Se trata de una nueva edición del Programa de Aceleración del Crecimiento, ahora presentado como Nuevo PAC, mediante el que se busca reeditar un meta-programa económico que Luis Inácio Lula da Silva instaló en 2007 para impulsar el desarrollo industrial y productivo del país. Esta vez, la apuesta involucrará 347.000 millones de dólares (1,7 billones de reales) en el que invertirán el sector público, el privado y la sociedad civil, porque este “Nuevo PAC ha vuelto para cambiar la vida en Brasil hoy y para las generaciones futuras”.
La apuesta es grande e involucra que el Estado, en todos sus estamentos, el sector privado y las organizaciones sociales se unan en una apuesta de largo plazo que favorezca y propicie el desarrollo del país, con crecimiento económico, sostenibilidad ambiental e inclusión social (que implica también el achicamiento de las brechas digitales). Ese fue el camino prometido y con el que la actual gestión inició su mandato en enero de 2013 y al que hace algunas semanas se lo denominó como de neoindustrialización. Ya en septiembre comenzarían a realizarse las convocatorias públicas que lo pondrían en marcha.
Así, este Nuevo PAC establece lineamientos de objetivos institucionales claros, como el mejoramiento del ambiente regulatorio y licenciamiento ambiental, la expansión del crédito y de los incentivos económicos, la mejora de los mecanismos de concesión, la alineación con el plan de transición ecológica, y la planificación, gestión y contratación pública; a los que se suman nueve ejes de inversión.
“Mucho más que una cartera de inversiones públicas, el Nuevo PAC es una apuesta colectiva, nacida de un amplio diálogo federal, de mucha conversación con gobernadores, alcaldes y el sector privado, para que los proyectos elegidos reflejen los deseos de las poblaciones de cada región”, dijo el primer mandatario al momento de presentar este programa.
Se avanzará sobre líneas de acción, entre las que se encuentra la de “Inclusión digital y conectividad”, mediante la que se busca reforzar la estrategia de conectividad escolar que ya se viene desarrollando al calor de las obligaciones contraídas en la subasta de 5G, y donde se invertirán más de 5.646 millones de dólares (28.000 millones).
“Nuestro país ahora está entrando en una nueva etapa, con importantes inversiones para llevar al pueblo brasileño más Internet de alta velocidad, más servicios públicos digitalizados y más acceso a TV con calidad de imagen y sonido”, dijo el ministro de Comunicaciones, Juscelino Filho, y aseguró que “el PAC es una verdadera victoria para este país y el Ministerio de Comunicaciones trabajará arduamente para que estos recursos se conviertan en beneficios para la población”.
Hasta 2026 está previsto que los subejes de inclusión digital y conectividad reciban más de 1.308 millones de dólares (6.500 millones de reales) para iniciativas que lleve adelante el Ministerio de las Comunicaciones (MCom) y del Gobierno Federal, tanto para llevar conectividad a las escuelas y a las Unidades Básicas de Salud (UBS) de todo el país.
Inclusive, las Infovías, mediante las que se busca llegar con conectividad a zonas alejadas y erigido como Programa Norte Conectado, también está previsto en esta inyección de inversiones y donde se les reserva 382 millones de dólares (1.900 millones de reales) para la construcción o ampliación de 28 infovías, de las cuales 18 son estatales, ocho son regionales y dos son nacionales.
El despliegue y la expansión de 5G y 4G, a su vez, recibirán 3.730 millones de dólares (18.500 millones de reales), repartidos entre los 2.198 millones de dólares (10,900 millones de reales) hasta 2026 y otros 1.532 millones de dólares (7.600 millones de reales) previstos a destinar luego de esa fecha.
La TV digital, que está en pleno proceso de evolución, recibirá 31 millones de dólares (154 millones de reales) para que se amplie y mejore la oferta de la programación de TV digital hasta 2026 en aquellos municipios que tengan baja disponibilidad de canales. E inclusive, los servicios postales recibirán 172 millones de dólares (856 millones de reales) hasta 2026 para mejorar y modernizar su parque logístico.
Más sectores, más inversiones.
“La inversión pública atrae la inversión privada. Los países que más invierten son aquellos donde más crece el PIB y generan más empleos e ingresos. [La Nueva PAC garantiza] un desarrollo inclusivo, con justicia social, trabajo, reformas, eficiencia económica y sostenibilidad”, confió Geraldo Alckmin, vicepresidente de la República y ministro de Fomento, Industria, Comercio y Servicios, en el marco de la presentación general de la propuesta; y fue el ministro de la Casa Civil, Rui Costa, quien estimó que se prevén generar cuatro millones de puestos de trabajo vinculados a las obras que genere este Nuevo PAC.
Cabe señalar, además, que educación recibirá 9.074 millones de dólares (45.000 millones de reales) para reforzar el resto de la infraestructura educativa (construcción de edificios para tal fin de todos los niveles, pero también para promover el desarrollo científico-universitario en el país); y 403 millones de dólares (2.000 millones de reales) para propiciar el acceso a la cultura, el deporte y el ocio a la población, de cara a promover la buena convivencia social, con acciones que reduzcan la violencia social.
Otros 6.251 millones de dólares (31.000 millones de reales) serán destinados a la infraestructura de salud brasilera, tanto por la construcción de sanatorios como su equipamiento, el refuerzo de su industria farmacológica y de telemedicina.
Brasil quiere tener ciudades sostenibles y resilientes que se adapten al cambio climático y garanticen a sus habitantes mejores calidades de vida, por ello destinará 123.011 millones de dólares (610.000 millones de reales) en la construcción de viviendas y en la modernización de sus ciudades ya existentes, además de 6.049 millones de dólares (30.000 millones de reales) para revitalizar las cuencas acuíferas y garantizar que la cantidad y la calidad del agua llegue a todos los habitantes.
A todos estos ejes, se suman los de transporte eficiente y sostenible con 70.378 millones de dólares (349.000 millones de reales), la transición y la seguridad energética con 108.895 millones de dólares (540.000 millones de reales), y la defensa nacional con tecnología de punta con 10.687 millones de dólares (53.000 millones de reales).
La infraestructura importa. Los planes de largo plazo, también.
