El Estado brasilero extendió por tres años la fecha de ejecución del Programa Escolar de Tiempo Completo, que comanda el Ministerio de Educación (MEC) con el objetivo de viabilizar el cumplimiento de la sexta meta del Plan Nacional de Educación 2014-2024, entre cuyas misiones prevé llegar con conectividad de banda ancha a las escuelas públicas y aumentar la matrícula del alumnado de jornada completa: en un millón para fin de 2023 y para totalizar las 3,2 millones hacia 2026. A la par, la Entidad Administradora de Conectividad Escolar (EACE) relanzó la marca Estudiante Conectado (Aprendiz Conectado) para simplificar y allanar la difusión de esta estrategia que tiene por objetivo ejecutar fondos obtenidos en la subasta de 5G con un único fin: llegar con Internet de buena calidad a las poblaciones en cuyo futuro se cobija el del país.
Esta semana fue publicado en el Diario Oficial local la Ley 14.640 que institucionaliza en nuevo plazo del Programa Escolar de Tiempo Completo y que modifica legislaciones antecesoras, como la N°14.172 de 2021 en la que reprogramó del 31 de diciembre de 2023 al del 2026 la fecha límite para aplicar alrededor de 750 millones de dólares (3.500 millones de reales) anunciados en pandemia para garantizar la continuidad educativa virtual, dada la emergencia sanitaria que aquel contexto impuso a las poblaciones y la imperiosa necesidad de resguardarse en sus hogares.
Esta nueva letra legislativa sirvió para aplazar el vencimiento por tres años, pero también para limitar que el dinero disponible sólo pueda ser utilizado para la contratación de servicios de acceso a Internet de banda ancha que ofrezcan proveedores autorizados por la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), pero también para ampliar la convocatoria de proyectos e iniciativas.
Ente ellas, se encuentran la adquisición de dispositivos electrónicos y terminales portátiles que permitan el acceso a la red de datos móviles o red inalámbrica para usar en los establecimientos (dentro o fuera), y para montar redes inalámbricas.
A su vez, la iniciativa que buscaba “garantizar el acceso a Internet, con fines educativos, a los establecimientos educativos, estudiantes y docentes de la red de educación pública de los Estados, el Distrito Federal y los Municipios, en virtud de la calamidad pública resultante del Covid-19”, ahora también precisa que “serán prioritarias para los establecimientos educativos con alumnos pertenecientes a familias inscritas en el Registro Único de Programas Sociales del Gobierno Federal (CadÚnico) y los ubicados en comunidades indígenas y quilombolas”.
Inclusive, y tal como lo reflejó el medio local Teletime, algunas de las modificaciones generaron molestias, y rememoraron el enfrentamiento existente entre algunos actores del sector y el agregador de servicios Base Telco, que ahora no podrá participar pero que obtuvo licitaciones para explotar los recursos que propició la ley 14.172/21.
A fin de junio, y tras nueve meses de que iniciara sus actividades, la EACE relanzó la marca Estudiante Conectado (Aprendiz Conectado) para unificar la comunicación de esta iniciativa que busca promover la educación digital inclusiva y de calidad en las escuelas públicas de Brasil, en áreas urbanas, rurales, quilombolas y comunidades indígenas.
Por ejemplo, fue un relevamiento publicado oportunamente por el GAPE el que cuantificó la situación de la conectividad escolar en el país: 14.894 colegios no poseen Internet y 4.625 son los que, además, no cuentan con tendido eléctrico disponible. Es por este escenario que estas iniciativas trazadas ponderan que llegarán a 10.269 colegios (8.877 rurales y 1.392 urbanos) y diseñan otras estrategias para atender las demás falencias de infraestructura.
En diálogo exclusivo con TeleSemana.com, Vicente Aquino, miembro del Consejo de Administración de la Anatel, presidente del Grupo de Seguimiento del Costo de Proyectos de Conectividad Escolar (GAPE) y presidente del Comité de Defensa de los Usuarios de Servicios de Telecomunicaciones (CDUST), contó los detalles de una estrategia ambiciosa y que nació al calor de la subasta 5G en el país, en noviembre de 2021.
Desde esa posición, Aquino también vela porque el EACE ejecute las iniciativas que promuevan la conectividad escolar financiadas con los más de 3.100 millones de reales surgidos de los compromisos asumidos por los operadores de telecomunicaciones en aquella licitación.
El lanzamiento de esta nueva marca busca allanar la comunicación de toda esta estrategia de conectividad escolar y fue Paula Martins, directora general del EACE quien lo explicó: “Nuestra marca existe para conectarnos con un sueño. El sueño de un futuro en el que la tecnología esté disponible para toda la educación básica brasileña, haciendo de la escuela pública un motor de transformación social, contribuyendo para la democratización del acceso a la información, al conocimiento y a la ciudadanía”.
Cabe recordar, también, que el GAPE está integrado por la Anatel, los Ministerios de Educación y Comunicaciones, y las empresas ganadoras en la banda de 26 GHz, Algar Telecom, Claro , Telefónica (propietaria de las marcas Vivo y TIM), sumadas a otras como Neko que, tras obtener espectro, se arrepintieron.
Y, en ese marco, hace ya casi un año que esta entidad lanzó la primera convocatoria a operadores de telecomunicaciones para participar del primer proyecto piloto.
En ese afán por conectar, hace dos meses el EACE adelantó realizar pruebas de servicios satelitales para completar la llegada con conectividad a siete escuelas a las que no conseguía hacerlo de forma física.
