Mientras Colombia avanza hacia su licitación 5G, cuya subasta quedó confirmada para el próximo 20 de diciembre, la compañía dio a conocer las estrategias en que está involucrada en este momento, que incluyen inversiones en cable submarino, brindar cobertura 4G a los no conectados, y reducir las emisiones de carbono. Son acciones que forman parte de las inversiones anuales de la compañía, en torno a los 800 millones de dólares, que en la visión de la empresa suponen un enorme esfuerzo dada la fuerte competencia que existe en el sector en ese país.
La compañía pondrá en marcha la estrategia para reducir su huella energética en sus más de 9.000 estaciones base distribuidas en Colombia, que necesitan energía de manera permanente para brindar los servicios. “Eso implica una logística enorme, hay que estar llevándole combustible para que presten el servicio. Y esto supone tres iniciativas: nuestro compromiso de reducir 52 por ciento las emisiones de carbono de Claro Colombia para el 2030. Esto requiere inversión, trabajo, compromiso, que la gente tenga la conciencia para hacer esto”, dijo en conferencia de prensa Juan Carlos Archilla, presidente de América Móvil Colombia. El ejecutivo viene liderando desde hace más de dos meses, diversos encuentros con la prensa en la que da a conocer la postura de la operadora frente a los distintos temas del sector, desde la licitación 5G a la competencia hasta la cuestión de la sustentabilidad energética, como ocurrió en esta oportunidad.
Mencionó, en ese sentido, la necesidad de profundizar en las tareas de recuperación de los equipos tecnológicos. Hoy forman parte de esa iniciativa 1,5 millones de equipos, sobre un total de más de 8,5 millones que se reacondicionan en el país. Y consideró que una manera de ampliar ese proyecto es a través de la expansión de la conectividad y de la educación. Destacó, por esa razón, la puesta en marcha del proyecto Escuelas conectadas mediante el que se dio Internet gratuita a 168 escuelas públicas, además de salas de tecnología para que la gente aprenda a usar las herramientas digitales.
Planteó la necesidad de “cómo entre gobierno y empresa nos comprometemos en forma creativa para conectar a los no conectados, al 30 por ciento que está desconectado de la información, de las oportunidades y que tenemos que involucrarlos en la modernidad”, dijo Archilla, quien insistió que se trata de una responsabilidad que deben compartir empresas y gobierno junto con la ciudadanía.
Por esa razón, consideró que el rol que deben tomar los gobiernos en esta industria no es entregarle dinero a las operadoras “pero sí obligarte a que conectes a los no conectados”. La cuestión de las obligaciones es un tema presente en la agenda del sector y que en la actualidad genera intensos debates entre los distintos actores. Obligaciones de hacer que, en el caso de Colombia, forman parte del pliego de licitación 5G.
Si la quinta generación móvil exige mayor cantidad de antenas porque, por las bandas en que opera, exige mayor despliegue de equipos, ¿será posible caminar hacia esa reducción de emisiones? Archilla aseguró que sí. La tecnología “5G va a contribuir a reducir las emisiones porque es muchísimo más eficiente en el consumo de energía. Sería irresponsable decir que vamos a invertir tanta plata para llegar a esa meta pero habrán acciones que tomemos, como desplegar 5G”, subrayó.
Y lo aseguró aún en un contexto donde Claro Colombia volvió a poner sobre la mesa las dificultades existentes en el mercado para mantener una operación sustentable en términos financieros. Hay una “guerra de precios tremendas, inflación, y eso termina con la empresa con menos capacidad de inversión”, aunque aclaró que la empresa está comprometida en torno a lo que supondrá la subasta de espectro 5G y los posteriores despliegues, es decir, a las exigencias que se desprendan en materia de inversiones.
El último balance de Claro Colombia mostró una reducción de 15,6 por ciento en la utilidad de la operación, hasta los 763.000 millones de pesos colombianos (181 millones de dólares) y un ARPU móvil que cayó 6 por ciento, hasta los 3,51 dólares, mientras el fijo, pese a crecer 2,5 por ciento, se ubica en los 2,21 dólares.
Archilla aseveró que la menor capacidad de inversión de la empresa “es resultado de una gran competencia, hasta un punto exceso de competencia. La competencia le ha traído cosas buenas a los usuarios porque los precios han bajado 70 por ciento en los últimos tres años en el mercado. No creo que haya otro producto en el mundo que haya bajado así pero la parte mala es que las empresas se quedan sin dinero para invertir”. Hace tres años, Wom ingresó como cuarto operador en este país y, desde entonces, se producen distintas acciones, algunas reactivas, de parte de las compañías para mantenerse en pie.
El esfuerzo de inversión al que alude Claro Colombia fue puesto de manifiesto con dos proyectos concretos que fueron presentados en este nuevo encuentro con la prensa: uno de ellos fue la extensión del cable submarino AMX1 a la isla de San Andrés, que incluye el despliegue de fibra al nodo de San Andrés y el tendido de más fibra para alcanzar a los hogares de esa zona del caribe colombiano.
Este despliegue se sumó a los 130 millones de dólares que la operadora invirtió en los últimos años para conectar a 692 localidades remotas donde habitan casi 379.000 personas y que se sumarán a otros 100 millones de dólares adicionales para conectar a otras 656 localidades con las mismas características en los próximos tres años.
Estos desembolsos forman parte de los 800 millones de dólares que la compañía invierte por año en este país, y que podrían ser superiores de cara a la licitación 5G. Si bien Archilla no anticipó esa cifra sí afirmó que “los requerimientos van a ser enormes con flujos de caja castigados, el compromiso de Claro en los próximos 30 años habla por sí sola del compromiso de la empresa con Colombia”, concluyó.
