El primer anuncio de la puesta en marcha del proceso para entregar 90 MHz de espectro para servicios móviles en AWS golpeo la puerta de los operadores de Guatemala a inicios de 2016. Sin embargo todavía permanece como un objetivo pendiente y las autoridades confirmaron que seguirá en ese estado al menos hasta 2020, ya bajo otra administración.
Aventurar los motivos que promovieron un nuevo cambio en el cronograma no tendría demasiado sentido. Los encargados de anunciar que la subasta prevista para mediados de 2019 se demorará seis meses o más hablan solo de “dejar limpia la mesa” para quien asuma el cargo de presidente en enero próximo, luego de las elecciones que tendrán lugar en junio y agosto, en caso de balotaje.
En cambios anteriores se deslizaron problemas típicos de agenda, dijeron que restaba dejar listos algunos papeles y hasta hubo una disputa entre la Empresa Guatemalteca de Telecomunicaciones (Guatel) con la Superintendencia de Telecomunicaciones (SIT) por quién debía hacerse cargo del proceso. Todavía no está claro si se arregló ese asunto o también quedará en la lista de casilleros a llenar en los próximos meses.
“Estamos realizando lo que corresponde de nuestra parte pero sí hay ciertos procesos legales que se quedaron”, se limitó a decir el viceministro de Comunicaciones local, Cristian Aguilar, en diálogo con Prensa Libre. Se lamentó por no haber podido ejecutar el proceso durante su administración y, de paso, le recomendó a las futuras autoridades actualizar la Ley General de Telecomunicaciones, que data de 1996.
El espectro radioeléctrico es un activo fundamental para la industria y la demora en su entrega a operadores es un mal que por ahora no ha tenido remedio en la región. El caso de Guatemala es uno de los más graves de Latinoamérica, pues el país solo entregó el 14 por ciento del espectro recomendado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
El país asignó un total de 186 MHz de espectro para servicios móviles de los cuales 60 MHz en la banda de 850 MHz y 1900 MHz son utilizados para 4G. En porcentaje, corresponde a esa tecnología el 32 por ciento del total local adjudicado frente al 48 por ciento de promedio en Latinoamérica o el 37 por ciento en el bloque centroamericano. Guatemala está encima de El Salvador, por ejemplo, que ya tiene todo listo para adjudicar 140 MHz este año.
Las previsiones del mercado guatemalteco eran malas incluso antes de conocerse el nuevo atraso. Global Data estimó que el país terminaría 2018 con apenas 1,7 millones de líneas LTE o menos del 10 por ciento del total. En cinco años, en tanto, habrá 5,6 millones o apenas el 26 por ciento de las suscripciones móviles esperadas para entonces. Es justo señalar a su favor que la baja penetración 4G es una deficiencia que comparte con pares de Centroamérica.
5G Americas alertó sobre las dificultades del país en un reporte presentado por su director regional, José Otero. “Las cifras y proyecciones muestran una importante brecha entre la demanda y la oferta de servicios en el país. Mientras el 73 por ciento de los usuarios tiene un smartphone, menos del 10 por ciento cuenta con una conexión móvil de alta velocidad”, indicó el ejecutivo.
En momentos en el que la región apunta a 5G, con planes para reorganizar el espectro o licitación de activos para el despliegue de esa tecnología, Guatemala anuncia un cambio que es sinónimo de retraso. Para más tarde quedará la discusión sobre la banda de 700 MHz, que se pondría a disposición una vez que termine la subasta de AWS. Esperan resoluciones más de 20 millones de usuarios y los operadores Tigo, Claro, que recientemente se quedó con la operación local de Telefónica, e Intelfon (iDEN).
