Edge computing está ligado al crecimiento de IoT y IoT, a la incertidumbre en cuanto a ingresos

Existe todo un mundo de posibilidades que se abre de la mano de la gran cantidad de dispositivos que se están conectando a las redes de Internet, la demanda de grandes volúmenes de procesamiento de datos y los servicios que requieren de una latencia cada vez más baja. En general, los beneficios de aplicar cada una de las tecnologías que vienen a revolucionar la industria —con 5G y edge computing como las más destacadas— son reconocidos por todos los actores, pero por alguna razón no terminan de despegar entre los operadores de servicios de telecomunicaciones.

Edge computing es una de las tecnologías que más está llamando la atención de la industria por la oportunidad que parece poner en manos de los proveedores de servicios. Los operadores tienen la capacidad de desplegar múltiples pequeños centros de datos dónde montar distintas clouds y atender el mercado de aplicaciones que requieran de baja latencia y un tiempo de respuesta muy rápido, incluso antes de la llegada de la 5G.

Algunos operadores ya empezaron en este camino en América Latina. Este es el caso de Embratel, en Brasil que está desplegando unos 12 centros de datos en todo el país para atender la demanda de edge computing y IoT, según confirmó a TeleSemana.com Mário Rachid, director Ejecutivo de Soluciones Digitales de la compañía brasileña.

Los operadores confían que la capilaridad de sus redes es la plataforma ideal para desplegar computación en el borde de la red para servicios de ultra baja latencia y procesamiento de datos para Internet de las Cosas (IoT). Y la oportunidad de negocio está más que clara ya que, de acuerdo con un reciente informe de la consultora Strategy Analytics, los datos serán procesados en el borde de la red en el 59 por ciento de los casos de despliegue de IoT para 2025. Es decir, existe una retroalimentación entre edge computing y IoT.

Si bien todas las condiciones parecen estar dadas, los operadores vuelven a enfrentarse a un fantasma que los ha atormentado desde, al menos, el lanzamiento de 4G: el que sean otras compañías las que le quiten parte del negocio. Y los primeros movimientos de la industria parecen indicar que este fantasma no es sólo producto de la imaginación sino que tiene bases en la realidad.

Por ejemplo, los propios clientes empresariales que ya tienen redes privadas están viendo también como aprovechar edge computing dentro de su infraestructura. De hecho, el mismo reporte de Strategy Analytics señala que el 44 por ciento de las compañías (sin distinguir por vertical) están utilizando de alguna manera la computación al borde de la red en sus despliegues.

El mismo fantasma ronda también el ámbito de IoT. Tomemos el caso, por ejemplo, de las Ciudades Inteligentes. En la industria de telecomunicaciones hemos dado por sentado que serían los operadores los encargados de soportar los nuevos dispositivos que se conectarán a la red para atender todas las necesidades de los ciudadanos y gobiernos de zonas urbanas. Sin embargo, vemos como el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en Argentina, tiene en proyecto el despliegue de 14 antenas LTE para cubrir la ciudad y desplegar una red NB-IoT para sus necesidades de Internet de las Cosas, según confirmó Hemilse Debrouvier, directora General de Gobierno Digital y Sensorización del Ministerio de Educación e Innovación del Gobierno de la Ciudad en el marco de las Jornadas de TICs organizadas por la Universidad de Palermo. Esta red se sumará a otra con tecnología LoRa, que la ciudad ya desplegó en algunos sitios para ciertas aplicaciones de IoT.

Aún cuando los operadores sí tengan un rol importante en dotar de infraestructura de telecomunicaciones para servicios IoT, todavía queda la incertidumbre en cuanto a la facturación que esos dispositivos van a generar para la industria de telecomunicaciones. De acuerdo con Berg Insight, el ARPU de las conexiones IoT va desde 0,22 a 0,70 euros, dependiendo la región del mundo que se analice, lo que indica que, posiblemente, los operadores quieran escalar en la cadena de valor para poder captar nuevos ingresos. Esto implica, entre otros proyectos, desplegar mini centros de datos para ofrecer cómputo en el borde de la red.

Strategy Analytics señala que el mundo ya ha conectado cerca de 22.000 millones de dispositivos a Internet —entendemos que está contabilizando computadoras y otros dispositivos Wi-Fi ya que las conexiones IoT parecen ser poco más de 1.000 millones de acuerdo al último informe de Berg Insight—. El mercado corporativo es el de mayor desarrollo con, apróximadamente, la mitad de los dispositivos conectados. El hogar inteligente, en tanto, se presenta como el vertical con mayor potencial de crecimiento en los próximos años. Quizás por eso es que los operadores fijos intentan todas las estrategias posibles para no perder el control del hogar.

No obstante, el reporte de la consultora concluye que la oportunidad de ingresos para IoT permanece incierta, especialmente para los proveedores de servicios. “Los operadores tienden a ver la basta escala de IoT y asumir que los ingresos irán automáticamente en su dirección. Sin embargo, todavía queda saber qué tipo de aplicaciones y servicios van a empujar el crecimiento de los ingresos y cuánto”, afirma uno de los analistas de Strategy Analytics, David Mercer.

La consultora asegura que en términos de IoT hay todavía mucho camino que recorrer y, aún queda entender cómo terminará de configurarse el ecosistema. La realidad parece ser que, si IoT no termina de despegar —es decir, si los operadores no logran encontrar su lugar en este mercado— y edge computing dependerá en gran parte de cómo se desarrolle IoT, las oportunidades comienzan a desvanecerse como arena entre los dedos.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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