El coronavirus impacta en smartphones, redes y estandarización; pone en pausa la carrera por la 5G

El mundo está en pausa. Así nos sentimos aquellos que estamos viviendo en países que han decidido imponer una cuarentena obligatoria para contener los contagios por el virus que provoca la enfermedad Covid-19. Las calles se vaciaron de transeúntes, los automóviles que circulan son cada vez menos y la economía se frenó. Lo único que se acelera es el sistema de salud, sus proveedores, y el tráfico en las redes de telecomunicaciones.

La situación ya empieza a tener resultados concretos en la industria de las telecomunicaciones y su cadena de suministro. La industria de los teléfonos inteligentes, golpeada por algunos años de baja en las ventas, se encuentra a principios de 2020 con una recuperación esquiva, porque el nuevo coronavirus ha impactado en la producción y la demanda. Strategy Analytics indicó que el sector vivió una reducción del 39 por ciento en febrero, de unas 99,2 milones de unidades en mismo mes de 2019 a solo 61,8 millones en 2020. Esto se debió, fundamentalmente, al colapso de la demanda en Asia.

Otras consultoras, como Juniper Research, indicaron que habrá una brecha de ingresos de aproximadamente 42 millones de dólares en los próximos nueve meses para los productores de dispositivos inteligentes. Esto incluye a los smartphones pero también a las tabletas, robots de consumo, parlantes inteligentes y vestibles. La consultora estima una reducción del orden de los 80 millones de dispositivos en los próximos nueve meses. La recuperación del sector entra en una pausa, y espera a un despliegue de 5G para recobrar las fuerzas.

Sin embargo, tampoco está claro que el despliegue de redes de telecomunicaciones 5G no vaya a sufrir las consecuencias de la pandemia. Los fabricantes, por ahora, aseguran que su cadena de suministros no se vio impactada. Sin embargo, algunas noticias pueden hacernos pensar que, en realidad, la industria ralentizará las inversiones en nuevas tecnologías móviles, lo quiera o no.

Por un lado, esta semana se confirmó una noticia que se había adelantado en el BCN2020 Latam Summit. El 3GPP, el organismo que lleva adelante la especificación de 5G, decidió retrasar por tres meses el calendario de actualizaciones de la 5G a raíz de la pandemia por Covid-19. El nuevo calendario establece que el Release 16 se congelará recién en junio de 2020 —estaba previsto para marzo—, aunque se mantiene el congelamiento de la especificación para ASN y OpenAPI para la misma fecha. El Release 17, en tanto, también ha sido retrasado por tres meses, por lo que su congelamiento de fase tres estará recién disponible para septiembre de 2021. Para la especificación ASN y OpenAPI de la versión 17, en tanto, habrá que esperar otros tres meses más, hasta diciembre de 2021.

Esto pone la primera pausa a una industria que, además, podría ver afectada la cantidad de pruebas y testeos para verificar la performance y estabilidad de la versión standalone de 5G, indicó ABI Research en un estudio sobre el impacto de la pandemia en la industria de telecomunicaciones. “Los proveedores de servicios de comunicaciones tendrán un acercamiento defensivo con proyectos de poca escala con el objetivo de lograr eficiencias y sin comprometerse, necesariamente, a inversiones en 5G standalone y software inteligente”, explica la consultora. Si a esto se suma que la industria de telecomunicaciones viene de un período de grandes dificultades económicas y financieras, el combo no ayuda a que se aceleren las inversiones.

En el corto plazo, explica el documento de ABI Research, Covid-19 reducirá considerablemente el despliegue de 5G, especialmente para proveedores que confían en las fábricas chinas para su equipamiento. El despliegue de 5G, tanto para consumidores como empresas, podría también verse demorado, esperando quizás al congelamiento de las nuevas versiones por parte del 3GPP y de una situación más favorable, como una forma de protegerse de los efectos del virus y las disputas geopolíticas. En el largo plazo, en tanto, podría significar una aceleración de la opción por proveedores de infraestructura más pequeños, en una movida que se inaugura con OpenRAN.

Pero incluso si nada de todo lo anterior realmente suceda, los operadores pueden llegar a tener dificultades para acceder al equipamiento por las restricciones y cierres de fronteras. La organización de operadores Asiet pidió recientemente en un comunicado que los países consideren “mantener abierta la cadena de abastecimiento de los equipos, tarjetas y suministros necesarios para sostener en pleno funcionamiento las redes de telecomunicaciones, como esenciales para paliar los efectos económicos y sociales de esta coyuntura”.

La situación es compleja y los escenarios están abiertos a la evolución de la pandemia. La buena noticia es el mundo luego del coronavirus no será el mismo, y tanto las empresas como los usuarios, estarán deseosos de utilizar las nuevas tecnologías que los proveedores de servicios les ofrecen, luego de haber utilizado, casi por obligación, servicios de teletrabajo, telesalud y educación a distancia. No obstante, por ahora, la industria de las telecomunicaciones parece no tener otra opción que frenar la carrera de la 5G.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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