“Ya no tiene mucho sentido mantener la Red Dorsal”

Manuel Cipriano es consultor en telecomunicaciones y TICs, ex director del Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel) y del Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Perú, y fue uno de los profesionales que trabajó en el desarrollo de la idea que dio forma a la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica Perú, pero sobre la que cuestiona la forma que finalmente adoptó. En diálogo exclusivo con TeleSemana.com, Cipriano analizó su historia y devenir, para advertir que es necesario replantear la forma de abordarla, porque hubo errores de diseño y de ejecución, y advirtió que “hay responsabilidades que nadie quiere asumir”.

 ¿Cómo surge y cuál es el estado de situación de la Red Dorsal?

Creo que este es el gran problema que tiene el Estado. Fue un proyecto que traté de resolver un poquito cuando trabajaba en el Ministerio de Transporte, donde trabajé desde 1997 y salí en 2011, y luego entré al Osiptel. En estos años he visto todo el proceso, desde cuando se concibió la idea de tener una red de fibra en el país, hacia el 2000, cuando hubo mucho interés de parte de las autoridades del Ministerio de Transporte de tratar de solucionar el gran tema de la brecha digital que tenemos.

Nos preocupaba mucho que estaban creciendo rápidamente, en velocidades y en su calidad de servicios, la Internet y la telefonía móvil, pero advertíamos que habría una población que no recibiría los beneficios de todo este crecimiento, sobre todo la que estaba en la zona de cierre del país, más alejada.

Y nos pusimos a trabajar con el Banco Mundial. ¿Qué hacemos con esa situación? Una idea que surgió fue la de contruir una red dorsal concebida en anillos estratégicos, en áreas en las que se identificaba que estaba la necesidad, a la par que también se estaba desplegando infraestructura de transporte para que los productos que llegaran de esas zonas encontraran, no sólo una vía de comunicación terrestre, sino también de telecomunicaciones. Digamos, un sistema de comunicación fluida y adecuada a esas necesidades. Fue alrededor del 2000 o 2002, hubo muchas reuniones con gente experta de Perú y de afuera, pero por temas políticos, cambios de gobierno y todo eso, quedó archivado hasta el 2011 o 2012, que llegó un nuevo gobierno y yo ya no estaba en el Ministerio.

Pero habían pasado más de 10 años y creo que la realidad era distinta, que el país estaba creciendo mucho y que ya había nuevos operadores que estaban comenzando a desplegar sus redes, no en la magnitud que tenemos ahora. Desde que se comenzó a trabajar en estas leyes para implementar la Red Dorsal y en todo el proyecto, hasta que se terminó en una concesión que se otorgó al operador Azteca Comunicaciones, el país cambió y era totalmente distinto.

 ¿Distinto por qué?

El sector privado ya se había focalizado en su visión de implementar redes de fibra y había encontrado que por ahí iba la tensión del mercado y había comenzado a desplegar sus propias fibras, pero el gobierno se había retrasado en tomar decisiones y el escenario había cambiado.

Entonces, hacia 2016, con una situación que ya era totalmente distinta se lanzó el proyecto a concurso o licitación y ya no había mucho interés de parte del sector privado. Esto hizo que el único que se presente para confeccionar esta gran Red Dorsal fuera un solo operador de comunicaciones, no había otros ofertantes o interesados, y creo que eso debió haber sido un llamado (de atención) para replantear si el esquema ya no era el adecuado porque ya no respondía al contexto o (para ver) qué era lo que estaba pasando. Creo que ese fue un gran problema.

¿Qué otros problemas hubo?

El otro gran problema fue cómo se reguló esta Red Dorsal, porque fue el propio Estado el que entró a diseñar un proyecto al milímetro, a decir, por dónde tiene que ir, qué infraestructura utilizar, qué indicadores poner; una serie de requisitos a tal detalle que en telecomunicaciones no es viable y tampoco es recomendable, porque la tecnología y el mercado avanzan de manera muy rápida. No podemos estar diciendo que algo tiene que funcionar de una manera determinada, porque de la noche a la mañana surge una tecnología que cambia la visión, que cambia el escenario y a la que debes adecuarte porque, por ejemplo, es más accesible o más barata.

De esa manera, cuando se diseñaron las condiciones, le pusieron tantos requisitos específicos al operador que fue, prácticamente, un callejón del que no pudimos salir. Los niveles normativos con los que se aprobaron estos detalles fueron de un nivel tan alto de detalle, que fue difícil después poder operarlo en el país. No se puede poner tanto detalle en un decreto o en una ley porque, después, no lo puedes cambiar de la noche a la mañana; sobre todo tratándose de un tema tan técnico.

