Los desafíos que plantea la conectividad de cara a la famosa transformación digital

¿Desde cuándo venimos escuchando sobre transformación digital? Desde hace años, tantos que resulta difícil si fue a principios de la década pasada o antes que ello. ¿O después? El concepto explotó en pandemia por la necesidad de recurrir a la digitalización para continuar activos más allá de las restricciones sanitarias. Hubo avances en distintos frentes. No obstante, todavía queda mucho trabajo por hacer. Mucho más si se tiene en cuenta que en 2025 la adopción de 4G en la región estará cercana al 70 por ciento mientras 5G representará un siete por ciento. Los cambios habilitarán nuevos negocios para las operadoras pero, para ello, también habrá que prepararse, y en un mundo donde todo es smart, también habrá que hacerlo de manera inteligente.

Los datos de la GSMA nos recuerdan al mismo tiempo que para ese momento llegue faltan tres años, de tal modo que se torna urgente llevarle conectividad al 40 por ciento de la población que aún no la posee e impulsar nuevas políticas de transformación en las empresas y en las economías de América latina, porque si no el retraso frente a las naciones más desarrolladas será cada vez más amplio.

Datos que vienen de Colombia son los que marcan también esta urgencia. Un estudio realizado por el Observatorio de Economía Digital de ese país mostró que “el 11,7 por ciento de las empresas cuentan con un plan digital, 23,1 por ciento están pensando en implementarlo y tan solo el 15,3 por ciento están midiendo los impactos de esta estrategia en sus compañías”. La mención de este informe fue tomado por Padtec que desarrolló un abordaje sobre la necesidad de avanzar de manera más decidida sobre procesos de transformación digital de un modo “inteligentemente conectado”.

Lo que sucede en Colombia bien podría aplicar a cualquier otro país de América latina, con un dato adicional que vale tener en cuenta: en el último Índice de Innovación Global de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, el país del vallenato ocupó el lugar 67, sobre un total de 129 evaluados, y en una posición similar a la alcanzada por varios estados de la región. Es decir, América latina necesita recurrir a la inteligencia ya.

Hernán Yepes, gerente regional de Padtec para América latina y el Caribe analizó las políticas colombianas en materia de telecomunicaciones, y aseguró que, en función de ellas, la competitividad digital de Colombia se explica desde tres perspectivas: la redistribución del contenido, la implementación de datos en áreas metropolitanas, y nuevas oportunidades para los proveedores de Internet. Esto implica un nuevo abordaje en y desde las telecomunicaciones y no sólo en este país, en toda la región. Si la transformación digital está apalancada en la conectividad, evidentemente los actores de esta industria también deben ser parte de ese proceso.

Las compañías digitales se han transformado en los últimos años en jugadoras de peso en este terreno. De niñas malas que se aprovechaban de las inversiones en infraestructura que realizaban las grandes empresas de telecomunicaciones, pasaron a convertirse en protagonistas de los despliegues de infraestructura, a veces de la mano de aquellas compañías que las combatían.

Google, Facebook, Amazon, Microsoft vienen invirtiendo, asociadas entre sí o con operadoras, cifras millonarias en cables submarinos y en redes troncales. Marea, Malbec, Tannat, Apricot, son los nombres de los despliegues que unen a distintos continentes entre sí, lo que habilita una mejor gestión de los contenidos que se consumen en las redes.

También son estas compañías las que innovan con nuevas propuestas para desplegar redes, tal el caso de Bombyx, el robot que se trepa a los cables de la electricidad y los rodea con una fibra óptica delgada y resistente para llevar conectividad de calidad a los lugares alejados. Inteligencia aplicada.

La disponibilidad de mayor ancho de banda habilita, a su vez, la posibilidad de contar con más centros de datos desde los que se brinda servicios cloud, ese mundo en el que las operadoras de telecomunicaciones se vienen “rindiendo” a manos de las tres grandes prestadoras de este servicio, para también transformarse y ofrecer servicios flexibles y cada vez más especializados a sus clientes.

Y aquí es donde se advierte el movimiento de AT&T hacia el cloud de Microsoft, Dish haciendo lo propio con Amazon Web Services (AWS) para su red 5G, paso que también encara Telefónica con IBM para crear su primera plataforma de red central 5G nativa en la nube, y así tantos otros casos que se conocen con más frecuencia a medida que avanzan los despliegues de redes, sea en lo que queda de 4G por hacer, sea en los de quinta generación.

