Chile continúa mostrando buenas cifras de conectividad en el país, inclusive en las zonas rurales. El 94,3 por ciento de los hogares cuentan con un acceso propio y pagado a Internet, mientras en las zonas rurales ese nivel ya cubre al 50,9 por ciento de la población.
Así lo informó la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), a cargo de Claudio Araya, que especificó, asimismo, que para lograr este nivel de penetración, uno de los más altos -si no el más alto- de América latina, la ciudadanía se vale de las diversas tecnologías de conectividad disponibles, tanto fijo como móvil, además de satelital.
Este es otro punto a observar con atención ya que la mayoría de los hogares tiene contratados servicios fijos y móviles para su conectividad, hecho que sucede en el 54,6 por ciento de los casos. Un 21,5 por ciento se apoya sólo en el acceso móvil y un 16,7 por ciento sólo en el fijo.
Estos datos mostraron también el crecimiento que experimentó la conectividad en Chile desde 2015 hasta 2023. En ese año, la penetración del acceso a Internet en sus diversas modalidades alcanzaba al 70,2 por ciento de la población. Pero el mix de tecnología fija y móvil no dominaba los hogares en aquel momento pues sólo un 17,7 por ciento se apoyaba en esas dos variantes. En ese año un 19,7 por ciento optaba por la tecnología móvil y un 31,1 por ciento por la fija, que era la dominante.
Desde entonces, el acceso fijo como tecnología prevalente fue decreciendo de manera paulatina hasta alcanzar la cifra informada ahora por el regulador. En paralelo, hubo un fuerte avance de la conectividad móvil como única forma de conectarse a Internet en el hogar entre 2016 y 2017, mientras crecía la combinación fijo-móvil. Ese dilema parece haberse resuelto de manera definitiva en 2023 dado el nivel alcanzado.
Lógicamente, la conectividad hogareña no remplaza la comunicación personal que supone que cada uno de los integrantes de esa familia tenga un dispositivo móvil. Para el 69,8 por ciento de los chilenos, contar con acceso a Internet en el hogar permite comunicarse con otras personas, para un 57 por ciento es posible tener más acceso a información, y para un 52 por ciento es posible contar con apoyo a la educación propia o de hijos, nietos o parientes. En otras palabras, la conectividad es el cimiento sobre el que se accede a otros derechos y servicios sociales.
Si bien no se ubicó entre los tres primeros principales motivos por los cuales tener Internet en el hogar, para un 44,8 por ciento contar con esta conectividad resulta fundamental para realizar trabajo o estudios desde casa. Nivel que se ubica por encima del entretenimiento vía streaming, del acceso a noticias, a gaming y otros tipos de juegos, al comercio electrónico y a la telemedicina.
Otro punto interesante es que esta valoración es bastante pareja en los distintos niveles socioeconómicos y también en los ámbitos urbano y rural en relación a los tres primeros puntos. Luego se advierten diferencias, en cuanto a la valoración para el trabajo remoto, pero en líneas generales la ciudadanía parece darle un lugar prioritario a la conectividad para su desarrollo ciudadano, profesional, laboral, educativo y social.
“Hoy la conectividad digital es un servicio básico, es una herramienta que habilita una serie de derechos como salud, educación y trabajo. Por lo tanto, es una muy buena noticia el aumento en la adopción de tecnologías de conectividad y además, que estas sean de alto estándar. Esta información es muy relevante para seguir impulsando y focalizando las diferentes medidas del Plan Brecha Digital Cero, desde donde estamos trabajando con iniciativas que nos permitan avanzar en la línea del desarrollo de habilidades digitales, para lograr una verdadera inclusión en la sociedad digital que ya se está consolidando en nuestro país y el mundo entero, y en la que entendemos nadie puede quedar fuera”, dijo el subsecretario.
El estudio, cuyo extracto puede verse aquí, también dio cuenta de la prevalencia de la brecha de género a la hora de hablar de conectividad y acceso puesto que el 95,1 por ciento de los hogares con hombres jefes de hogar tiene acceso a Internet, mientras que un 93,2 por ciento de los hogares con mujeres jefas de hogar tiene este tipo de acceso. Si bien la diferencia es pequeña y no se explica en el reporte las razones, el hecho de que las mujeres todavía perciben, en general, ingresos menores que los hombres puede explicar parte de la situación. No obstante, la cifra es alentadora.
Finalmente, la reducción de la brecha de conectividad es igualmente destacable. Mientras en 2015 un 29,8 por ciento de la población no tenía acceso a Internet, ocho años más tarde ese nivel se redujo a poco más de un cinco por ciento. La cifra ubica a Chile no sólo entre los lugares más altos de la región, sino bien posiconada inclusive entre los países desarrollados.