Otro aspecto fue que tampoco hubo mucho consenso en el proyecto. No había mucha comunicación (N.de R.: se refiere a la interna entre áreas de gobierno) y tampoco había un acuerdo sobre cómo trabajar este gran proyecto. Creo que todo eso se ha ido juntando y ha ido sumando a la ineficiencia que tiene actualmente esta red. Todos estos temas regulatorios, el tema de coordinación y que el proyecto ya no reflejara el contexto actual, han sido los primeros obstáculos que se han venido reflejando; sumado a que la tarifa se fijó en un decreto.

A las consecuencias de esos errores las estamos viendo actualmente, porque no se encuentra un operador que se haga cargo de esta red, que fue abandonada por Azteca; justamente, porque la red no responde a los intereses del mercado y, prácticamente, casi nadie la quiere dado que resulta más cara que contratar a un operador privado.

El otro gran problema fue que se empezó a tender fibra óptica en lugares donde ya había operadores establecidos, entonces, todo se ha vuelto un problema. Es tanta que el agua se rebalsa, que termina siendo una coladera por todos lados.

Por lo que dice, hay que corregirlo íntegramente…

Por eso, porque vas a encontrar una protegida deficiencia y, si quieres corregir el contrato que se hizo, con tanto detalle y con tantas especificaciones técnicas, tienes que cambiar un montón de cosas. Ahora nadie quiere hacerse cargo de la Red Dorsal: las tarifas no responden a la necesidad de mercado, las tecnologías compiten directamente y, ahora, los operadores migran a satelitales como Starlink y otros que, seguramente, seguirán saliendo.

Aparte, hay que mantener la red, cada cierto periodo hay que mejorarla, optimizarla, y ese también es un costo elevado para los Estados; sobre todo cuando las autoridades son muy lentas para responder a a los intereses de este mercado.

Bueno, ahora es el Estado quien se hizo cargo de la red.

Este último hecho me parece también bastante contraproducente, que el Estado haya tenido que hacerse cargo de una red cuando, de por sí, no es el adecuado para encargarse de la gestión de esta red, que debería estar en manos de un privado.

Desde el inicio, (esta Red) ha tenido inconvenientes, fallas y errores que ahora no los podemos desenmarañar y convertirla en algo eficiente, en algo que finalmente beneficie a la población.

En su mirada, ¿qué habría que hacer?

El Estado tiene que hacer un análisis integral y asumir que hubo errores, en su diseño y en su ejecución, y que tiene que ya tomar medidas. Debe tomar conciencia y asumir esos errores que se hicieron de manera inicial para encontrar la solución más adecuada, porque tratar de rescatar algo en esta situación es muy complejo, muy difícil.

Y, si bien se ha extendido el plazo para que el Estado siga al frente de la gestión, por tres años más, no veo que haya una solución rápida y oportuna, y vamos a tener que seguir cargando con esta red y con sus costos. Y, lo peor es que nadie está siendo beneficiado con este gran proyecto.

Las autoridades tienen que sentarse y revisarlo todo, y no creo que sea un tema que tiene que trabajar sólo el Ministerio de Transportes, sino que tiene que sentarse con el Osiptel, dejar de lado los apasionamientos e ir hacia una decisión ya, real y concreta, de hacia dónde nos lleva esto.  Hay que evaluar si las medidas que se han tomado, como la rebaja de la tarifa que se dio en noviembre del año pasado, es la solución o simplemente una forma de alargar todo este proceso de ineficiencia.

¿Por ejemplo?

Creo que hay que tomar soluciones drásticas y que hay que tomarlas inmediatamente. Y creo que las autoridades ya hicieron las evaluaciones necesarias y el análisis de todo, porque hubo mucho grupo de trabajo que a lo largo de estos años ha venido analizando todo el tema y que ya debe encontrar una solución.

La decisión tiene que pasar por conjugar a las autoridades del Ministerio de Transportes y a las empresas que están involucradas con el desarrollo de esta red, para que le digan al Estado, cuáles son las medidas que convendría tomar. Finalmente, ellas son las que tendrían que estar operando esa red.

¿Qué sería una medida drástica?

Considero que se tiene que asumir que, si es una red de la que ya no se harán cargo y que tienen que reventar, y pensar cuánta ganancia obtendrán o cuánto de la inversión depositada podrán recuperar; o asumir que se pierde y tratar de recuperar lo poco que se pueda.