Esta transición es posterior a la que ya venían haciendo, por caso, los proveedores de contenido en streaming, como Netflix y Youtube, que comenzaron a ubicar sus Redes de Distribución de Contenidos (CDN, por su sigla en inglés) en los data centers de los proveedores de Internet regionales para estar más cerca de los usuarios y mejorar la calidad de esos servicios.

En la mirada de Yepes, esta situación exige mayores requerimientos de conectividad y latencia tanto para redes metropolitanas o de interconexión de centros de datos.

Los esfuerzos que están llevando adelante los gobiernos para expandir la conectividad, además de las acciones impulsadas por el sector privado harán que crezca el acceso a Internet en la región. De hecho, el reporte de conectividad de Cisco, señala que América latina pasará de un 60 por ciento de su población conectada a un 70 por ciento en 2023, lo que llevará a incrementar en un 50 por ciento la cantidad de dispositivos, también conectados, que pasarán de 1.400 millones en 2018 a 2.100 millones en este período, con el consiguiente incremento de velocidad que exigirá el mayor consumo. Para ese momento, se prevé que el promedio de velocidad de la banda ancha fija ronde los 59,3 mbps.

El tráfico de video, cuyo crecimiento fue exponencial durante la pandemia, y continúa en aumento en 2021 aún cuando se han superado en gran medida las restricciones del año anterior, continuará siendo el factor de peso. O, en otras palabras, el tráfico de video seguirá llevándose la mayor parte del consumo, no sólo por el entretenimiento, sino por la variedad de actividades que ya pueden desarrollarse de manera virtual, con uso de streaming, como las reuniones de trabajo remotas. El entretenimiento, además, se verá cada vez más impactado por el gaming y por las nuevas modalidades de abordaje de las marcas y empresas a los consumidores a través de mundos virtuales y el llamado metaverso.

A los tendidos de infraestructura, entonces, deberán sumarse los centros de datos. Desde Padtec propusieron la idea del Data Center Interconnection, una arquitectura que conecta dos o más centros de datos en entornos metropolitanos y larga distancia, que “está siendo implementada por las empresas que prestan servicios de conectividad a Internet para conseguir comunicar sus centros de datos a nivel nacional con la mínima cantidad de equipos intermedios, de esta forma, se reducen los costos operacionales por consumo eléctrico y se optimiza la latencia”, aseguró la firma. Aquí también habrá que aplicar inteligencia.

Yepes explicó que la construcción de nuevos centros de datos en América latina demandará “cumplir unos estándares de calidad definidos por la norma ANSI (TIA)-492-A, respecto a disponibilidad, arquitecturas de red, seguridad, diseño y eficiencia eléctrica a través del Dense Wavelength Division Multiplexing (DWDM, por su sigla en inglés)”.

Esta es también una tendencia que las mismas empresas de contenidos impulsarán, lo que se traducirá en un nuevo modelo de operación y de transportar la información en la región y en el mundo.

De ahí que la mayor conectividad, porque más personas cuentan con acceso a Internet, porque hay mejoras en la infraestructura existente y redes con más capacidad y velocidad, abrirán también nuevas oportunidades de negocios a los proveedores de Internet, que tendrán que contar con tecnologías que les permitan gestionar esos aumentos. Que las mismas compañías de telecomunicaciones avancen en su proceso de transformación digital y apoyen parte de su operatoria en la nube exigirá esa mayor capacidad de Internet.

Acá es donde aparece la oportunidad para los pequeños proveedores de Internet que tienen la chance de ir hacia las zonas desatendidas para brindar sus productos y servicios. En pandemia, estos prestadores demostraron tener capacidad para atender a sus áreas de influencia, sin olvidar que hay países en donde son los principales proveedores de Internet, como sucede en Brasil, o cubren al 30 por ciento de la población, tal como ocurre en la Argentina. La tecnología DWDM es una de las usadas en el gigante sudamericano dada la gran cantidad de usuarios ubicados en poblaciones alejadas de los centros urbanos, que obliga a cubrir distancias geográficas considerables.

No obstante, aún cuando la distancia geográfica no sea un problema, esta tecnología, como otras, sí viene a colaborar también en la creciente capacidad de las redes que son, en definitiva, las que le darán el soporte necesario a los proveedores de Internet para brindarles a sus usuarios calidad de servicio. Y que lo hará de la mano de una profunda transformación digital de los distintos jugadores de la industria. E inteligencia, porque el mundo es smart.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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