La banda de 6Ghz es un territorio en disputa, también en Europa

El sector telco hizo su planteo de geopolítica y de perspectiva de negocio en la previa a que la Comisión Europea publicara las primeras conclusiones de su consulta pública

La banda de 6 GHz es un territorio en disputa a nivel global y ofrece un debate complejo porque, ante la necesidad de asignar y utilizar sus recursos, se enfrentan los argumentos y las peticiones de diversos: de los operadores móviles, del ecosistema inalámbrico y de los reguladores que deben encontrar el punto de equilibrio. En una reciente misiva corporativa de la GSMA, los operadores europeos solicitaron la totalidad de la banda superior de esa porción de espectro, para añadirla a su porción ya disponible.

¿Qué dice la carta?

En su primer párrafo, la misiva de los operadores europeos de telecomunicaciones dice que “mantienen su compromiso de desarrollar e invertir para el futuro, ofreciendo la conectividad que apoya a los usuarios móviles, los objetivos económicos, la productividad y el empleo de Europa” y advierte que “las decisiones y el enfoque estratégico que Europa adopte actualmente sobre la banda superior de 6 GHz tendrán implicaciones profundas y duraderas en la capacidad del sector de las telecomunicaciones europeo para hacer posible ese futuro”.

Sucede que en 2024 la Comisión Europea (CE) desarrolló una consulta pública, a través del Grupo de Política del Espectro Radioeléctrico (RPSG) en torno al futuro de la banda superior de 6 GHz. Si bien las devoluciones están disponibles aquí, las definiciones se conocerían en las próximas semanas.

Imagen creada con ChatGPT

Y continúa: “Con la creciente demanda de la capacidad de espectro actual y con la inminente llegada de servicios futuros como el 6G es fundamental que la totalidad de la banda superior de 6 GHz (6,425-7,125 GHz) esté disponible para las redes móviles”.

La carta que firman actores como Vodafone, Deutsche Telekom, Orange y Telefónica, entre otros, advierte también sobre el impacto económico, recuerda que la expectativa es que la telefonía móvil contribuirá con el 8,4 por ciento del PBI global para fin de la década, y subraya las consecuencias negativas que podría significar la posible saturación de la banda.

 “Se espera que la banda de 6 GHz desempeñe un papel importante en el despliegue de los servicios 6G de próxima generación en Europa. La totalidad de la banda superior de 6 GHz sería necesaria incluso para las primeras implementaciones de 6G en Europa” dice. Reconoce que “nos sigue preocupando que las partes interesadas estadounidenses sigan buscando acceso a la banda superior de 6 GHz para WiFi, a pesar de la reciente disponibilidad de un nuevo bloque de 480 MHz, aunque ampliamente desocupado, en la banda inferior de 6 GHz, expresamente reservado para este fin. Los operadores de telecomunicaciones son los principales proveedores de servicios WiFi a consumidores y empresas europeas, y no percibimos ningún déficit de espectro WiFi actual ni futuro”.

Y agrega que “si se retrasa la decisión de poner la banda superior de 6 GHz a disposición de los operadores móviles europeos, mientras que los intereses tecnológicos estadounidenses pueden asegurar más capacidad de 6 GHz, la competitividad de Europa se vería amenazada. Esto frenaría la futura economía”.

En otro pasaje de la carta -que está disponible aquí– se recuerda que el crecimiento del tráfico es exponencial año contra año y que proyectan la saturación de las  redes móviles urbanas hacia 2030. Plantea, por ello, la existencia de “dos posibilidades”: encontrar nuevo espectro para móviles en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones de 2027 (CMR-27), por ejemplo, en la banda de 7-8 GHz, o utilizar la banda superior de 6 GHz para el lanzamiento del 6G en Europa.