Si esta red ya no le sirve a nadie, por qué cree que no se están tomando las medidas que Ud. sugiere

Creo que es un poco complejo y complicado el tomar la decisión de asumir pérdidas porque, después, puede conllevar a una futura demanda o que una autoridad de control del propio Estado pregunte por qué se asumió estas pérdidas y por qué se vendió una red por un monto menor al invertido; alguien va a tener que responsabilizarse de eso y esto no es muy sencillo de hacer para alguien que está en el Estado.

Inclusive hace algunos años se hicieron estudios, en los que también participó el BID y el Banco Mundial, que tienen reconocida experiencia y donde dieron sus recomendaciones. Entonces, creo que habría que tomar todo eso y sustentar bien la decisión de dejar de mantener una red que ya no tiene mucho sentido mantener, o en pensar cómo utilizar lo poco que se pueda seguir utilizando.

Quizá, algún operador dice estar interesado y, pues, que se haga cargo de la red. Al Estado le convendría tratar de recuperar, de vender o tener ganancia de esa red, o simplemente, de crear un clima o un compromiso para que un operador se haga cargo y se comprometa a invertir y dar servicios a tantas comunidades, tantos centros de atención o a la población que pueda beneficiarse. Tal vez, este sea el mecanismo más adecuado. ¿Cómo lo valorizamos? Seguramente, el Ministerio tenga una estimación de cuánto vale esa red para poderla transferirla.

¿Quiénes se están beneficiando?

Pocos, porque son pocas las empresas que la están utilizando para dar servicios a instituciones públicas y, para la ganancia para el Estado, eso es muy bajo. En noviembre del año pasado redujeron la tarifa pero, aun así, por la información que yo tengo de algunas operadoras, tampoco se ajustaba al requerimiento del mercado. Las tarifas de los servicios o productos cambian de la noche a la mañana y tener una tarifa igual de regulada por 12 meses no es la solución definitiva, puede ser un paliativo.

Creo que no se ha tomado la decisión inmediata que debería tomarse, porque nosotros seguimos pagando para mantener una red que finalmente le está costando a toda la población.

Considera que para que esta red sea atractiva para los operadores privados hay que quitarle compromisos, ¿por ejemplo?

Entre varios de ellos, que el operador de la Red Dorsal solamente pueda brindar servicios portadores, es decir, solo puede enviar comunicaciones y no pueda dar servicios a usuarios finales. Esta es una limitante.

Otra: que la Red Dorsal no se pueda juntar con las redes regionales de todos los países para brindar servicios. Aquí se tuvo la iniciativa de tener un operador supuestamente neutro, porque esta Red Dorsal iba a ser como un operador dominante en el mercado y que, por lo tanto, debía mantenerse cierta rigurosidad de control para evitar el abuso de posición dominante. Pero al final no hemos visto que nadie este llegando a este tipo de situaciones.

Si se la quiere transferir a un privado se va a tener que quitarle todas estas limitaciones que tiene ¿Qué es lo que se necesita? Que pueda satisfacer al mercado. Cuando un operador privado viene al Estado y dice que invertirá en una red, le interesa tener la libertad para hacer lo que quiera y no tener tantas limitaciones.

Por eso decía que se tiene que pensar con paños fríos y pensar, y si finalmente hay una pérdida, hay que asumirla de una vez. 

¿Qué operador privado podría estar interesado en que se ponga a la venta o se ofrezca la Red Dorsal?

He escuchado varias iniciativas de privados que estarían interesados pero depende de las condiciones. Les interesa tener una infraestructura como la Red Dorsal porque, si es que todavía vale algo, hay que negociar y ver qué es lo que se hace con eso. Seguramente, el precio que se tiene inicialmente o que se ha invertido en esta Red Dorsal ya no es el precio por el cual se podría ofrecer ahora.

¿Por ejemplo, Internet para Todos  (IPT) podría ocupar un poco ese rol?

Ese es un proyecto que creo que debería tomarse como modelo, como forma de que un privado invierte sin pedirle plata al gobierno y que está haciendo un montón de cosas, que tiene dos o tres millones de peruanos conectados en un proyecto de costo cero para el Estado y que ha sido la mejor solución para llegar a atender los centros rurales y de interés social, que tanto requiere el país.

Si le podría interesar no lo sé, pero va en la línea más o menos de lo que ellos están haciendo, entonces, lo que hay que hacer es juntar en una mesa al Ministerio, al Osiptel y a estos operadores privados y ver qué quieren, cuál es el interés de esta red y que necesitarían para que esta Red se convierta en atractiva para ellos.

El interés debería ser trasladarla a un privado o una gerencia con la mayor flexibilidad posible para que esta red se convierta de ineficiente en óptimo.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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