Servicios OTT ganan la pantalla en hogares mexicanos pero no hay indicios de cord-cutting

Un nuevo estudio del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) pone en análisis el comportamiento de los usuarios de televisión paga en el país y también, cada vez con más énfasis, del uso de las plataformas de servicios OTT. Se observa un crecimiento en el uso de las últimas pero todavía no parece certero hablar del cord-cutting.

La primera encuesta de usuarios de 2019, generado con datos obtenidos entre enero y marzo en todo el país, indica que el 61,7 por ciento de los encuestados utiliza una cuenta OTT –no se aclara si una o más de una– hasta dos horas mientras que el 27,2 por ciento lo hace de tres a cinco horas y el seis por ciento más de cinco horas. El uso es más prolongado en jóvenes de 18 a 24 años y más bajo conforme aumenta el rango etario.

Cuando se consultó sobre la frecuencia en la que entran a su plataforma, la mayoría respondió que todos los días mientras que la segunda opción más elegida fue al menos una vez a la semana y solo el 7,2 por ciento dijo que lo hacía cada 15 días. El 5,1 por ciento indicó una vez al mes y el resto optó por no contestar o señalar que no lo hace nunca, agregó el regulador en un comunicado.

El análisis expuesto se da en un marco de retroceso en el número de usuarios de televisión paga en el plano local, que dio como resultado una baja de un punto porcentual hasta 64 por ciento en la penetración local del servicio en 2018. Sumados los conceptos, podría pensarse rápidamente en cord-cutting pero como ya se analizó antes con el caso colombiano y también en México, hay otros argumentos que funcionan mejor y es a lo que deben prestar atención los operadores.

“El objetivo no está en audiencias de millones sino en millones de personas con preferencia de entretenimiento diferentes”, señaló hace unos meses PwC como conclusión a un estudio en el que dio por hecho que México será el mercado de OTTs más grande de Latinoamérica. El segmento de video OTT crecerá a una tasa anual compuesta de casi 18 por ciento hasta generar ingresos por 1.251 millones de dólares para las empresas que presten estos servicios.

El que se señaló antes, el punto de las audiencias distintas, parece el primer punto a favor de los operadores a la hora de pensar en conservar su patrimonio aún con esta mayor presencia en los hogares locales de opciones OTT. Esto se demuestra, por ejemplo, los mexicanos de más de 45 años son los que más consumen televisión, con un promedio de 359 minutos, según reflejó Statista a diciembre de 2018.

Entra como parte de este primer análisis los datos que arrojó Colombia sobre el consumo de sus habitantes. Según la Comisión de Regulación de los Consumidores (CRC), la televisión paga todavía es el medio que predomina cuando se habla de contenidos deportivos, telenovelas, documentales y reality show. Ese es uno de los ejemplos que tomó el regulador local para hablar de que los OTTs son un complemento y no sustituto de los canales de la televisión paga.

Por otra parte, Nielsen advirtió en un estudio reciente que los mexicanos tienen la televisión prendida más de ocho horas por día y le prestan atención al contenido un poco más de la mitad de ese tiempo, cuatro horas y 52 minutos para ser exactos. Además, el 91 por ciento de los encuestados dijeron prender la televisión todos los días. IFT agregó en un informe anterior al presentado ahora que el promedio de consumo local de televisión paga es de tres horas y 52 minutos mientras que se destina a “otros dispositivos y señales” una hora y 50 minutos en promedio.

Hasta ahora se despejaron dos situaciones por la que los operadores no deberían temer a los OTT como su principal enemigo, la primera es que hay contenidos que todavía los usuarios prefieren ver por canales de televisión tradicional y el segundo es que aún, según la información del regulador al segundo trimestre de 2019, los mexicanos ven más tiempo canales de televisión paga que otras señales.

El precio aparece como un factor clave a la hora de analizar esta cuestión, más todavía cuando se cierran las fronteras y se analiza a Latinoamérica como caso aislado del mundo. El monto que pagan los usuarios mexicanos hoy por su servicio de TV paga es más de lo que abonaban hace un año. Ese es uno de los argumentos que utilizó Carlos Slim en su pedido por que América Móvil pueda entrar a competir en ese mercado. Agregó algo también cierto: esta realidad va en contra de la tendencia del resto de los servicios tradicionales, a la baja en México hace tiempo.

En datos, el último informe oficial señala que la renta mensual por televisión paga en la modalidad single play es de 154 a 1.039 pesos (7,9 a 53,4 dólares). En cuanto a los OTTs, la gran mayoría paga –no hay un valor exacto porque se toma el pago por rango etario– hasta 199 pesos (10,2 dólares). Es decir que una persona debe pagar un mínimo de casi ocho dólares para acceder a un plan básico de televisión mientras que se abona, en promedio, 10 dólares por plataformas de tipo OTT.

Los proveedores de televisión paga tiene también otra necesidad, que es ni más ni menos que aggiornarse. Los OTTs tienen la ventaja adicional de que de por sí presentan como beneficio la idea multipantalla y la opción del usuario de ver lo que quieran cuando quieran, siempre dentro de un límite natural de opciones que ofrece cada uno. Los operadores están trabajando en el tema con sus propias plataformas y la integración de contenidos de terceros para robustecerse, cada vez más y mejor, al punto de convertirse en habitual convenios entre firmas tradicionales y OTT, pero queda trabajo por hacer.

A favor de los tradicionales se puede indicar que en México el nivel de satisfacción de los usuarios de televisión paga se mantiene prácticamente sin cambios, en 70 por ciento entre marzo de 2018 e igual mes de este año. Igual aquí hay un punto por mejorar, pues ese índice es peor que el de abonados de telefonía móvil (73,5 por ciento), telefonía fija (74,4 por ciento) e Internet fijo (71,5 por ciento), según los datos presentados por el regulador.

Ni siquiera vale detenerse en cuáles son las plataformas OTT preferidas por los consumidores: Netflix primero y otras después como Claro Video y Blim en México y la opción de Amazon (Prime Video) en otras latitudes. Son las mismas, lógicamente, que son parte del podio en los acuerdos que ya hay vigentes entre operadores de televisión paga tradicionales y OTTs. Excepto Claro Video, pues es la plataforma de la filial de América Móvil.

Entre los motivos de los que no tiene contratada una cuenta OTT la mayoría señala que es porque “no le interesa/no le gusta”, con un 38 por ciento; no la necesita el 26,6 por ciento o implica un pago extra (14 por ciento). Solo el ocho por ciento señala el precio como una barrera mientras que el cuatro por ciento indica que implica un tiempo que no tiene disponible hoy. El dos por ciento, en tanto, no entiende la cuenta.

Así las cosas, si México buscara en los OTT una explicación a la baja en su base de abonados de televisión parece que está equivocando el enemigo, un análisis que vale para sí y para otros. Con contenido, mejor precio y adaptación, los operadores serán capaces de convertir crisis en oportunidad, independientemente de cómo se mueva el resto. Si nada de esto fuera certero, trabajar en esos tres aspectos es lo que los salvará de que sus canales pierdan valor entre tanto OTT. En cualquier caso, la pelota está en su mitad.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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