IA: Un informe invita a reflexionar sobre si el futuro ya no es una cuestión de tiempo sino de lugar

Una canción muy popular en la Argentina y en la región dice que “el futuro llegó, hace rato”; y esa idea, que baja las expectativas de lo fortuito del destino y pone el acento en los mecanismos necesarios para construirlo, trasunta en el trabajo titulado Inteligencia Artificial en Latinoamérica, y publicado por la fundación política alemana Konrad-Adenauer-Stiftung. En el medio, 5G y la siempre presente necesidad de desplegar infraestructuras.

Y lo hace, entre otras cosas, para advertir que Inteligencia Artificial (IA) enfrenta un momento bisagra y busca responder preguntas centrales como ¿cuál es la situación regional? ¿Cuáles son los principales desafíos para su implementación? ¿Cuáles son los elementos habilitantes? ¿Cómo identificar las oportunidades de desarrollo?

“La idea esencial de esta publicación ha sido visualizar el estado actual de los diversos esfuerzos impresos en esta área de la tecnología, que transversalmente tiene cada vez mayor incidencia en temas productivos y de consumo, así como en las oportunidades de desarrollo social y todo un nuevo modelo de convivencia humana y empresarial”.

A lo largo de sus más de 100 páginas, este trabajo repasa tecnologías, conceptos, políticas y búsquedas en torno a cuestiones como su uso, adopción ética y responsable, de cara a utilizarlo como herramienta para achicar las brechas. “La IA en convergencia con la tecnología 5G, la computación en la nube y la ciberseguridad forman parte de la revolución 4.0 y actualmente ha evolucionado en la resolución de problemas complejos en la humanidad”, dice el reporte y señala ámbitos en los que la IA ya forma parte de una toma de decisión basada en datos, como en la gestión medioambiental, la agricultura, la salud, la comunicación, marketing y publicidad, los sistemas de justicia, la industria en general, la educación y el entretenimiento, entre otras.

Inclusive, cita al informe The Global AI Index, Tortoise Media, quien en 2021 publicó el listado de los primeros 10 países reunidos por el índice global de IA: Estados Unidos, China, Reino Unido, Canadá, Corea del Sur, Israel, Alemania, Países Bajos, República de Singapur, y Francia.

Pero, ¿y en América latina qué hace falta para que la región dé el salto a la economía de la IA?

“Una comprensión global sobre cómo los datos, la capacidad para colaborar y crear una cultura de trabajo en equipo, y la infraestructura tecnológica tienen el potencial de cambiar nuestro rumbo económico” dice el trabajo y filosofa, “la idea de que el futuro no es una cuestión de tiempo sino de lugar aplica hoy más que nunca para América Latina y el Caribe. Estamos en un momento histórico para hacer de esta región una más próspera y conectada globalmente usando IA para aumentar la creatividad e inteligencia humana”.

Y, para poner en contexto, este trabajo también recuerda que de los 36 países que conforman la región de América latina y Caribe, sólo la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Trinidad y Tobago, y Uruguay mostraron un mayor avance respecto a la utilización de la IA y los datos. Es más: sólo Uruguay, Colombia, Brasil y Chile crearon políticas públicas específicas, mientras que en Argentina, México y Perú las están formulando y, en los demás territorios se avanza en iniciativas más tímidas. Un aspecto muy interesante de este trabajo es el repaso que hace de las agendas digitales de la región, en las que recala en las abordadas en buena parte de los países ya mencionados.

“El uso de IA brinda el potencial de aumentar considerablemente el crecimiento económico, por ejemplo; se prevé que el mercado de software de IA en América latina genere unos ingresos de 1.340 millones de dólares en 2021” dice y recuerda que su implementación también puede acarrear efectos negativos y riesgos éticos (como desinformación, sesgos, discriminación de grupos o de individuos, vulneraciones a la privacidad y seguridad o al uso indebido de los datos recolectados), y esto impulsa la necesidad de abordar la cuestión desde un aspecto ético.

“Hay un falso debate sobre la educación para aprovechar la IA” arriesga y agrega que “la IA necesita alta capacidad científica para ser desarrollada y hay escasez de talento en este campo. Sin embargo, las empresas de tecnología han acondicionado y abaratado el acceso a plataformas que ya hacen la tarea de un equipo de científicos de IA”.

Y, como es de esperarse, el trabajo señala la necesidad de formar, de educar en la materia. Pero al abordar la cuestión educativa, la realidad resulta abrumadora porque uno de cada cinco jóvenes, de entre 15 y 24 años no estudia ni trabaja en la región; una situación en la que se encuentran alrededor de 19 millones de personas. Si a ello se suma la brecha digital, el escenario se complejiza: un 32 por ciento de la población de América latina y Caribe, o 244 millones de personas, no accede a servicios de Internet.

Y, si el foco se pone en el lugar donde se vive, también se profundizan las desigualdades: un 71 por ciento de la población urbana cuenta con opciones de conectividad, frente a menos del 37 por ciento que posee ese acceso en la ruralidad. Con todo, en la región hay 77 millones de ciudadanos sin conectividad de buena calidad.

“El camino hacia el desarrollo exitoso de la IA comienza, como mínimo, con un acceso a Internet que permita a la población obtener los conocimientos básicos” señala y reconoce que algunos países de América Latina ya están en esta etapa inicial, aunque el acceso a Internet aún no llega a toda la población; e insta a los países a avanzar con el despliegue de sus infraestructuras digitales, hoy rezagadas.

“El estado de la IA en América Latina indica que, a medida que la revolución de esta tecnología despega en la región, los gobiernos y empresas se ven impulsados a adoptarla” dice, y concluye que “es vital para reducir las desigualdades sociales, además, aumentará la probabilidad de que la investigación básica florezca en toda Latinoamérica. Si las instituciones aprovechan esta oportunidad ahora, no solo podrán aplicar la tecnología para desarrollar adecuadamente la economía de la región, sino también participar eficazmente en la creación de nuevos campos científicos y tecnologías que darán forma al futuro de la humanidad”.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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