Spin off sí, malvender no: las razones por las que Telefónica seguirá apostando por América Latina

27 de noviembre de 2019. Telefónica anuncia una reorganización de su estructura global y un spin off para las filiales de América Latina a las que llamará, a partir de entonces, Hispam. La decisión apuntaba a sacarse de encima a un conjunto de países que generaba muchos dolores de cabeza y poco aporte en pos de ayudar a reducir su rojo. A menos de dos años de ese anuncio, las cosas cambiaron. Esta vez, sin anuncio. La compañía desistió de desprenderse de Hispam. Y es lógico: nadie que haya invertido tanto en una operación la malvende así porque sí. Mucho menos a 40 dólares por cliente. Desovillemos esta historia.

Cuando Telefónica anunció el spin off, con excepción de Brasil, no tenía comprador para las filiales de América Latina. Por eso insistió desde ese momento en que la región no estaba a la venta sino que, ahora, iba a conducirse con sus propios tiempos y otra independencia, más ligados a potenciales alianzas y acuerdos. La decisión del spin off fue como tirar una botella al mar a ver si aparecía algún candidato que llegara con una buena propuesta hasta los escritorios de Madrid.

Parte de esa ideas las logró. Desde entonces, y a lo largo de la pandemia, la compañía pudo continuar con el proceso previo de desinversión en las operaciones de América Central, con excepción de El Salvador. A pesar de que se había llegado a un acuerdo entre Telefónica y América Móvil, la Superintendencia de Competencia de ese país les dijo “no”.

En el mientras tanto, la compañía inició la etapa de los acuerdos. En ese mismo noviembre de 2019 la subsidiaria mexicana estampó su acuerdo con AT&T para utilizar su infraestructura, situación que comenzó a concretarse en enero de 2021.

En 2020 comenzaría a tejer diversos convenios de gestión de infraestructura, algunos de los cuales se patentizaron en este año. Cerró un acuerdo con KKR en Chile para la gestión de infraestructura, que luego replicaría con la misma compañía en Colombia. En el país del vallenato se quedó, además, con la operación de banda ancha de DirecTV. Previo a ello, ya había encarado el proyecto Internet para Todos en Perú, junto a Facebook, el BID y la CAF. Y hace unas semanas se conoció el primer acuerdo de compartición de infraestructura global en Argentina, junto con Sion y un grupo de cableoperadores. En Brasil también avanzó en un acuerdo de las mismas características con CDPQ para FiBrasil, pero este país no forma parte de Hispam.

Tal como se mencionó en este artículo de TeleSemana.com, la compañía fue tomando las decisiones que mejor evaluó para cada subsidiaria. Hasta que en el último mes y medio hubo dos noticias que no pueden pasarse por alto.

Por un lado, la valuación de Telefónica Hispanoamérica, que se ubicó en los 3.884 millones de euros, o unos 4.500 millones de dólares a finales de 2020, según lo expresado por la misma empresa en un artículo publicado por Cinco Días. Esa cifra equivale a un tercio de los 12.000 millones de euros, o unos 14.000 millones de dólares, de la valuación que diversos analistas le habían adjudicado a la operadora regional a finales de 2019.

Por el otro, en el balance correspondiente al segundo trimestre de 2021, además de alcanzar ganancias extraordinarias en la operación global y de haber reducido su rojo hasta los 37.000 millones de euros, Hispam le regaló la buena noticia de haber mostrado números positivos y quebrar una racha de 15 trimestres negativos. América Latina, sin Brasil, todavía le aporta el 19 por ciento de sus ingresos, aún cuando pierde plata en México, Venezuela y, por momentos, en la Argentina, tal como sucede en la actualidad; y cuando las ventas en Colombia son muy buenas pero quedan reducidas a rentabilidades mínimas por el esquema de beneficios existentes en ese país. Las buenas noticias de la región sólo son provistas por Chile, y por las subsidiarias de Uruguay, Ecuador y El Salvador, aunque son operaciones pequeñas; y según cómo venga la cuestión política, por Perú.

Si Hispam volvió a la senda de los números halagüeños luego de tantas reorganizaciones internas y externas, si la valuación se ajustó hacia abajo, si los distintos países motivan tantos brindis como malos tragos pero mal que mal se compensan, ¿por qué malvender? ¿por qué regalarla después de tres décadas de esfuerzo? Mejor seguir poniéndola a punto, justamente, para que incremente su valor, por si aparece algún interesado por allí.

Vender Hispam a razón de 41 dólares por cliente no parece buen negocio para Telefónica. El cálculo periodístico surge de dividir la valuación de finales de 2020 sobre los 109 millones de clientes informados en el balance correspondiente al segundo trimestre de 2021. Si el argentino Grupo Werthein pagó 500 millones de dólares por los 10 millones de clientes de DirecTV en la región, es decir, unos 10 dólares más por cliente, y está claro en el mercado que compró muy barato, ¿por qué Telefónica habría de vender por un monto menor cuando la operación no sólo es más grande sino también más sofisticada?

Las expectativas son de mejora de la facturación en la región, tal como publicó el medio on line Hispanidad, que también señaló algo que ya se estaba viendo en algunas operaciones de la región: la operadora no malvenderá pero tampoco le insuflará inversiones como en otros tiempos. Se mantendrá con el flujo de caja de cada una de ellas. Donde le vaya mejor, habrá nuevos despliegues y más ofertas de servicios. En donde le vaya peor, habrá que contentarse con el mantenimiento más que con otra cosa.

En subsidiarias como la de Argentina, por ejemplo, cada fin de año se celebraba con un brindis y un anuncio de inversión para el año siguiente. Eso dejó de suceder luego de la licitación de 4G realizada en 2014. La historia se repite de otros modos en otros países, tal como sucedió en México con la devolución de espectro, o la venta de 10 MHz de la frecuencia de 1.900 a Claro en Chile.

En tiempos donde la infraestructura vale, donde los clientes valen, donde el esfuerzo acumulado de años vale, vender mal puede ser más costoso que cambiar de planes y aplicar otras ideas. Y vale reiterar que el spin off incluía la venta de la división como una posibilidad entre otras, no como una decisión tomada y acabada.

Si apareciera un interesado por Hispam con una buena oferta ¿Telefónica se resistirá ante este nuevo contexto? La tentación de la respuesta es a asegurar que no. Como tampoco se resistiría si surgiera una propuesta pertinente para cualquier otra de las divisiones de la operadora. Pero, esto también, es pura especulación periodística. Estamos en un mundo en donde todo queda en manos del mejor postor, aunque a veces sea el tentado el que tiene la decisión final de ampliar la mirada hacia distintos escenarios, recalcular y poner el timón hacia otra dirección.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

2 Comentarios

  1. Telefonica y otros operadores de Telecomunicaciones y de contenido multimedia, se han encontrado con un crecimiento no previsto por la pandemia, se incorporó en LATAM el servicio de Telecomunicación en la ecuación de servicios indispensables en lo hogares o domicilios de los usuarios, esto ha ayudado, pero en el caso de Telefónica los analistas financieros siguen sin tener la sensibilidad del usuario final, no todo es precio o rentabilidad, la componente de mantener los servicios en buenas condiciones hará que los clientes continúen, sino la deserción será grande.

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