Hasta el momento, el acuerdo de Claro para quedarse con Nextel en Brasil gozaba de una espléndida salud. La operación transitaba un camino de luces verdes que daba argumentos al optimismo de las partes en que se completaría en el corto plazo. Sin embargo, TIM pidió que se vuelva a estudiar el caso y el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) retomará su análisis lo que promete, al menos, agregar algunos días al calendario previsto.
Promediaba marzo de este año cuando Claro anunció que se quedaría con Nextel y todas sus subsidiarias en Brasil por unos 950 millones de dólares. Todavía por entonces no eran diarios los rumores que hablaban de la posible venta del negocio celular de Oi ni tampoco había fecha prevista para la licitación de espectro compatible con 5G en Brasil, que ahora se propone para el primer semestre del año que viene.
En junio la propuesta fue aprobada, tal como se esperaba, por los accionistas de NII Holdings. En julio le dio luz verde la Superintendencia de Competencia de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) y luego hizo lo propio el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE), que había permitido antes que los competidores móviles de Brasil participaran como terceros interesados en el proceso. TIM y Telefónica se mostraron en contra de la concentración y Oi lo percibió como un movimiento natural del mercado.
El caso siguió su camino y a fines de septiembre recibió el visto bueno del Consejo de Anatel, que impuso algunas restricciones: en dos meses la resultante deberá adecuar el límite de espectro con el que contará en 850 MHz porque la fusionada superará el 35 por ciento permitido y en seis meses tendrán que haber eliminado las licencias duplicadas, más allá de otros cumplimientos impositivos por parte de Nextel y sus subsidiarias.
Todo iba bien hasta esta semana, pues TIM tomó los mismos argumentos que había presentado antes para quejarse de la fusión para pedir ahora que CADE revise de nuevo el caso. La compañía considera que la compra dañará la competencia porque “gran parte del mercado estaría concentrado entre solo dos prestadores (Vivo y Claro), los cuales controlarán de forma combinada casi el 70 por ciento del mercado en algunas unidades federativas”.
Ante esto TIM pidió que, si se aprueba la operación, como mínimo, se le otorgue el acceso temporal en carácter secundario a las bandas de 2,1 GHz y 1,8 GHz por un valor proporción al que pagó Nextel para quedarse con esa porción de espectro de 2015. La solicitud fue tomada por CADE, que como consecuencia volverá a analizar la operación, de acuerdo a lo expresado por el portal local Teletime.
Si bien la decisión de revisar el caso no pone necesariamente en riesgo la operación, sí podría significar algunas alteraciones en los plazos previstos. Para Nextel esto sería al menos preocupante si se contempla que la empresa dijo que estaba en condiciones de mantener su operación local solo hasta marzo de 2020. Si por algún motivo la operación no se concreta para entonces, la continuidad del servicio corre serio riesgo, dijo la empresa cuando supo que sus competidores fueron admitidos como ser parte interesada del asunto.
En caso de que supere esta complicación, América Móvil podrá adquirir Nextel y sus subsidiarias en Brasil. La operación le significaría hacerse de espectro en las bandas de 1,9/2,1 GHz, 1,8 GHz y 800 MHz que le permitirán mejorar sus prestaciones principalmente en San Pablo y Río de Janeiro. También le aportará 3,4 millones de usuarios celulares, con los que se acercará un poco más al líder Vivo y sacará algo más de ventaja a TIM en el segmento móvil local.