Un poco de contexto  

El argumento de los operadores de telecomunicaciones está sentado sobre las bases de los requerimientos futuros y en la posibilidad real que tienen de atender el desarrollo de capacidad que involucra el paso de 5G a 6G, y advierten que, de no otorgarlo, el continente podría verse retrasado frente al posicionamiento de otros territorios, como es el caso de China o Estados Unidos. Aquí, el planteo pasa por el posicionamiento competitivo del continente a futuro y en torno a los planes de transformación digital, y la geoestrategia.

El posicionamiento internacional en la carrera por la innovación y el desarrollo es una preocupación para Europa, en el que se abrevan los esfuerzos, por ejemplo, del Programa Europa Digital (DIGITAL) para 2025-2027 con inversiones por 1.300 millones de euros, sumados a las apuestas en materia de desarrollo satelital, de ciberseguridad, de nube y de semiconductores, por citar algunas que giran en torno a la noción de adquirir soberanía tecnológica en tiempos en que se reordena el mapa de liderazgo global.

Además, este reclamo se conoce a dos semanas de otro intercambio espitolar, enviado por los ISPs a partir de la consolidación del sector donde Telefónica había solictado a los gobiernos aprobar esos procesos; y casi en simultáneo a que la Wireless Broadband Alliance (WBA), en colaboración con AT&T, CommScope (Ruckus) e Intel, confirmaran los buenos resultados dados por WiFi 7. En este último caso, contraparte de los interesados por el uso total de la banda tanto para el uso residencial como el de redes privadas.

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La CE y los reguladores de cada país debaten sobre cuál es el punto de equilibrio en este debate, que posibilite el desarrollo que ambas industrias plantean, siempre en torno a garantizar la mejor conectividad. En ese sentido, ya se armonizó el uso de la banda inferior de 6 GHz para sistemas de acceso inalámbrico, incluyendo redes WiFi, y todas las presiones recaen sobre la postestad de uso de esa banda superior.

Todos quieren su parte de la banda superior. Para los operadores de telecomunicaciones, acceder a ella garantiza, o no, el éxito de 6G y su rendimiento; para la industria inalámbrica, la posibilidad, o no, de soportar aplicaciones. ¿Es posible un punto medio? Quizá. Hay muchas pruebas que evalúan la factibilidad de la coexistencia, aunque hay escepticismo sobre la viabilidad del uso compartido real.

El debate sobre la banda de 6 GHz en Europa es una pugna entre la necesidad de espectro para el desarrollo del 6G y la creciente demanda de capacidad para las redes WiFi, con la Comisión Europea buscando una solución que equilibre estos intereses y promueva la competitividad y la innovación en la región.

Hace tres meses, por ejemplo, el regulador del Reino Unido publicó una consulta pública con una propuesta  de “compartición híbrida”, una estrategia que presenta como mecanismo para optimizar el uso del espectro a la par que impulsar la economía digital local. La idea involucra que la parte superior de la banda se comparta entre los proveedores de servicios móviles y los inalámbricos, en dos fases.

El correlato internacional 

En América latina y El Caribe, la tendencia está dada por la habilitación de esta banda para uso no licenciado, sobre todo a partir de las necesidades de achicamiento de brecha digital existentes. Inclusive, organismos como la Citel y la Wirelles Broadband Alliance coinciden en que es posible, y hasta recomendable, pensar en la complementariedad, pero el debate sobre la compartición del recurso con fines móviles cobró fuerza en los últimos meses.

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En Brasil, por ejemplo, toda la banda está destinada al uso libre aunque el debate no terminó con esa definición y el regulador optó por llevarlo a una instancia de consulta pública. Esa idea de no licenciarla se plasmó también en Perú, en Costa Rica, en Venezuela, y todo indica que sucederá lo mismo en Colombia. En Chile, por su parte, se había adoptado una postura favorable similar pero luego se revirtió de forma parcial y se compartió el recurso; situación idéntica a la que ocurrió en México.

En otras partes del mundo, como es el caso de Australia, también se está trabajando en abordajes integrales en los que se plantea, inclusive, la incorporación a un tercer actor: el satelital de órbita baja.

De momento, el tema está en pleno debate y en la agenda de la próxima CMR que se hará en 2027.

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Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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