra meta país de Carbono Neutralidad al 2050”.

A comienzo de año, y en el marco del Congreso Mundial de Móviles  (MWC2023), fue Movistar Chile quien había adelantado que, en un plazo que no debería extenderse más allá del 2027, retiraría todo su tendido de cobre para reemplazarlo por fibra óptica e impulsar el avance de la evolución tecnológica de 2G a 4G y 5G.

De a poco, la región enfrenta esta realidad. En Colombia, Tigo y Claro, por citar dos ejemplos, avanzan en este sentido; y cerca, en Perú y en diálogo con TeleSemana.com, Alexis Licci, gerente general de Entel Perú, confesó que “apagar tecnologías como iDEN, 2G, tiene que ser una política que la autoridad facilite que se hagan” y valoró que “es de locos pensar que tenemos una red encendida como el iDEN. Es como tener obligado a tener encendida la luz en el ático cuando nadie lo usa”.

¿Cuál es el estado de situación regional y global?

Resulta oportuno recordar un informe publicado por la consultora Cullen Internacional, a fines de 2022, en el que precisó que la continuidad del uso de las redes 2G, está relacionado al uso de servicios M2M y que “el apagón está impulsado por el deseo de los operadores de reducir sus costos operativos y reutilizar el espectro liberado para tecnologías móviles avanzadas, como 5G”. Pero, al momento de identificar casos concretos, subrayó que existen más experiencias en Estados Unidos y en Canadá, que en América Latina y Caribe.

“Pocos operadores en América Latina han apagado sus redes 2G (solo CNT en Ecuador y Telefónica en México). Dos operadores en Colombia tienen planes de desconectar sus redes 2G para fines de 2023”, decía en la presentación de aquel documento Carolina Limbatto, jefa para las Américas de Cullen Internacional, en el que analizó la coyuntura de apagados o los planes de desactivar las redes de 2G y 3G en 11 países del continente, como también las acciones que fueron previstas en cada caso para atender a sus usuarios o el impacto de las licencias vigentes en relación a la continuidad de los servicios.

Y fue Cullen International la que también acaba de ofrecer una foto de la situación de estas redes en Europa, cuyo benchmark arrojó que en 11 de los 31 países abordados para el caso, al menos un operador móvil desconectó su red 3G; al tiempo que precisa que en Suiza, Francia y Países Bajos hubo, al menos un operador que desconectó su red 2G.

En este documento, la consultora también señala que este tipo de cesaciones no son alcanzadas por alguna regulación especial y que se realizan en función de las urgencias comerciales que cada operador pudiera tener, y resalta que, para garantizar la continuidad operativa, los prestadores recurren al espectro que poseen en 4G y en 5G, al tiempo que consiguen ahorros en sus costos operativos, sobre todo, vinculados al mantenimiento de la red.

Otro elemento importante que permite abordar el contexto europeo lo ofreció, en junio, el propio Organismo de Reguladores Europeos de las Comunicaciones Electrónicas (Berec, por sus siglas en inglés) al compartir su “Borrador sobre prácticas y desafíos de la eliminación gradual de 2G y 3G”, disponible aquí, en el que repasa las prácticas comerciales generales, las experiencias de cada territorio e, inclusive, pondera los desafíos y las oportunidades que estas desactivaciones propician.

Allí, Berec advierte también que hay ciertos elementos “importantes” que deben tenerse en cuenta y enumera: el posible impacto en temas de interoperabilidad y cobertura de las llamadas de emergencia, los problemas de cobertura en áreas rurales y remotas compatibles con 2G, así como la comprensión acerca de qué dispositivos M2M e IoT que estén en funcionamiento se verán afectados.

En ese documento, este organismo regulador también puso el acento en la importancia de garantizar la continuidad de los servicios a los usuarios finales y subrayó los desafíos que esa migración impone, al tiempo que precisó que “la eliminación gradual de las generaciones de tecnología más antiguas tendrá efectos positivos en diferentes aspectos, como un aumento en el espectro y la eficiencia energética y una mayor seguridad en las comunicaciones. Y, la eliminación progresiva también dará lugar a datos con velocidades más altas, que permitirán nuevos casos de uso”.

El usuario en el centro de la estrategia pero ¿qué usuario?

Es cierto, también, que el tema de la experiencia de usuario -tan presente en las nuevas concepciones de servicio- también importan en este tipo de conexiones, sobre todo, porque suele involucrar a aquellas personas entre las que la brecha digital se agiganta, por imposibilidad de asequibilidad o por remoticidad.

En el caso de Chile, inclusive, Movistar había anunciado que en el camino de apagado de las redes 2G y de servicios basados en las redes de cobre, también dejaría sin efecto servicios como el de telefonía pública. Si, aquellos que requerirían (o requieren, porque aún están) de una moneda o un cospel y que, emplazados en una esquina o un comercio, facilitaron miles de millares de conversaciones, mucho antes que el teléfono fuera móvil.

“Si miramos a América Latina, la importancia de los teléfonos públicos es cada vez menor. Sobre todo, en las zonas urbanas donde usualmente son vandalizados, creando costos innecesarios para los operadores de telecomunicaciones que pueden tener obligaciones legales de darles mantenimiento para que estén en condiciones de seguir operando. Mientras en zonas rurales, donde la cantidad de personas que poseen un celular es menor o simplemente no existe cobertura de este tipo, la presencia de teléfonos públicos cobra una mayor importancia”, recordó José Otero, vicepresidente de 5G Américas en un posteo publicado en su blog personal. Y agregó: “¿por qué hay localidades donde estos siguen siendo vigentes? Su vigencia es signo de problemas más profundos como una brecha digital básica centrada en servicios de voz”.

 

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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