La distribuidora de energía paranaense Copel aprobó la desinversión definitiva de su brazo de telecomunicaciones, en el paso previo a proceder oficialmente a la venta del segmento. La operación había sido anunciada hace más de un año pero se demoró por cuestiones judiciales ahora resueltas. La intención confirma las dificultades de las estatales para sobrevivir al sector. Todavía no hay fecha ni monto, tampoco interesados a la vista.
La confirmación fue pública porque se envió un comunicado a la Comisión de Valores Mobiliarios en el que la empresa confirma la intención de desprenderse del 100 por ciento de su subsidiaria. “Ya concluyo los estudios y estos fueron validados por asesores independientes”, agregó en diálogo con el portal Teletime. El proceso quedó abierto luego de que la empresa autorizó el proyecto de privatización de Sercomtel, en el que tiene participación.
La empresa había confirmado intenciones de vender en abril de 2019. La operación fue recurrida por el Sindicato de Ingenieros del Estado de Paraná pero el Tribunal Superior de Justicia dejó sin efecto la denuncia en enero de este año. El movimiento se suma a otros que confirman la tendencia a la consolidación en Brasil: fue vendida Cemig Telecom y Nextel quedó en manos de Claro. En las últimas horas, además, Vivo, Claro y TIM confirmaron oferta conjunta para quedarse con la pata móvil de Oi.
Copel Telecom tiene fuerte presencia en Paraná pero su situación financiera ha empeorado: en el primer trimestre tubo ingresos operativos por 97,5 millones de reales (18 millones de dólares), cifra 15 por ciento inferior a la registrada un año atrás. Su operación arrojó pérdida por 3,2 millones de reales (593.700 dólares). Solo en Paraná, la compañía cuenta con 260.200 abonados a banda ancha fija, 11 por ciento de la participación en ese mercado específico.